De Wislawa Szymborska a Louise Glück, la poesía como escudo de defensa

La poeta Louise Glück, ganó el premio novel del literatura en octubre. Desde que en 1996 ganase el Nobel la poeta polaca Wislawa Szymborska, la poesía no había encontrado la manera de lograr de nuevo este importante reconocimiento.

Nacida en Nueva York en 1943, Louise Glück ganó el premio Pulitzer de poesía en 1993 por el libro El Iris salvaje y el National Book Award en 2014 por Faithful and virtuous night.

La escritora hizo su debut literario en 1968 con Firstborn y pronto fue aclamada como una de las poetas más destacadas de la literatura contemporánea estadunidense.

Es autora de una extensa obra poética, marcada por un ritmo intimista, de apariencia sencilla, pero trascendente. Su poesía abarca diversos temas, pero, ante todo, sabe desmenuzar los sentimientos concienzudamente ante el discurrir del tiempo.

Louise Glück

Marcada por unos fuertes lazos familiares, su infancia, la naturaleza y la muerte, su inspiración se ha fraguado en estos pilares. Ante la experiencia del paso inexorable del tiempo y la evidencia de la muerte, ha dicho:

“Creo que las personas de mi edad tienen tanto miedo del tema que suelen llevar incorporado en cada pequeño gesto todas sus propias nociones sobre el horror de la mortalidad. Pero yo entiendo el paso del tiempo como una especie de estado de dicha extraña, como la liberación ante el abandono de cierto tipo de expectativas”.

La poesía en tiempos de pandemia

Se hace indiscutible pensar que, la poesía, ahora más que nunca, es el cobijo que necesitamos. Tiempos difíciles, en todos los sentidos, donde el miedo y la incertidumbre, hacen que busquemos refugios interiores como mecanismo de defensa. La poesía representa este espacio.

Wisława Szymborska y Louise Glück (las más recientes) lo han conseguido, pero su poesía, de una u otra manera, siempre ha estado aquí. Lo ilógico es pensar que solo cuando sentimos la opresión del pánico, nuestra mente genere la necesidad de observar la poesía desde un punto humanista y universal.

Wislawa Szymborska

Es por ello que, aun reconociendo todos sus méritos, sintamos que la poesía, solo es tomada en serio cuando realmente se la necesita.

Y nosotros nos preguntamos: ¿Sin pandemia de por medio, Louise Glück hubiera obtenido tal reconocimiento?

¿Qué opináis amig@s “furiosos”?

Amante de las flores

En nuestra familia, todos aman las flores.

Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas:

sin flores, sólo herméticas fincas de hierba

con placas de granito en el centro:

las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras

llena de mugre algunas veces…

Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.

Pero en mi hermana, la cosa es distinta:

una obsesión. Los domingos se sienta en el porche de mi madre

a leer catálogos. Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo.

Cada primavera, espera las flores.

Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende

que es mi madre quien paga; después de todo,

es su jardín y cada flor

es para mi padre. Ambas ven

la casa como su auténtica tumba.

No todo prospera en Long Island.

El verano es, a veces, muy caluroso,

y a veces, un aguacero echa por tierra las flores.

Así murieron las amapolas, en un día tan sólo,

eran tan frágiles…

(del libro Ararat)