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‘El cuerpo en llamas’, el ‘true crime’ de Netflix que Rosa Peral no quiere que veas

Ya hemos visto El cuerpo en llamas, el true crime patrio que arrasa en Netflix basado en el famoso “crimen de la Guardia Urbana”. Laura Sarmiento, la excelente guionista de series como Intimidad, La zona o Crematorio, es la creadora de la esperada serie protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Gutierrez.

La serie nos cuenta el escabroso crimen sucedido en Vilanova i la Geltrú en el que dos policías planificaron y ejecutaron el asesinato de un tercero.

Póster de El cuerpo en llamas.
Póster de El cuerpo en llamas.

El cuerpo en llamas, el crimen real en el que se basa

En 2017, los policías Rosa Peral y Albert López, asesinaron a Pedro Rodríguez, otro miembro de la Guardia Urbana que, además, era pareja de Rosa. Después cogieron su cuerpo y lo quemaron junto a su coche en el pantano de Foix.

Al menos, esos son los motivos por los que ambos cumplen condena. Albert 20 años y Rosa 25.

Albert fue amante de Rosa durante muchos años. Lo fue durante el matrimonio de Rosa con un Mosso de Escuadra llamado Rubén (Javier en El cuerpo en llamas) y lo siguió siendo durante la relación de esta con Pedro Rodríguez. Parece ser que ambos planificaron la muerte de Pedro para tener un poderoso secreto compartido que reforzara su relación y los uniera para siempre. Lo segundo se hizo realidad, siempre estarán unidos por lo que hicieron, lo de reforzar su relación… ya es otra cosa…

Este suceso fue muy mediático por lo rocambolesco del crimen; por el hecho de que todos los implicados pertenecían a un cuerpo policial; porque eran jóvenes y guapos, y porque Rosa Peral era una mujer con una agitada vida sexual.

Ese hecho, como no, fue muy importante para los medios de comunicación que cubrieron el caso, muchas veces, incluso más que el propio crimen. Un ejemplo más de cómo se criminaliza a una mujer por sentir y disfrutar de su propia sexualidad. El número de amantes del resto de implicados nunca fue tan importante como los de Rosa, ni siquiera se tuvieron en cuenta.

Que Rosa fuera promiscua e infiel era perfecto para que los medios la convirtieran en una viuda negra. Para que el atractivo y extremadamente machista relato que presentaba a Rosa Peral como una femme fatal, fría y calculadora tuviera todo el sentido del mundo.

Rosa Peral y Albert López.
Rosa Peral y Albert López.

El juicio de pornovenganza

Además, en esa época se celebró el juicio de la pornovenganza en el que Rosa Peral también estaba implicada. Un juicio que trataba sobre otro mediático delito en el que Óscar, un superior de Rosa con el que tuvo una aventura, envió desde el mail de Rosa un obsceno mensaje a sus amigos, compañeros y familia en el que adjuntaba una foto de Rosa Peral practicándole una felación.

Aun existiendo un audio en el que Óscar le confesaba a Rosa que él había sido el que había enviado el mail, el superior de Rosa Peral consiguió salir exculpado de todo. Incluso se planteó la posibilidad de que fuera ella misma la que enviara ese mail.

Este suceso ayudó fortalecer la imagen que vendían los medios de comunicación sobre Rosa. De esta forma, la sociedad, desde una mirada patriarcal, puritana, cristiana y pecaminosa, la juzgó y sentenció culpable antes que cualquier tribunal. No solo del crimen, sino como mujer. Como persona.

Independientemente de que ella fuera la asesina de Pedro, un hecho por el que aún no hay pruebas de que así fuera, Rosa Peral no obtuvo un juicio justo. Se preponderó la importancia de su vida sexual y, a causa de algunos medios de comunicación, se redibujó de una forma muy negativa su imagen pública.

Ursula Corberó es Rosa y Quim Gutiérrez es Albert en El cuerpo en llamas. Cr. NIL VENTURA/NETFLIX © 2022
Úrsula Corberó es Rosa y Quim Gutiérrez es Albert en El cuerpo en llamas. Cr. NIL VENTURA/NETFLIX © 2022

El cuerpo en llamas, el nuevo éxito de Netflix con Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez

La serie de Laura Sarmiento es un excelente true crime. En España, ese género ha sido muy exitoso gracias de diferentes docuseries que, ya sea en plataformas o en la televisión, han documentado crímenes de todo tipo, pero no recuerdo ninguna serie española 100 % de ficción y basada en un crimen real, que contenga todas las particularidades y cualidades de este género hasta El cuerpo en llamas.

Fariña o La línea invisible podrían ser dos de las series que más se acercan a este tipo de productos, pero es con El cuerpo en llamas que la ficción española se aproxima a exitosas producciones como Cómo meterse en un jardín, La escalera, Candy, Dahmer o Love and Death.

Parte del éxito de El cuerpo en llamas, se debe a su pareja protagonista. Úrsula Corberó consigue su mejor trabajo hasta la fecha poniéndose bajo la piel de Rosa Peral, y Quim Gutiérrez, como ya ocurrió en Ventajas de viajar en tren, se aleja de su exitoso personaje de Primos y nos recuerda que su talento no solo se sostiene en la comedia. Solo hay que recordar sus trabajos en Azul oscuro casi negro o sus orígenes en la televisión catalana, para que echemos en falta esa vertiente de su trabajo.

Úrsula Corberó está genial como la asesina de Vilanova. Con un preciso trabajo emocional y físico, mantiene su personaje hasta el final de la serie. Su forma de expresarse o sus miradas nos recuerdan mucho a la Rosa real, se nota que para lanzarse a este trabajo lo ha hecho de forma desprejuiciada y respetando a su personaje.

El resto del reparto de El cuerpo en llamas también consigue unas muy buenas interpretaciones. Isak Férriz, Eva Llorach, José Manuel Poga, Pep Ambròs, Aina Clotet y Bruno Sevilla realizan un trabajo notable a la hora de dar verdad a sus personajes.

Úrsula Corberó como Rosa Peral en El cuerpo en llamas.
Úrsula Corberó como Rosa Peral en El cuerpo en llamas.

El cuerpo en llamas: ¿fiel a la realidad?

La dirección de Laura Mañá y Jorge Torregrosa, también es destacable, así como la del resto de departamentos. Muy interesante la idea de finalizar cada uno de los ocho episodios con canciones españolas de intérpretes como Bambino o Rocío Jurado que retratan el estado emocional de Rosa Peral en cada episodio.

Si algo se le puede echar en cara a la producción de Arcadia (As Bestas) y Netflix, es que, como ocurre en muchas producciones de este tipo, se dulcifica sobremanera a los criminales. La serie El Manipulador ejemplifica muy bien cómo el true crime suele caer en esos tropos (imagino que para que empaticemos más con los personajes), consiguiendo que se cambie la visión que la sociedad tiene del o la criminal, e incluso que se reabran casos.

Otra de las cosas que se le echa en cara a El cuerpo en llamas, es que no se haya atrevido a mostrar la escena del crimen de Pedro Rodríguez. Que no se haya atrevido a imaginar cómo sucedió un crimen que aún hoy, nadie, excepto su, o sus ejecutores, sabe cómo ocurrió.

Para aquellas que quieran saber más sobre el crimen de la Guardia Urbana, recomiendo que vean el oportuno documental que ha estrenado Netflix junto a la serie, Las cintas de Rosa Peral, y, si aún os quedáis con ganas de saber más, hay que ver los cuatro episodios de la serie catalana Crims, que relatan todo lo que sucedió. Hasta ahora, la mejor producción para enterarse de toda la verdad y jugar a ser un miembro más del jurado.

Por lo demás, El cuerpo en llamas, la serie que Rosa Peral y su abogada no querían que saliera a la luz, lo ha hecho y está resultando un auténtico éxito del que todo el mundo está hablando. Los y las espectadoras de esta serie vuelven a intentar encajar las piezas de un puzle que, si se consigue completar, mostrará la macabra imagen de un crimen que sigue sin resolver.

Saludos furiosos.