Ecca Vandal: la rebelión musical que no sabías que necesitabas

A veces la música te sacude, te arrastra y te planta en la cara un: “¿dónde demonios estabas todo este tiempo?”. Así es Ecca Vandal. Una explosión de géneros, de actitud, de todo lo que está bien cuando lo único que necesitas es romperlo todo (metafóricamente, o no tanto…). Porque si hay alguien que ha llegado a la escena musical para desordenarla, es ella.

Y es que no estamos hablando de otra estrella prefabricada, sino de una artista que escapa de cualquier etiqueta fácil. ¿Punk? Sí, pero también hip hop. ¿R&B? Claro, pero con una gruesa capa de distorsión rockera. ¿Electrónica? Por supuesto, pero sólo si se mezcla con caos. Así es Ecca Vandal: una outsider en un mundo de copias, que ha convertido la disidencia en su carta de presentación.

Ecca Vandal.
Ecca Vandal.

¿Quién es Ecca Vandal?

Lo justo es empezar por el principio, aunque Ecca Vandal no sea mucho de seguir guiones. Nacida en Sudáfrica, criada en Australia, hija de refugiados de Sri Lanka. Sí, su vida ya de por sí tenía todas las papeletas para ser una mezcla cultural intensa, pero Ecca no se quedó ahí. Su historia no es la típica de alguien que crece escuchando sólo un género. Ella se crio con Miles Davis, Björk, Nirvana, The Prodigy y Missy Elliott sonando de fondo, y lo que hizo fue absorberlo todo como una esponja nuclear.

Antes de que pudiera gritarle al mundo su rabia melódica, Ecca Vandal se formó en el jazz (sí, jazz), algo que explica su capacidad camaleónica de navegar por estilos que aparentemente no tienen nada que ver. Pero si algo dejó claro desde sus primeros pasos en la industria es que no iba a jugar el juego de nadie. De hecho, jugar es una palabra que queda corta. Ella vive la música como un campo de batalla.

Ecca Vandal (2017): El debut que incendió la escena

En 2017, su primer disco Ecca Vandal llegó como un golpe en la mesa. Un álbum debut que no sonaba a debut para nada, sino a manifiesto. Desde el primer tema, Broke Days, Party Nights, ya te queda claro que aquí no hay medias tintas. La canción es pura gasolina: una base electrónica cortada a cuchillo, guitarras punkeras y su voz, siempre al filo de la navaja.

Este disco es una carta de amor a la rabia bien canalizada. Future Heroine suena como si Rage Against the Machine se dieran la mano con M.I.A., mientras que Price of Living, en la que colabora con Jason Aalon Butler (de Fever 333) y el mítico Sen Dog de Cypress Hill, es un puñetazo socio-político directo a la mandíbula. Porque si hay algo que Ecca Vandal no puede soportar, es quedarse callada.

Pero no todo es fuego y destrucción. Your Orbit, por ejemplo, baja las revoluciones sin perder el filo, mostrando que también hay espacio para la vulnerabilidad, aunque sea con dientes apretados. Y luego está End of Time, que podría reventar cualquier pista de baile alternativa sin que pierdas la fe en el bajo más sucio que hayas escuchado en años.

Ecca Vandal.
Ecca Vandal.

Una estética que escapa del molde

Ecca Vandal no es sólo su música. Su estética es un universo propio. Mezcla de futurismo callejero, riot grrrl y cyberpunk pasado por el filtro de un videoclip noventero de MTV cuando todavía era irreverente. Sus vídeos, dirigidos en muchos casos por ella misma, son manifiestos visuales donde la figura de la mujer fuerte, racializada y dueña de su cuerpo y su arte se planta con una fuerza que desarma.

Su imagen es política. Su presencia en un escenario, también. Ella no sólo canta, ella te arrastra con cada gesto, con cada movimiento que es más coreografía de lucha que danza. Porque sí, está luchando: contra el machismo, contra el racismo, contra todo lo que le dijeron que no podría ser.

Ecca en directo: experiencia religiosa

Quien la ha visto en directo lo sabe. No sales igual. Su presencia escénica no es normal. Es brutal. Y no porque se quede en el griterío punk, sino porque lo mezcla con esa actitud casi hip hop de adueñarse del espacio. Lo llena todo. Su energía, la forma en que rompe las distancias con el público, es pura catarsis.

En festivales como el Download Festival o Splendour in the Grass, se ha comido el escenario. No importa que antes hayan tocado bandas enormes. Cuando Ecca Vandal pisa las tablas, todo lo anterior desaparece. Ella es el momento.

Desde su debut, ha seguido lanzando temas y colaboraciones que la mantienen siempre al filo. Su participación en temas con Fever 333, Birds of Tokyo o Dan Sultan no hacen más que confirmar que su voz es una de las más frescas, necesarias y potentes del panorama alternativo actual.

Se espera con ansias su siguiente disco, porque si algo hemos aprendido de ella es que nunca se repite. Cada paso es una reinvención, una forma nueva de decirnos: “despierta, esto es real”.

Ecca Vandal es ahora

En 2024 y este mismo año, Ecca Vandal volvió a demostrar que su creatividad no tiene techo con una serie de singles que no hacen más que reafirmar su lugar en la vanguardia musical. Cruising to Self Soothe, lanzado hace apenas un mes, es un tema que encapsula a la perfección ese impulso de buscar refugio en uno mismo, pero sin perder la energía cruda y explosiva que la caracteriza. El videoclip, fiel a su estilo visual, es un viaje entre lo onírico y lo punk, con un ritmo que se clava en la piel.

Unos meses antes, ya nos había sorprendido con Then There’s One, un corte más íntimo, pero igual de intenso, donde la electrónica se entrelaza con guitarras crudas y una lírica que parece un manifiesto personal. Y no podemos dejar de mencionar Bleed But Never Die, una declaración de fuerza y resistencia, con ese grito de guerra que te empuja a seguir, incluso cuando todo parece desmoronarse. En cada uno de estos temas, Ecca demuestra que sigue sangrando, pero nunca va a dejarse caer.

Ecca Vandal no es una moda. No es una nota al pie en la historia de la música alternativa. Es una voz que desafía, que incomoda, que no se deja domar. En un mundo donde la originalidad parece una especie en extinción, ella es prueba viviente de que aún hay artistas que prefieren el riesgo al conformismo.

Así que, si todavía no la has escuchado, hazte un favor. Dale al play a Ecca Vandal, sube el volumen y deja que te atraviese. Después hablamos.