Marta Medina, guionista de ‘Asedio’: “Como los hombres son los referentes, su opinión vale más”
Entrevistamos a Marta Medina, guionista de Asedio, la nueva película de ese genio de la tensión y los planos secuencia llamado Miguel Ángel Vivas. La película está protagonizada por Natalia de Molina en un personaje que promete volvernos a dejar con la boca abierta y Asedio ya se considera una de las películas españolas del año.
Marta Medina es una gran conocida del mundo cinéfilo. Su buen hacer como periodista cinematográfica en el periódico El Confidencial, la coloca como una de las voces de referencia para todas y todos los que quieren disfrutar de una buena crítica de cine. Además, también la podemos encontrar como colaboradora en el programa de La 2, Historias de nuestro cine, o en podcasts como Cambiando de tercio, Cara a cara o Tarde de Perros.
Prometedora directora de cine, Marta Medina fue una de las seleccionadas para participar en las Residencias de cine de la Academia del Cine Español en 2021 y como directora ha rodado los cortos El despertar y La turista.
Esperamos que Asedio tan solo sea la primera de muchas de las películas que cuenten con un guion de Marta Medina y que pronto podamos ver en el cine ese particular mundo que deja entrever cuando leemos sus críticas de cine.
Hablamos con Marta Medina
– ¿Dónde estudiaste?
Primero estudié en Soria, luego estudié Periodismo en la Universidad de Valladolid y, finalmente, dirección en la ECAM.
– ¿Asedio es la primera película que has escrito?
No es la primera película que he escrito, pero sí la primera película que se ha hecho. En la escuela de cine ya escribí guiones y tenía varios proyectos, uno de ellos me lo cogieron en DAMA AYUDA hace un mogollón de tiempo, pero no salió adelante. El último es Laponia, el guion con el que estuve en las Residencias de la Academia del Cine.
– ¿De dónde surge la idea de Asedio?
La idea original es del director Miguel Ángel Vivas y José Rodríguez. Soy amiga y me llevo muy bien con Vivas y él tenía un proyecto con Enrique López Lavigne, tenía una primera propuesta de guion, pero como la protagonista, Dani, era una mujer, pensaron que le hacía falta una mirada femenina. Así que, como Vivas sabía que teníamos un gusto parecido, le propuso a Enrique que yo escribiera el guion. Primero me pidió una escena y después me dio libertad para que escribiera la peli y le fuera mandando los avances y así yo recibir su feedback.
Al final, lo que escribí no se parece en nada a la idea primigenia que tuvieron ellos (risas). No iba tanto de desahucios o emigración, era más corrupción pura y dura.
– ¿Cuáles fueron tus influencias?
Hemos hablado mucho de Asalto a la comisaría del distrito 13, de esas pelis de acción que se hacían antes, en los años 70 y 80, de Carpenter… Yo miré Los Miserables, de Lads Jy, pero la realidad española no es como la realidad francesa, miramos también Athena, The Raid… o producciones tan realistas como la serie Antidisturbios de Sorogoyen y Peña, aunque esta se estrenó después de la primera versión de guion.
Aspiraba a jugar con el género, con la acción, imagínate al Bruce Willis de Jungla de Cristal en un edificio de migrantes, de okupas. No queríamos algo realista, sino, más bien, una especie de Alicia que se va metiendo en un mundo que no conoce en el que podemos pasar del terror a la acción más pura o al drama social. Un viaje por la cabeza de Dani, su protagonista, por su estado mental.
Vivas tenía muy claro que quería una película experiencia, que estuviéramos todo el rato con ella. Es como meterse en una madriguera de conejo y no saber dónde vas a aparecer.
Si tú te vas, la gente se olvida de ti y, si te quedas, el mundo de fuera también se olvida de ti.
Marta Medina.
– Cuando escribías Asedio, ¿pensabas en Natalia de Molina como su protagonista?
Nosotros queríamos que el personaje de Dani fuera algo que no te esperas, una mujer de físico frágil, delgadita… alguien que creyeras que no va a tener esa fuerza interior que al final demuestra. Enrique, que ya había trabajado con Natalia de Molina, pensó en ella y lo vimos claro. Además, a ella le apetecía hacer una peli de acción, una película más física.
– Y cuando viste la película terminada, ¿era cómo te la imaginabas?
No, no era como me la imagina, me gustó todavía más. Vivas, lo que tiene, además de una dirección de actores que es la hostia, es una capacidad extraordinaria para darle la vuelta a lo que parece obvio o natural en la puesta en escena. Consigue crear una tensión brutal. Lo que hizo con la escena de Ramiro Alonso cuando la vi un día que fui al rodaje… dije: “hostia puta…”, en mi cabeza era mucho más clásica y de repente él hizo magia. Me parece la hostia lo que ha hecho en la película.
– ¿No te hubiera gustado dirigirla a ti?
Hombre, una siempre piensa, ojalá pudiera dirigirla (risas), pero como Asedio es una película que partía tanto de él y, además, tiene tanta acción… yo me veo haciendo en mi primera película cosas más contemplativas. No me veo capaz de hacer una locura así como primera peli. Aunque haya sido capaz de escribirlo, ponerlo en escena es algo muy complicado.
Vivas tiene una trayectoria brutal y como ha hecho tanta acción, se atreve con cosas nuevas. Él decía que quería jugar, que no quería ir a lo convencional. Si la hubiera hecho yo y hubiera sido mi primera peli, a lo mejor iba más cagada, desde luego no hubiese sido la maravilla que ha dirigido él.
– ¿Cuándo podremos ver Laponia, tu primera película como directora?
¡Uf! Cuando esté escrita, porque hay una primera versión… pero yo sigo con mi trabajo de periodista. Quiero acabar la segunda versión pronto, no quiero que se pare o que se quede en stand by, pero es difícil hacer malabarismos con todos los trabajos (risas), tengo que intentar llegar un poco a todo.
No me quiero poner un timing para la peli, las cosas tienen sus procesos, pero lo que sí que tengo claro es que tengo que empezar ya la segunda versión.
Ya sabes que en el periodismo es todo de hoy para mañana, te absorbe, es súper complicado, además, estás todo el día escribiendo y llegar a casa y ponerte a escribir… a veces llego vacía, ya he utilizado todas las palabras (risas).
Ahora me toca ir a Cannes, así que, lo que voy a intentar es cogerme unos días cuando vuelva para encerrarme a escribir. Así sí que, sale adelante, o sale adelante.
– ¿Qué nos puedes contar sobre Laponia?
Yo me he criado en Soria, y el espacio, una tierra tan dura y seca, me ha incitado a contar una particular historia de fantasmas. Al principio Laponia eran varias historias entrelazadas, luego al final se quedó en una, con saltos temporales, que habla un poco de la memoria y del miedo a desparecer. Está muy relacionada con la España vaciada.
Leyendo el libro de Paco Cerdá, Los últimos, que habla de esas personas que se resisten a dejar la tierra donde nacieron, que resisten en pueblos a los que ya no les llega ni el agua ni la luz, porque alguien pensará, “para qué, si hay una persona allí, que se mude a otro lado”, o esos artículos sobre que “Soria desparecerá en 2050”, se me ocurrió desarrollar una historia de terror contemplativo que habla del miedo a no ser recordado.
Si tú te vas, la gente se olvida de ti y si te quedas, el mundo de fuera también se olvida de ti y no te desarrollas con todas las opciones que tendrías.
¿Por qué Laponia?
Soria pertenece a un sitio que lo llaman la Laponia del sur, es un desierto demográfico y en invierno también tiene un paisaje nevado de pinos, abetos, ciervos y llanura, llanura, llanura y llanura. Ambos son lugares muy distantes y despoblados, pero con muchas cosas en común.
– ¿Tienes nuevos proyectos en mente?
Tengo ideas, pero claro, tampoco me puedo poner a desarrollar todas las ideas. Al tener un trabajo de 10 a 8, tienes que encontrar huecos ahí. Todo es más lento por eso.
– ¿Se puede vivir de guionista?
Pues no lo sé (risas), no tengo ni idea, yo, de momento, mi día a día es lo que me pagan en el periódico.
– ¿Y de crítica de cine?
Hombre, yo tengo la suerte, la suerte gigante, de que estoy contratada en redacción de un medio potente, pero tengo muchos amigos que o lo hacen por amor al arte, o las están pasando muy putas. Yo, en ese sentido, dentro de que el periodismo va como va, y los sueldos son los que son, tengo la suerte de tener un suelo mensual y poder vivir de ello.
– ¿Has sentido algún tipo de sesgo en el periodismo cultural por el hecho de ser mujer?
A ver, antes no había muchas críticas de cine, estaba Maruja Torres, Pilar Miró… pero siempre hemos sido minoría, ahora está Desirée de Fez, Bea Martínez, Pepa Blanes, María Guerra, Begoña Piña, Mariona Borrull… Comienzan a haber voces femeninas.
Te metes en la hemeroteca de El País o el ABC y todo eran hombres. Hay como una cosa de… como los hombres son los referentes, su opinión vale más de las que estamos empezando. Llevamos unos años y no somos tan conocidas, ahí sí que se nota.
– ¿Cómo ves el estado actual del cine español?
Lo veo bien. Teniendo en cuenta todos los festivales por los que va… y que vamos logrando entrar en Berlín, Cannes… Antes era como un territorio exclusivo de Almodóvar y tiempo atrás de otros directores como Mario Camus, Saura o Gutiérrez Aragón, pero creo que ahora, en el tema del cine de autor, tenemos una proyección que antes no teníamos.
Y, por otro lado, con el tema de las plataformas, casi todo el mundo tiene trabajo. Gracias a las producciones que se hacen, los equipos están contratados con meses vista. A nivel de curro veo algo que no sucedía hace tiempo.
– ¿Qué echas de menos en el cine español?
Pues en el cine español, claramente, ciencia ficción, que se ve muy poca. La ciencia ficción y la animación son los géneros en los que el cine español anda más cojo. En dramas, comedias y documentales estamos muy bien servidos, el nivel de esos géneros es muy alto.
Cuestionario furioso de Marta Medina
Película favorita: Cuando pasan las cigüeñas, de Mijaíl Kalatózov.
Serie favorita: Psychoville, de Matt Lipsey.
Libro favorito: Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver.
Cómic favorito: Mi amigo Dahmer, de Derf Backderf.
Cantante, grupo o músico favoritx: Combichrist.
Artista plástico favoritx: Francis Bacon
Miedo tecnológico: TODOS!!!