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Sitges 2023: ‘El reino animal’ de Romain Duris y Adèle Exarchopoulos se apodera del festival

El reino animal llega a Sitges. La película de Thomas Cailley, inauguró la selección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2023 y hoy remueve los cimientos del Sitges Film Festival.

Póster de El reino animal.
Póster de El reino animal.

El reino animal es una de las películas más esperadas del festival por varios motivos. Uno es su reparto: Romain Duris es uno de los más queridos y talentosos actores galos. El año pasado pudimos ver en el Festival de Sitges otra muestra de su talento en Corten!, el remake de One Cut of The Dead, y Adèle Exarchopoulos, una de las mejores actrices de su generación, suma seguidores de su trabajo allá por donde pasa. En el pasado Festival de Sitges también la pudimos encontrar, en este caso, en dos títulos, la maravillosa Los cinco diablos y en una de las historias de Fumar provoca tos, la última travesura de Quentin Dupieux.

Otro de los motivos es su director, Thomas Cailley, quien ya nos sedujo con Les Combattants, su ópera prima. Cine indie, de autor, de ese que cala como lluvia de ese otoño que parece no llegar nunca.

Si en Les Combattants, Cailley acarició el género fantástico, en El reino animal se sumerge en él para entregarnos una indiscutible obra de culto que nos hará disfrutar tanto de su belleza como reflexionar con su mensaje.

El reino animal.

El reino animal: ¿distopía o una mirada a la actualidad?

La película nos cuenta la historia de François (Romain Duris) y su hijo adolescente, Émile (excelentemente interpretado por Paul Kircher). Ambos viven en una realidad no muy lejana a la nuestra, en la que por un misterioso y extraño suceso (que no nos explican), algunas personas comienzan a transformarse en seres mitad humano, mitad animal. Lana, esposa y madre respectivamente de los dos protagonistas, es una de ellas.

La sociedad ve a estos seres como un peligro, así que los trasladan a un recinto especial para intentar frenar su metamorfosis y manejar sus ¿impulsos agresivos?

Un día, una de las furgonetas que transportaban a algunas de esas entidades a uno de esos espacios construidos para ellos/as, se accidenta en un bosque. A la vez que los supervivientes se esparcen y buscan su lugar entre la naturaleza, el temor invade a la población cercana.

En ese vehículo también iba Lana. François y Émile decidieron, prácticamente obligados por el sistema, internar a su madre en uno de esos centros. Desde el momento del accidente, ambos inician la frenética búsqueda de Lana.

Mientras François se aferra a los recuerdos de su familia, ve cómo Émile, quien empieza a experimentar cambios en sí mismo, se aleja de él. Sin embargo, a medida que Émile se encuentra en secreto con algunos de los seres que se ocultaron en el bosque, descubre una conexión profunda con su humanidad.

Paul Kircher en el El reino animal.
Paul Kircher en El reino animal.

El reino animal: odio a lo diferente

En plena era de la globalización, cuando más fácil y rápido es viajar de un lugar a otro del planeta, cuando la tecnología nos ofrece las herramientas para estar conectados con cualquiera en cualquier lugar, la xenofobia, el racismo y el odio a lo diferente crece a un ritmo frenético.

El reino animal nos cuenta una historia en la que veremos fabulosos seres que podrían surgir de algún relato mitológico. Hombres-águila, niñas-camaleón y, por qué no, hasta hombres lobo. Personas que han mutado en animales. Personas que han aceptado ese cambio. Personas que se aceptan en la diferencia. Que se quieren como son. Auténticos. Genuinos. De verdad.

Porque la diferencia no es déficit, la diferencia siempre enriquece.

Pero como ocurre hoy en día, la diferencia da miedo. No se entiende. No gusta. No interesa.

Vivimos sometidos por líderes y algoritmos que nos dirigen a su antojo. Nos igualan e introducen en el camino que ellos han decidido que debemos transitar. Todo se repite. Todo es igual. La ropa, las canciones, los libros, las películas, los discursos, las ideas, las guerras…

Si piensas diferente te conviertes en un paria, en alguien extraño, en un desplazado. La vida desplaza lo diferente. Lo aparta. Lo esconde.

Debemos ser iguales. Borrar nuestras particularidades, eso que nos hace diferentes, eso que nos hace únicos. Es más sencillo manejar a masas que piensan igual que a individuos de pensamientos e ideales plurales.

El reino animal nos pide que dejemos de obedecer, nos recuerda que somos libres, de cuerpo y de pensamiento. Que, si queremos, aún podremos ser nosotros mismos los que decidamos cómo ser, cómo amar y cómo vivir.

Porque la diferencia no es déficit, la diferencia siempre enriquece.

Paul Kircher y Romain Duris en el El reino animal.
Paul Kircher y Romain Duris en El reino animal.

El reino animal: nueva joya del fantástico

El reino animal se convierte así en la mejor obra de Thomas Cailley, una película fascinante, preciosa y muy recomendable en la que destacan todos sus departamentos. Desde sus efectos especiales hasta su guion (Pauline Munier), pasando por la música y la excelente fotografía. La dirección de Cailley es precisa y artesana, demuestra que tenía muy claro qué historia contar y cómo la quería contar.

Romain Duris lo borda como ese padre desbordado que debe aprender a mirar el mundo desde un punto de vista que lo modifique hasta los huesos. Debe aprender a amar la libertad de aquellos a quién ama y así poder adquirir la libertad de volver a amar.

Paul Kircher vive su propio coming-of-age sobrenatural. Su retrato de un joven adolescente con los cambios físicos, cognitivos e identitarios propios de su edad a los que hay que sumar su particular mutación, es sublime.

En este caso, aunque el personaje de Adèle Exarchopoulos no es tan interesante y arriesgado como el de sus trabajos en La vida de Adele, Pasajes o Los cinco diablos, demuestra que su magnetismo y la fuerza de su mirada no pierde intensidad.

En definitiva, El reino animal, es una de las mejores películas del Sitges Film festival de este año, una obra que, si eres fan del Sweet Tooth de Jeff Lemire y el mejor cine fantástico, no la debes dejar pasar.

Adèle Exarchopoulos en El reino animal.
Adèle Exarchopoulos en El reino animal.

Sobre el director: Thomas Cailley

Tras estudiar en el departamento de guion de La Fémis, Thomas Cailley dirigió Paris Shanghai (2011), un cortometraje premiado en numerosos festivales.

Su primer largometraje, Les Combattants, fue todo un éxito entre el público. Presentado y premiado en la Quincena de Realizadores de Cannes en 2014, recibió tres César al año siguiente, incluido el de Mejor Ópera Prima.

Dirigida para Arte, su primera serie Ad vitam (6×52) fue seleccionada en el Festival Internacional de Cine de Toronto y elegida mejor serie francesa del año en Séries Mania en 2018.

El reino animal, presentado en la Sección Oficial de la noche inaugural de Un Certain Regard del Festival de Cannes (2023), es su segundo largometraje como director.

Saludos furiosos.