‘El mentiroso’, de Stephen Fry: Hablemos de la honestidad

Un Camaleón como portada de 'El mentiroso'

Uno de mis seres humanos preferidos en un sketch de A Bit of Fry and Laurie decía: «Supongo que siendo honesto, em…, utilizo mi pene como una especie de sustituto de automóvil». Además de este programa de comedia, “el mentiroso” Stephen Fry ha participado en otros muchos de la televisión inglesa, así como en la radio, el cine, y el teatro.

Talentoso, divertido, y locuaz hasta el extremo, Fry es de esa gente que hace de todo y siempre bien. Como escritor, ha publicado más de una decena de libros, entre los cuales se encuentran tres cautivadoras autobiografías que no puedo dejar de recomendar: Moab Is My Washpot, The Fry Chronicles, y More Fool Me.

Su primera novela, El mentiroso, fue publicada en septiembre de 1991 por la editorial inglesa Heinemann, y distribuida en castellano quince años después por Anagrama Editorial. Y el libro trata, esencialmente, de lo que dice la cita del principio. De honestidad, no de usar los genitales como medio de locomoción.

Stephen Fry, autor de El mentiroso
Stephen Fry, autor de El mentiroso

Siendo franco…

…El mentiroso está estructurado de manera que confunde, pero no engaña. Dando saltos hacia delante y atrás en el tiempo, nos cuenta la historia de Adrian Healey y el tremendo embrollo en el que anda metido.

Ya desde muy joven, Adrian se muestra como un chico inteligente, agudo, y con una tendencia natural hacia la mentira. Precisando más, se diría que hace un arte de su falta de honestidad. Qué digo un arte, ¡una ciencia!, con la que enfrentarse al mundo y construir sus relaciones con los demás.

Al ingresar en la universidad, sin embargo, se encuentra con un pez más grande que él. Donald Trefusis resulta ser, quizá, el personaje más sugerente de la novela. Profesor de Lengua Inglesa, es un acérrimo defensor de las Humanidades, y un intelecto al que ni Adrian es capaz de superar.

Juntos, estos dos personajes se embarcan en un voraz juego de engaños en el que la moral tiene poco o nada que ver. Dicho juego cobra una dimensión que a Healey se le escapa, e implica un antiguo proyecto de la Inteligencia Británica, e incluso vidas humanas.

Honestamente…

…El mentiroso es un derroche de ingenio que mantiene la intriga hasta el último momento. Divertida en ocasiones (hilarante, incluso) y extremadamente cruda en otras, constituye una lectura irrespetuosa, sexualmente desvergonzada, y de lo más interesante. A expensas de su protagonista, nos lleva desde un internado en Gloucestershire, Inglaterra, hasta el Österreichischer Hof, un hotel de lujo en el suroeste austríaco, pasando por la universidad de Cambridge.

Y es que, por sacarle alguna pega a la historia, sus personajes, y el ambiente en el que se mueven, son extremadamente elitistas. Aunque El mentiroso en sí mismo no se dé ínfulas, a veces resulta difícil empatizar con Trefusis o el propio Healey. En el hecho de que ambos no sean más que un par de cabrones estirados reside su virtud y su defecto.

Si pasamos esto por alto, sin embargo, nos encontramos ante un producto literario de gran calibre y de lo más disfrutable.