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Natalia de Molina logra su mejor interpretación en la serie ‘Fácil’ de Movistar Plus+

Natalia de Molina estrena serie en Movistar Plus+: Fácil. La creadora Anna R. Costa (Arde Madrid), adapta de forma libre la novela Lectura Fácil, de Cristina Morales y nos cuenta la vida de cuatro primas con diversidad funcional que viven en un piso tutelado en el barrio de La Barceloneta.

Natalia de Molina interpreta a Marga, una chica con un sentimiento muy amplio de la libertad, que se ofrece al placer sin ningún tipo de prejuicio cultural y/o religioso. Una mujer valiente, que no entiende las estrictas normas de una sociedad que nos obliga a pasar a todas por la misma puerta en la que se nos despoja de lo auténtico, original y único que poseemos, para convertirnos en un engranaje más de una rueda capitalista que se mueve hacia ningún lugar.

La interpretación de todo el reparto de Fácil es sublime, pero Natalia de Molina da un paso más allá. El personaje que interpreta está cargado de obstáculos y dificultades que ella supera con trabajo y un talento indiscutible.

Hasta hace poco, este tipo de personajes de enorme complejidad física y emocional, estaban reservados al género masculino. Famosas son las interpretaciones de Robert De Niro en Awakenings (1990) o Flawless (1999), Dustin Hoffman en Rain Man (1988), o Daniel Day-Lewis en My left Foot (1989), por poner tan solo algunos ejemplos.

Por suerte, la vida cambia y algunas actrices ya pueden acceder a estos personajes que suelen ser un talismán para los premios del cine.

Natalia de Molina logra una interpretación corporal y vocal apabullante, enorme, vistosa y merecedora de todo tipo de premios y reconocimientos, pero, además, no descuida en absoluto cualquier aspecto emocional de su personaje. Consigue transmitir a la perfección todo lo que siente en cada momento una mujer que vive conflictos internos aún más complejos que los externos. Logrando así una de las mejores interpretaciones en cine de los últimos años y la mejor de una carrera cargada de trabajos maravillosos e inolvidables.

Hablamos con Natalia de Molina

– ¿Dónde estudiaste?

Estudié en la ESAD de Málaga. Empecé estudiando interpretación musical. Me gustaba a mí eso de cantar, bailar, interpretar… Me gustaba pensar en actuar de la forma más completa posible, ejercitar todo eso.

De ahí me fui a Madrid. Allí empecé a estudiar en el Estudio Corazza. Allí me centré más en la interpretación textual. Luego seguí haciendo cursos y, evidentemente, he aprendido mucho en los rodajes de cada proyecto en los que he participado.

– ¿Qué ha significado para ti hacer una serie como Fácil?

Pues ha sido un viaje muy fuerte. Creo que hay muchas cosas que he vivido, aprendido y me han pasado con esta serie, de las que no voy a ser consciente hasta que pase un tiempo. Hasta que pueda verlo con distancia y decir: “¡Guau!”. Necesito interiorizar todo eso.

Por ahora está siendo igual, muy fuerte (risas). Me siento muy orgullosa de formar parte de un proyecto así. De haber tenido la valentía de tirarme a la piscina, como me he tirado, y habérmelo puesto tan difícil. Haber podido construir y conocer a Marga (mi personaje). Conocer toda esta realidad que yo pensaba que controlaba y darme cuenta de que en realidad yo sabía muy poco de estas personas, de su situación, de cómo son y cómo viven.

Ha sido un viaje vital muy heavy.

– ¿Todo lo que hay en tu personaje sale de ti, o está en el guion?

Ha sido una mezcla de todo. Evidentemente, todo lo que hay en la serie es lo que hay escrito. Anna R. Costa es muy fiel a lo que escribe. Ella es la directora, guionista y showrunner de Fácil. Todo ha salido de ella.

Hemos ensayado mucho con la directora, era importante conocer cuál era su mirada, qué es lo que quería contar. Luego, añadí mi sensibilidad a la hora de afrontar un trabajo así. Conectar con un personaje como este da respeto, no puede ser de otra forma, si no sintiera respeto sería una inconsciente total, pero, por otro lado, soy joven, en lo artístico tengo un espíritu rebelde y considero que hay que arriesgarse para poner el foco en cosas que no están muy visibilizadas.

En lo que hacemos tiene que haber un compromiso y tiene que haber algún tipo de revulsivo. Soy actriz para poder construir personas que no tienen nada que ver conmigo y conocer realidades diferentes. Investigar cómo siente, cómo piensa y cómo es la vida de una persona que a priori puede estar muy alejada de mi realidad.

Natalia de Molina es Marga en la serie Fácil, de Movistar Plus+.
Natalia de Molina es Marga en la serie Fácil, de Movistar Plus+.

– Me parece que tu personaje en Fácil es el mejor de tu carrera, además del evidente trabajo físico, a nivel emocional conectas con tu “Marga” de una forma orgánica y brutal, ¿cómo has trabajado el personaje?

Eso es algo que me gusta recalcar, mucha gente se suele quedar en la forma, que es lo más vistoso. En lo corporal y el trabajo de voz, que, aunque cuesta mucho trabajo llegar ahí, para mí lo más complicado fue construir y entender a Marga a nivel mental. Conocer su imaginario, sus tiempos, qué le ocurre, los conflictos que vive, su manera de entender el mundo, lo que recibe… Saber lo que le pasa por dentro es lo más importante y lo más difícil a la hora de darle sentido a un texto que hay que comunicar. Un texto que tiene que venir de algún lado. Que no sea soltar una retahíla de palabras cualquiera, saber de dónde vienen.

Fue entrar en un montón de códigos que ni siquiera sabía que existían. No me podía imaginar que consiguiera acceder a ellos.

Nacemos y nos ponen la etiqueta de que tú eres normativo y tú no, y aquí tenía que desparecer como nunca todo lo normativo. Marga tenía que ser, Marga.

No podía dejar de pensar en Marga, hacerme mil preguntas e intentar disfrutar de no tener respuestas.

Natalia de Molina.

A mí me gusta trabajar yendo al personaje, no que el personaje venga a mí. Ese es el camino que me gusta perseguir como actriz. Ir yo al personaje, no traerlo a mí. Es algo que hago siempre, pero claro, por las características de esta mujer, es más evidente ese trabajo (risas).

Para que la diversidad funcional del personaje no se comiera a la intelectual, tenías que hacer funambulismo con todo. Lo guay para el trabajo es que siempre hemos estado totalmente asesoradas, cuidadas y vigiladas por muchísimas personas con diversidad y gente que trabaja con ellas.

En mi caso, tuve a una chica que tiene el mismo grado de diversidad intelectual que tiene Marga, que de las cuatro primas de Fácil es la que tiene mayor grado.  De ella absorbí y me inspiré para toda esa construcción más física y vocal.

Estuve yendo a un logopeda para conseguir colocar el aire en otro lugar que está conectado con la parte mental, con la afasia, que es esa forma de hablar, no solo de sonidos, sino también de palabras inconexas o con una especie de tartamudeo.

Me podría tirar horas y horas hablando de este trabajo, porque a veces las palabras se quedan cortas para intentar o poder explicar todo el trabajo que hay detrás de llegar a Marga.

– ¿Cuánto tiempo te ha costado y qué técnica has utilizado para llegar a la Marga que vemos en la serie?

Tiempo, todo (risas). Horas y horas. Estuvimos de ensayos dos meses entre nosotras cuatro para crear toda esa complicidad y esas relaciones de hermandad entre primas. Ahí aparecieron muchas cosas del personaje. Luego, en el rodaje siguieron apareciendo más. Suelo estar abierta a que ocurran cosas en rodaje.

Natalia de Molina.
Natalia de Molina.

No podía dejar de pensar en Marga, hacerme mil preguntas e intentar disfrutar de no tener respuestas. Entras en territorios muy desconocidos y pruebas mil cosas.

Para interpretar a Marga ha sido muy importante tener muy presente la matriz. Mi propia matriz. Tanto el trabajo corporal, como el vocal o el mental, me tenía que nacer desde la matriz, porque es lo que mueve e incomoda de Marga. Ella es una mujer que tiene una sexualidad y un conocimiento de su placer y de su deseo, que no es común, por eso todo tenía que partirme de ahí.

Si tuviera que decirte una técnica que haya utilizado para Marga, sería tener más presente que nunca mi matriz, de ahí tenía que nacer todo.

No utilizo un solo método para interpretar, utilizo muchas cosas. Cada personaje te requiere algo diferente. Con unos llegarás a ellos de una manera y con otros de otra. Cada proyecto se mira desde un lugar y tú lo que tienes que hacer es ponerte al servicio del personaje. Mi técnica es la del compromiso con la persona a la que tengo que dar vida.

Antes de Fácil empecé un proyecto que se llama Asedio, de Miguel Ángel Vivas, y que se estrenará este año que entra. Se me solapaba uno con el otro. Estuve construyendo a Marga a la par que estaba construyendo al personaje de Asedio. Fue todo muy complicado. No sé como salí viva de allí (risas).

En Asedio hago de policía, un personaje muy diferente al de Fácil. Hubo un tiempo en el que mi gente cercana estaba un poco asustada. Me veían muy cansada, pero cansada a uno niveles de: “¿Natalia, estás bien? Estás verde” (risas). No tenía tiempo para mí, yo no existía. Esta situación fue tan extrema, que aún no sé de dónde sacaba la energía.

Natalia de Molina durante el rodaje de Asedio junto al director Miguel Ángel Vivas.
Natalia de Molina durante el rodaje de Asedio junto al director Miguel Ángel Vivas.

– ¿Qué te gustaría hacer que no hayas hecho ya en el mundo de la interpretación?

Tantas cosas… Soy joven y tengo muchas ganas de seguir explorándome, y seguir explorando a otra gente. Pero, como he dicho otras veces, al haber estudiado interpretación musical, sí que me gustaría un personaje en el que tuviera que cantar y bailar. Sería bonito poder afrontar algo así.

– ¿Cómo ves la figura de la mujer en el mundo del cine?

Como lo que somos, ¡unas diosas! (risas). Además, este año me parece que ha quedado bastante claro todo, ¿no? Es increíble la calidad en general de los trabajos que hay este año, y en concreto de esas películas con miradas femeninas. Una nueva generación de mujeres jóvenes que están contando cosas que no se habían contado antes.

Estamos permitiéndonos ocupar el espacio que durante mucho tiempo se nos ha negado. Un espacio en el que parecía que teníamos que pedir permiso para estar.

Es un momento muy esperanzador, a mí hay muchas mujeres a las que admiro que me inspiran mucho. Pero todavía queda mucho por hacer y conseguir para que realmente esta cuestión pase a un segundo plano. Que de igual si una película la ha hecho una directora o un director. Que ya no haya ni que planteárselo.

-Hablas de mujeres que admiras y te inspiran como…

Como mi madre, que igual no es conocida, pero para mí es mi faro. Sé que lo he dicho muchas veces, pero es que es verdad. Es una mujer que admiro muchísimo, me parece que lo ha tenido muy difícil en la vida y que ha salido siempre para adelante con sus cuatro niñas. Cada año que pasa y me hago más mayor, la miro con más admiración.

Pilar Palomero es otra mujer que admiro mucho y que la quiero profundamente. Me encantó La maternal y me hizo mucha ilusión ver que esa fuera su segunda peli.

En general, me gusta mucho lo que están haciendo las directoras y las actrices en el cine. Ver la libertad con la que cuentan lo que quieren contar, me inspira y me anima a ponerme retos. A que avancemos todas juntas.

Natalia de Molina.
Natalia de Molina.

Cuestionario Furioso de Natalia de Molina

Película favorita: Mulholland Drive, de David Lynch.

Serie favorita: Evangelion, de Hideaki Anno.

Libro favorito: Cien años de soledad, de García Márquez.

Cómic favorito: Valentina, de Guido Crepax.

Cantante, grupo o músico favoritx: Madonna.

Artista plástico favoritx: Dalí.

Miedo tecnológico: El metaverso me resulta muy inquietante.