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‘Mi experiencia lesbiana con la soledad’ de Kabi Nagata: ¿Por qué no puedo contratar a una escort lesbiana?

Hasta hace poco los mangas que solían llegar de tierras niponas eran de un perfil muy determinado, sin embargo, en los últimos años el fenómeno del manga-anime se ha ido abriendo un huequito poco a poco más allá de esos nichos tan reducidos. Prueba de ello es la cantidad de animación japonesa que tienen Netflix o Amazon prime en sus respectivos catálogos. En manga, aunque haya costado un poco más, no iba a ser menos, un ejemplo de eso es Mi experiencia lesbiana con la soledad

En los últimos años se ha ampliado considerablemente el número de títulos más independiente. Es el caso de Kabi Nagata, publicada en Fandogamia, y ya a con unas cuantas obras en español, donde, con un tono muy íntimo y personalísimo se acerca quizá a territorios peligrosos

Un proceso evolutivo y de aprendizaje en el que pasa por lugares escabrosos contado desde una un enfoque casi cómico, marcado tal vez por una mirada ya distanciada en el tiempo, y que permite dar mucho más peso a los elementos luminosos que a los oscuros, aunque sin evitar el malestar en ocasiones -necesario para la historia.

Mi experiencia lesbiana con la soledad es, a fin de cuentas, un intento de comunicación por parte de quien se veía en la imposibilidad de hacerlo, en aislamiento y soledad, y que, desde luego, en este caso se ve recompensado. La comunicación se produce.

Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata.
Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata.

Mi experiencia lesbiana con la soledad: Autoficción, intimidad y sombras

Desde el inicio de la historia Kabi Nagata empieza a cebar para generar el misterio, entre eso y la perspectiva cómica, parece que nos estamos metiendo en una historia diferente a lo que parecía, peeeero el drama está a la vuelta de la esquina.

El inicio de Mi experiencia lesbiana con la soledad es poderoso. La protagonista se ve en la situación de tener que llamar a una escort lesbiana. ¿Cómo ha llegado a este punto? Pues eso es precisamente lo que pretende contarnos. A modo casi de confesión, como un diario personal, la autora recorre los últimos años de su vida hasta llegar al punto en el que inicia la historia.

Lo que hay de real o no en la historia, más allá de que en realidad poco importa puesto que una vez en la narrativa todo es ficción, no se sabe, pero la intención está clara: que todo parezca verdad, una confesión desde la honestidad, generar intimidad, cayendo en la vergüenza, en las emociones más oscuras y los pensamientos más incómodos. Mi experiencia lesbiana con la soledad puede llegar a todo eso justamente por esa idea de realidad que tenemos desde el principio.

Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata.
Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata.

Autoficción pura. Ficción con la realidad vivida, con la experiencia de uno y, cuanto más miserable muchas veces, más se empatiza, más comunica. Aunque en este caso la comunicación no viene del regodeo en las desgracias, sino de la necesidad desesperada por salir de ellas. Mi experiencia lesbiana con la soledad muestra a la perfección el funcionamiento de la depresión y una batalla continua contra ella.

A lo largo de esos diez años que cuenta hasta llegar al asunto de la escort, las miserias en las que se mete son chungas, pero la forma en la que todo ensambla en la historia, en la que se trata, quizá por tener las experiencias personales muy presentes, hace que el relato construido esté especialmente cuidado y tenga potencia narrativa. Y es que pasa por todo y le pasa de todo: la anulación e invalidación ante sus padres, trastornos de alimentación, autolesiones, ansiedad, depresión y, por supuesto, de manera muy recurrente, ideación suicida. El combo completo de miseria social contemporánea.

La comunicación rota

Pero en realidad, lo que late debajo de todo este conglomerado de oscuridades, es la necesidad manifiesta de la protagonista de encontrar un lugar en el mundo. El aislamiento la persigue, no encaja en los trabajos, no cumple con las expectativas de sus padres, ante los que se encuentra sometida de alguna manera, no cumple con los estereotipos sociales y su objetivo, dedicarse al manga -también muy propio de la autoficción literaria, las miserias de aquel que quiere escribir y sufre para hacerlo-, no es especialmente aceptado.

En fin, un despropósito continuo que la hace dar tumbos de un problema psicológico a otro. Ahora bien, tratar todos estos temas podría ser peligroso, sin embargo, en Mi experiencia lesbiana con la soledad, Nagata lo hace con una facilidad absoluta. Quizá por la distancia desde la que ve los hechos y por ese tono ligero que le da a temas pesados, no quitándole importancia, sino naturalizando y haciendo visibles ciertas cosas que tal vez en otras obras, al ser tratadas con una especial solemnidad, se las quita de un primer plano, se las oculta en cierta forma. La solemnidad nos aleja de la realidad.

Pero en este caso no. En este caso el asunto llega directamente. Lo expone de manera explícita. Esto me pasó. Diariamente. A pesar de todo. Continuamente.  Los intentos por salir del agujero también son continuos, con todas las herramientas de las que dispone hace lo que puede hacer y, aun así, hay otra losa que también cae sobre ella: la culpabilidad.

Toda esta situación provoca el asilamiento, la incomunicación, y frustra continuamente el deseo desesperado de entablar cualquier vínculo, encontrar un lugar donde pueda estar, donde sea aceptada. Comunicarse.

Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata.
Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata.

Pero una vez llegado al punto de mayor oscuridad, de mayor apatía, llega la acción. También desesperada y con un contexto bastante oscuro. Aquí entra también el cuestionamiento de la sexualidad, reflexiones sobre su identidad, sobre sus intereses. Y así entramos en su bucle, su rumia personal que concatena unas ideas con otras y que la lleva al punto final, la abulia absoluta, donde no hay nada que perder. Y si no hay nada que perder. ¿Por qué no puedo contratar a una escort lesbiana?

Un punto de inflexión que, sin duda alguna, la enfrenta con esa comunicación rota, esa incapacidad que cree tener para llegar al otro y una experiencia que le enseña otra de la realidad y de ella misma. Es un continuo viaje de aprendizaje y liberación.

Y a partir de aquí entramos en la metaficción. La obra que habla sobre la propia obra. Porque fue la experiencia con la escort la que la llevó a contar sus últimos diez años. ¿Cómo llegué a encontrar los servicios de una escort lesbiana? Pues haré un manga sobre ello. Y listo. Aquí está. Te lo dice. Es la obra que tienes en tus manos. Metaficción. Y también comunicación por primera vez en mucho tiempo.

Encontrar un lugar en el mundo

Mi experiencia lesbiana con la soledad es una obra pequeña, venida de las sombras, pero que acaba siendo iluminada. Lo cuenta de una manera muy descarnada, quizá de ahí la ligereza; muy cercana, de ahí la intimidad, el enganche del lector, como si estuviéramos espiando algo que no se debe espiar, pero lo combina todo de una manera que nos permite llegar con ella hasta el momento final en el que el asilamiento se rompe, la soledad -parte de ella-, desaparece, la comunicación se produce.

“Quizá yo si tenía un lugar donde estar, pero no era algo como una silla, sino algo que fluye, sin forma. Quizá algo que estaba fuera de mí, o quizá dentro (…) Aunque no todo vaya sobre ruedas, creo que estaré mejor de lo que he estado hasta ahora.” Y por eso, las sombras, aunque no desaparecen, también dejan paso a la luz.