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‘Cuando fuimos brujas’: el cuento de los hermanos Grimm al que dio vida Björk

Las leyendas, el folclore, las habladurías son siempre motivo de fiesta en una reunión social. No en vano es un recurso literario ampliamente utilizado para crear una atmósfera de incierto misterio. Nietzchka Keene, cineasta estadounidense, sorprendió con su debut cinematográfico en 1990. The juniper tree o Cuando fuimos brujas fue su primer largometraje como directora y guionista y lo hizo por todo lo alto, introduciendo a Björk al mundo de la actuación.

Cuando fuimos brujas es una historia poco conocida, basada en un cuento atroz y brutal de los hermanos Grimm, no muy recordada, y que se puede encontrar, como una joya oculta, en el catálogo de Filmin.

Póster de Cuando fuimos brujas.
Póster de Cuando fuimos brujas.

Cuando fuimos brujas: historias de brujas que nunca cansan

Nos situamos en la edad media en Islandia, donde se rodó íntegramente la película. Margit, el personaje de Björk y Katla, interpretada por Bryndis Petra, son dos hermanas que se han quedado sin madre, que ha sido apedreada y después quemada en la hoguera por bruja.

Para poder sobrevivir en ese territorio agreste en el que están absolutamente solas, Katla decide, al ser la mayor, buscar un hombre al que embaucar para casarse con él y asegurar a su hermana techo y comida. Conoce a un campesino que tiene un hijo y que es viudo y, valiéndose de sus dones, acaba viviendo con él.

No obstante, el hijo de este hombre sospecha de Katla y llega a tacharla de bruja. Mientras que, por lo que respecta a Margit, acaban teniendo una relación fraternal, aunque esta tiene visiones de su madre muerta.

Mientras que el padre y Margit adquieren un papel casi de observadores, entre Katla y el niño se instaura un período de guerra con un final melodramático para todos.

Björk en Cuando fuimos brujas.
Björk en Cuando fuimos brujas.

El árbol del enebro

El enebro, más que ser un árbol, es un arbusto grande. Sus hojas son como agujas y arroja como frutos unas bayas algo amargas y dulces. Este árbol es el personaje principal del cuento de los hermanos Grimm El enebro o Del enebro (según las fuentes que se consulten). La historia, muy parecida a la que cuenta Keen en Cuando fuimos brujas, es realmente atroz y sangrienta.

Desde luego, no es un cuento para niños, pese a la sencillez de su construcción. El relato trata sobre celos, ambición, sobre esa forma que tienen los seres humanos de cometer actos impulsivos y atroces y después arrepentirse y pretender que no ha pasado nada.

Aunque no se dice explícitamente, los Grimm insinúan la malicia y los trucos sucios que emplea la protagonista (que equivaldría a Katla en el filme) para deshacerse del hijo de su actual marido. Su propia hija es la que acaba salvando al niño que, transmutado en feliz pájaro va cantando su crimen a los cuatro vientos para todo aquel que se pare a escucharlo.

La inspiración de la directora estadounidense en este brutal escenario cocinado por los Grimm es más que clara, aportándole además matices llamativos. El principal es llamar a las hermanas por lo que son: brujas. No necesariamente malas o buenas, sino con capacidades que la mayoría no tiene y que usan para lidiar con la vida.

Cuando fuimos brujas.
Cuando fuimos brujas.

Cuando fuimos brujas

Hubo un tiempo en que muchas mujeres fuimos brujas. Corríamos desnudas por los bosques alrededor de las hogueras invocando a los espíritus para usarlos en nuestro favor. O eso creían muchos, quizá amenazados por reconocer en el otro género las propias virtudes y defectos.

La película podía haberse traducido por El árbol del enebro, siendo más fiel al original y al cuento de los Grimm, pero se decidió cambiarlo por completo y venderla en España como Cuando fuimos brujas. Esto le da una dimensión distinta a la historia.

En parte quita algo de la magia del filme porque no se deja que el espectador descubra qué se traen las hermanas entre manos por sí mismos. Por otro lado, no obstante, hace que no se piense solo en ellas, sino en todas las historias sobre brujas que, sobre todo en octubre, sobrevuelan nuestras cabezas en sus escobas.

Esta es sin duda una película dura, no tan fácil de ver, que brilla por sus silencios, por la interpretación de Björk y por una fotografía en blanco y negro sencillamente preciosa. El paisaje de Islandia, agreste y bello, es idóneo para el desarrollo de esta trama onírica e impactante, especialmente por su fuerza visual.

En otro tiempo, fuimos brujas y con esa excusa se cometieron actos atroces. Por eso hoy no dejan de ser recordados como mitos y leyendas de bosques encantados, en los que los aquelarres quizá sigan practicando sus ritos secretos.