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‘La bella Dorotea’: la heroína de Miguel Mihura que desafía convencionalismos

Del 30 de marzo al 1 de mayo podremos disfrutar de la comedia La bella Dorotea en la Sala Principal del Teatro Español de Madrid. Protagonizada por Manuela Velasco, bajo la dirección de Amelia Ochandiano, esta obra de teatro nos permite viajar hasta la España de los años setenta, poniendo en valor el universo femenino de Miguel Mihura.

La bella Dorotea, un clásico imprescindible de Miguel Mihura, es la historia de una heroína que se enfrenta al resto de la sociedad para defender su dignidad y desafiar los convencionalismos. Raúl Fernández de Pablo, Mariona Terés, César Camino, Rocío Marín, María José Hipólito y Belén Ponce de León acompañan a Manuela Velasco en el reparto. La obra es una producción del Teatro Español.

Equipo técnico y artístico de La bella Dorotea. Imagen: (C)José Alberto Puertas.
Equipo técnico y artístico de La bella Dorotea. Foto: (C)José Alberto Puertas.

‘La bella Dorotea’: El universo femenino de Miguel Mihura en las tablas del Teatro Español

Dorotea (Manuela Velasco) vive en una pequeña localidad del norte de España a mediados de los años setenta. Es hija de uno de los hombres más ricos del pueblo y también una mujer inadaptada y rebelde. No soporta las habladurías del pueblo, las envidias y la mentalidad provinciana y represora que le ha tocado en suerte. Cuando empieza la función está a punto de casarse con Fermín, un forastero que parece un buen hombre y del que se ha enamorado, pero que la deja plantada en el último momento incapaz de soportar las presiones pueblerinas.

Al verse compuesta y sin novio, Dorotea decide buscar otro que esté disponible y hace la promesa, para sorpresa y escarnio de todo el pueblo, de no quitarse el vestido de novia hasta que encuentre a alguien con quien casarse. Pasan los meses y, ante la falta de opciones, el ánimo de Dorotea se desploma hasta que aparecen por el pueblo Juan (César Camino) y José Rivadavia (Raúl Fernández de Pablo), feriante y barítono en decadencia, respectivamente, que darán un giro sorprendente y misterioso al devenir de los acontecimientos

Manuela Velasco, actriz protagonista de La bella Dorotea. Foto: (C)José Alberto Puertas.
Manuela Velasco, actriz protagonista de La bella Dorotea. Foto: (C)José Alberto Puertas.

Mujeres rebeldes e inconformistas

“Admiro y respeto profundamente a Miguel Mihura, soy una amante de su teatro y, sobre todo, de sus personajes femeninos, cuenta la directora Amelia Ochandiano, que ya en 2008 dirigió El caso de la mujer asesinadita. “Es un autor que tiene, a mi juicio, un oído absoluto. Su aparente espontaneidad está cargada de profundidad, melancolía, crítica social y compasión por el diferente, por aquel que lucha por romper con lo establecido. Además de poseer una capacidad para la metáfora y para hacernos reír que solamente está al alcance de unos pocos”, apunta. 

La bella Dorotea es un ejemplo de todo ello, que tiene en su personaje protagonista una de las más peculiares mujeres de Mihura. Personajes potentes, rebeldes, inconformistas y, sobre todo y en general, incomprendidos. “Cuando leí este texto me pareció que el planteamiento era muy moderno, no se me ocurre una definición más directa a la impresión que me causó su lectura. Tiene un primer acto que te deja con la boca abierta y la fuerza del personaje de Dorotea, esa lucha por conservar su dignidad a pesar de las circunstancias y enfrentarse a todos, sabiendo que el precio que va a pagar será muy alto, es absolutamente contemporáneo”, dice. 

Dorotea: una activista de corazón

Como decíamos, Dorotea está interpretada por la actriz Manuela Velasco, que considera a Dorotea una heroína involuntaria. “Es rebelde a su pesar, no es activista ni pretende aleccionar a nadie. Siente que las cosas no están bien y actúa, pero no ideológicamente, sino de corazón. Y resulta que lo que hace es extremadamente moderno y avanzado para su época. Hace lo que hace porque siente que las cosas no pueden seguir así. Es un arrebato, un pronto que más adelante se articulará en pensamiento”, explica la actriz. 

Esta nueva producción de La bella Dorotea quiere acercarse a este clásico del absurdo español desde una visión contemporánea, imaginativa, cercana y con un toque de ingenuidad. Sitúa la acción en los años setenta, una época donde comienzan a aparecer mujeres y hombres dispuestos a cambiar las cosas. “El público va a encontrar que comportamientos como la intolerancia y el señalamiento del diferente permanecen a través de los tiempos. Cambian las formas, pero el fondo sigue. Y esa persecución deja marcados a personajes como Dorotea, que es señalada por su actitud y rebeldía”, cuenta la directora.

Una comedia con trasfondo de drama

“Para mí, Dorotea es una heroína que se enfrenta al resto de la comunidad para defender su dignidad. Lleva a cabo un acto de rebeldía semejante al de un personaje trágico. Toma una decisión que cree que es la correcta y acarrea con las consecuencias”La bella Dorotea es una comedia, pero las circunstancias se revelan trágicas para su protagonista.

“Como siempre, Mihura consigue una lectura y un trasfondo mucho más profundo que la aparente amabilidad de su propuesta, que es divertida y, al mismo tiempo, oculta una parte de crítica profunda y amarga“, opina la directora, para quien sumergirse en un clásico de la literatura dramática del siglo XX en pleno siglo XXI “nos reconforta con nuestra tradición de manera inmediata, con la comedia en estado puro y con su peculiar absurdo. Al que le gusta añadir bastante mala leche, gotas de humor negro, un poco de cinismo y grandes dosis de romanticismo”, explica. 

Foto de portada: (c) José Alberto Puertas.