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Escuchando Elefantes alzan la voz contra la gordofobia en su nuevo single ‘Banderas’

El dúo gallego Escuchando Elefantes vuelve con fuerza y sensibilidad en un adelanto de su próximo disco, una crítica clara a la superficialidad y a la violencia estética que atraviesa nuestra sociedad.

Escuchando Elefantes: Una bandera blanca en tiempos hostiles

Escuchando Elefantes, uno de los dúos más queridos y auténticos de la escena indie española, regresan con Banderas, el primer adelanto de su próximo disco que verá la luz el 3 de octubre. Carlos y Sílvia, las dos almas que dan vida a este proyecto, izan la bandera blanca frente a una sociedad que todavía sigue dictando quién encaja y quién no, quién merece mostrarse y quién debe esconderse. La canción, construida con un sonido crudo y melancólico, es una bofetada delicada contra la gordofobia y la superficialidad que nos rodea.

El nuevo single no solo es un himno contra los cánones impuestos, sino también una declaración de poder personal, de reivindicar la libertad de ser y mostrarse. Porque, seamos sinceras: en un mundo donde los likes pesan más que los abrazos, necesitamos canciones que nos recuerden que lo esencial no pasa por el filtro de Instagram.

Banderas, de Escuchando elefantes.
Banderas, de Escuchando elefantes.

Escuchando Elefantes: un viaje de intimidad y autenticidad

Formado por Carlos y Sílvia, Escuchando Elefantes se ha ganado un hueco en el panorama indie gracias a una conexión que traspasa escenario y público. Sus voces entrelazadas no solo transmiten fuerza, sino también vulnerabilidad y verdad, dos cualidades que en la música (y en la vida) no deberían ser excepciones, sino la norma.

Su historia es también un ejemplo de resistencia artística: compaginan festivales como el BBK Live, O Son do Camiño o el Caudal Fest, con actuaciones en teatros, salas pequeñas e incluso conciertos espontáneos en la calle. Esa cercanía con la gente es lo que ha consolidado su autenticidad, y lo que convierte cada directo en un ritual compartido.

No hablamos de un grupo más del circuito indie. A lo largo de su carrera, han colaborado con artistas de la talla de Glen Hansard, Bono de U2, Paddy Casey, Hozier, Sinéad O’Connor o Amancio Prada. Y pese a esos nombres brillando alrededor, Escuchando Elefantes nunca ha perdido la brújula: lo suyo es contar historias con intensidad, emoción y un vínculo real con quien escucha.

Banderas: un grito íntimo contra la gordofobia

En Banderas encontramos esa combinación mágica entre la crudeza del mensaje y la belleza de la forma. La canción no se anda con rodeos: señala la gordofobia como una de esas violencias invisibles que estructuran nuestro día a día, disfrazada de consejo bienintencionado, de “preocupación por la salud” o de meme gracioso en redes. La superficialidad, esa dictadura silenciosa que obliga a los cuerpos a encajar en moldes imposibles, queda expuesta en cada verso.

El mérito de Carlos y Sílvia es convertir esa crítica en un canto melódico que no cae en el panfleto, sino que conmueve. Nos invitan a rendirnos, no ante la presión social, sino ante la necesidad de cuidarnos desde el poder personal, de alzar banderas blancas que no significan rendición, sino paz con nosotras mismas. Y en los tiempos que corren, eso es casi revolucionario.

Aquí la música se convierte en refugio y resistencia: un recordatorio de que la belleza está en la diversidad, y que la gordofobia no es un problema individual, sino un síntoma colectivo de una sociedad enferma de obsesión estética.

Un regreso a las raíces con nuevas capas de sonido

Lo que será el próximo álbum de Escuchando Elefantes apunta maneras: un retorno a las raíces intimistas del dúo, con un giro hacia sonidos más rotundos y envolventes. En Banderas escuchamos esa evolución: un tono melancólico que no se hunde en la tristeza, sino que encuentra fuerza en la fragilidad.

La producción es minimalista pero contundente, con arreglos que dejan espacio a las voces, siempre el corazón del proyecto. No hay artificio ni sobreproducción: lo que escuchamos es la verdad desnuda de dos artistas que han aprendido a caminar entre la dulzura y lo desgarrador sin perder coherencia.

El single es, en muchos sentidos, una promesa: lo que viene en octubre no será un simple disco, sino un viaje emocional que va a remover. Porque si algo han demostrado Escuchando Elefantes es que saben contar historias que nos atraviesan, ya sea en un festival multitudinario o en una esquina de la calle.

Escuchando Elefantes: resistencia indie en clave feminista

El indie español a veces peca de homogeneidad: chicos con guitarras, letras encriptadas y un cierto postureo que se agota rápido. Escuchando Elefantes rompen esa dinámica con autenticidad y un discurso que no teme entrar en terrenos incómodos. Hablar de gordofobia en una canción indie no es un gesto menor; es un posicionamiento político y social que merece ser celebrado.

La música, cuando se compromete, puede convertirse en altavoz de lo que muchos prefieren callar. Y Banderas es justo eso: una invitación a señalar las violencias estéticas, a dejar de normalizar lo que hace daño y a tender un puente hacia la libertad de mostrarse tal cual somos.

Carlos y Sílvia han sabido consolidar un proyecto que no necesita artificios, porque su fuerza radica en algo más profundo: la emoción genuina, el contacto con el público, la honestidad sin maquillaje.

Escuchando elefantes son Carlos y Sílvia.
Escuchando elefantes son Carlos y Sílvia.

Una bandera para el futuro

El 3 de octubre, con la publicación de su nuevo disco, Escuchando Elefantes volverá a recordarnos por qué se han convertido en una de las propuestas más auténticas y necesarias de la escena alternativa española. Banderas no es solo un adelanto musical: es una declaración de intenciones, un aviso de que este dúo gallego todavía tiene mucho que decir, y lo hará con la misma delicadeza y contundencia que les caracteriza.

En un panorama saturado de canciones diseñadas para playlists de fondo, Escuchando Elefantes apuestan por lo contrario: canciones que no puedes ignorar, que te sacuden y te obligan a mirar lo que no quieres ver. Y si eso implica incomodar a quienes se benefician de la gordofobia y la superficialidad, mejor todavía.

Porque a veces la revolución empieza con un susurro melódico. Y en ese terreno, Carlos y Sílvia son imbatibles.