‘Contenido’: La obra de quien se hartó de guardar
Hemos vivido confinados dentro de una muñeca rusa, siendo nosotros la muñeca más pequeña. Nuestro hogar se llegó a convertir en la jaula del pájaro que por tener comida y agua asegurada teme salir y volar aun con la puerta abierta.
La vida se ha convertido en un juego lleno de contenedores y contenido. El miedo hace que muchas veces solo veamos el contenedor y nunca el contenido. ¿Quién sabe lo que habrá dentro, no?
La nueva obra del artista Gobi recoge ese nombre, Contenido. Está realizada y expuesta íntegramente dentro de una casa en desuso camino a convertirse en una nueva vivienda. Nunca visitar una casa resultó una experiencia tan gratificante.
Contenido: el artista, su obra y el espacio
Vivimos momentos extraños, ruidosos, contaminantes y cada vez más vacíos. Vacíos de todo lo que se alimenta el alma: de arte, curiosidad, sorpresa y emoción. Pero llenos de muchas otras cosas. De esas que no estaría mal vaciar de vez en cuando como hacemos con la papelera de nuestro ordenador.
Gobi, lo ha hecho. Ha regurgitado desde su contención una excelente obra integrándola a la perfección en el espacio que, durante tres meses, le sirvió de hogar, inspiración y soporte. Una vieja pero regia vivienda de dos plantas ubicada en una céntrica calle de la localidad castellano-manchega, Tomelloso.
La visita
Cuando entras en la vivienda que alberga Contenido, te sorprendes al ser recibido por el propio artista. Gobi (Roberto Carretero), perfecto anfitrión de su obra, guía y explica por el espacio cómo fue el proceso creativo de lo expuesto y muchos de los entresijos de la obra.
En la entrada vemos escritas en una de las paredes las tres acepciones del significado del verbo contener y en otra, la representación del camino que hizo el artista al llegar a la casa. Dejar las maletas en el suelo, quitarse las zapatillas y comenzar a crear.
En otra de las salas, como si viéramos el making of de una película, encontramos la proyección del viaje artístico de Contenido.
Gobi utiliza lo que le ofrece la casa en su obra. El papel pintado, los azulejos, las grietas, molduras… todo es susceptible de ser utilizado.
Es una obra libre. Además de aprovechar los propios recursos de la casa, Gobi no ha dudado en corregir o modificar obras supuestamente terminadas para crear una nueva. Utilizando en muchos casos los chorreantes caminos de pintura creados durante la elaboración de estas.
Sus pinturas son de todos los tamaños. Desde enormes rostros en técnica mixta que ocupan una pared a pequeños y delicados óleos.
Segunda planta: Galgos y miradas
En la segunda planta de la vivienda es donde se encuentra el grueso de las obras de Contenido.
Aunque Gobi no se define un artista de series, encontramos varias de estas. Diferentes rostros nos llevan a sensaciones y emociones tan extrañas como sus formas. Series que plantean una evolución, ya sea gráfica o creativa, nos indican por donde continuar.
Toda la casa se ha convertido en una enorme obra de arte. Cada una de sus estancias ayuda a completar el sentido de las obras que contiene. A la vivienda le faltan tabiques, ventanas, está en un proceso de cambio. Así como la obra de Gobi.
La sensación de caminar y pasear por la casa rodeado del arte con el que Gobi nos recibe es una experiencia que no apetece abandonar. De alguna manera sientes que la obra también es tuya. O que, sin darte cuenta, perteneces a ella.
Algunas zonas del techo están apuntaladas. Se escuchan a las palomas intentando entrar por la azotea. La luz, o su ausencia, es natural y los sonidos de la vivienda parecen darle vida. En muchos casos eso podría dar miedo, pero no es así en Contenido. Al contrario, te sientes extrañamente seguro. Acompañado. Quizá son las pinturas de los rostros que pintó Gobi, o las figuras. El galgo de la pared o el falso fuego de la chimenea. No lo sé.
Contenido: No tiene porqué terminar
Al final de la visita, los visitantes hablamos con el anfitrión. Exponemos nuestras sensaciones en la casa grande. En Contenido. Siempre es interesante conocer las diferentes formas en que se pueden interpretar las obras de un artista.
Las opiniones son curiosas y diversas pero hay algo que siempre se suele repetir, la tristeza por haber acabado el viaje. La visita. Que se haya terminado. Esa sensación inexplicable de vacío.
Pero nada tiene porqué terminar. Igual que muchas de estas pinturas acabarán en otros lugares, muchos edificios, casas o patios podrán continuar el relato de Gobi. Que Contenido sea la primera piedra de la construcción del mundo sin fin, de la primera visita guiada a la generosidad de un artista que se cansó de contener y guardar.
Visitas disponibles hasta el domingo 30 de mayo.