‘Loves Goes’, bienvenidos al nuevo comienzo de Sam Smith

El tercer álbum del cantante de pop Sam Smith es más libre y más animado que cualquier cosa que haya hecho antes. Sin embargo, aún es demasiado cauteloso para dar lo que podría haber sido el salto que defina su carrera.

Aunque hay coqueteos aquí con material optimista y amigable con la radio, este álbum ve a la estrella apegarse en gran medida a sus canciones de ruptura probadas y comprobadas.

En el vídeo musical de su sorprendentemente vibrante sencillo ¿How Do You Sleep? Sam Smith, normalmente el proveedor de melodrama masoquista, florece en alguien nuevo.

Rodeado de bailarines semidesnudos, la superestrella británica se retuerce, gruñe y mueve su cuerpo con coqueta sensualidad. Culmina en una hipnotizante secuencia coreográfica en la que Smith y sus bailarines hacen la mímica del sueño mientras, mirando fijamente a la cámara, mecen lentamente sus caderas.

Es extraño, juguetón y sexy. Momentos después, Smith deja escapar una sonrisa, pasándose las manos por la cabeza en lo que parece un éxtasis absoluto.

¿Loves Goes es realmente un nuevo comienzo?

Love Goes, lamentablemente no cumple la promesa de ¿How Do You Sleep? El álbum está torpemente dividido en dos, sin importar la secuencia.

Love Goes de Sam Smith
Love Goes de Sam Smith.

Comienza con una colección de canciones burbujeantes, a veces eléctricas, que abarcan funk melódico, deep-house palpitante y pop a medio tiempo, antes de cambiar abruptamente a cinco baladas desordenadas que se interpretarían mejor a través de un melodrama visual de antaño.

Sin embargo, la voz de Smith es un instrumento prodigioso: un canturreo perlado y andrógino, a la vez poderoso e indefenso.

En Love Goes se despliega, como de costumbre, para reflexionar sobre la soledad, el anhelo y el arrepentimiento. Sin embargo, más que nunca, la música de Smith es consciente de que incluso mientras las canciones exploran estar solo, una audiencia masiva está escuchando.

En este álbum muchas de las nuevas canciones de Smith también despiertan una nueva y fuerte emoción: el resentimiento de un amante traicionado. La bilis y el ritmo cortan la autocompasión.

Este tercer álbum de Sam Smith tiene una mezcla de desesperación con euforia, y parece que, aunque ofrece mucha tristeza, nos queda debiendo un poco de brillo.