Nancy Holt: la maga del Land Art a la que el MACBA rinde homenaje

Desde el 13 de julio al 7 de enero de 2024 el MACBA mostrará las creaciones de Nancy Holt producidas entre 1966 y 1992, obras influyentes que abarcan diversas formas de expresión, desde la poesía concreta hasta las instalaciones a gran escala. Su trabajo durante este periodo crucial consolidó su posición como una figura destacada en el mundo del arte contemporáneo.

Nancy Holt, figura icónica del movimiento Land Art, transformó radicalmente nuestra comprensión del arte y la relación entre la obra y su entorno. Nacida en 1938 en Worcester, Massachusetts, Holt demostró desde temprana edad un interés profundo por la naturaleza. Su contacto con los paisajes abiertos de Nueva Inglaterra fue fundamental para su desarrollo como artista y se reflejaría en gran medida en su trabajo posterior.

A mediados de la década de 1960, Tras trabajar como editora literaria asistente en Harper’s Bazaar, Holt comenzó a experimentar con la poesía concreta. Esta investigación evolucionó hacia un enfoque más amplio del lenguaje, conduciendo a amigos a través de paisajes desconocidos por medio de instrucciones escritas.

Holt se mudó a Nueva York, donde entró en contacto con el floreciente movimiento minimalista. Sin embargo, se sintió cada vez más insatisfecha con las limitaciones del arte en un contexto de galería. Esto la llevó a explorar la naturaleza como un lienzo, y así se adentró en el emergente movimiento Land Art.

En la década de 1970, Holt comenzó a crear sus Locators, esculturas hechas de tubos de acero industrial en forma de T que requerían la observación a través de un solo ojo. Estas piezas la llevaron a crear proyectos de gran escala en el paisaje, como Sun Tunnels (1973-1976) y la instalación reflectante Mirrors of Light (1973-1974).

Sun Tunnels: su legado definitivo

La obra más reconocida de Holt, Sun Tunnels (1973-1976), ejemplifica su enfoque único al Land Art. Ubicada en el desierto de Great Basin, Utah, Sun Tunnels consiste en cuatro enormes tubos de hormigón dispuestos en una cruz. Durante los solsticios de verano e invierno, los túneles alinean perfectamente los rayos del sol, creando un juego de luz y sombra en su interior. Holt veía esta obra como una forma de “traer el universo al alcance de la gente”.

En Sun Tunnels, Holt no sólo manipula la luz y el espacio, sino también el tiempo. La obra está hecha para ser experimentada en momentos específicos del año, creando un diálogo entre el sol y la tierra que trasciende la experiencia inmediata.

Nancy Holt: el papel del observador

Una de las contribuciones más significativas de Holt al Land Art es su énfasis en el papel del observador. En obras como Hydra’s Head (1974) y Western Graveyards (1968), el espectador es invitado a interactuar con el entorno y a convertirse en parte de la obra. Holt creía firmemente que el arte debería servir para amplificar nuestra experiencia del mundo, y para ello, el espectador debía ser un participante activo.

Esta perspectiva fue revolucionaria en su época y cambió fundamentalmente la forma en que se percibe y se experimenta el arte. En lugar de ser meros observadores, somos llevados a interactuar y a experimentar el arte de manera más personal y profunda.

Explorar el trabajo de Nancy Holt desde una perspectiva de género nos permite apreciar cómo ella desafió y rompió las convenciones en un mundo del arte dominado por hombres. En la década de 1970, cuando Holt estaba produciendo algunas de sus obras más importantes, las artistas mujeres luchaban por hacerse un hueco y ser reconocidas en la misma medida que sus colegas masculinos.

Nancy Holt: desafiando las convenciones

A pesar de estas dificultades, Holt logró destacar y crear obras que hoy son consideradas icónicas en el Land Art. Su visión y su dedicación a la exploración de la naturaleza y de nuestra relación con ella hicieron que su trabajo se destacara en un movimiento en gran medida dominado por hombres.

Además, la obra de Holt desafía las nociones convencionales de lo femenino. En lugar de centrarse en temas tradicionalmente asociados con lo femenino, Holt eligió explorar la intersección entre la naturaleza, la ciencia y el arte. Su obra Sun Tunnels, por ejemplo, requiere una comprensión tanto de la naturaleza como de la astronomía, demostrando que los campos tradicionalmente considerados “masculinos” también pueden ser explorados y dominados por mujeres.

En última instancia, la carrera de Holt nos muestra que las mujeres pueden y deben tener un lugar en el mundo del arte. A través de su trabajo, Holt ha demostrado que las artistas mujeres pueden ser tan audaces, innovadoras e influyentes como sus contrapartes masculinas. En este sentido, Holt no sólo dejó un legado artístico, sino también un legado feminista que sigue inspirando a las artistas de hoy.

El movimiento Land Art: Naturaleza y Arte

El Land Art, también conocido como Earth Art o Earthworks, emergió en la década de 1960 como una forma radical de arte contemporáneo que buscaba salir de las convencionales galerías de arte y museos para crear obras en el paisaje natural. A diferencia de la pintura o la escultura tradicional, las obras de Land Art utilizaban la tierra y otros elementos naturales como su medio principal.

La génesis del Land Art se produjo en un contexto de creciente conciencia ambiental y descontento social, y las obras resultantes frecuentemente exploraban temas de destrucción ambiental, la efímera naturaleza de la vida, y el impacto del ser humano en el paisaje. Los artistas del Land Art también cuestionaban la comercialización del arte y buscaban crear obras que no pudieran ser fácilmente compradas, vendidas o incluso exhibidas en un entorno de galería tradicional.

Nancy Holt se destacó como una figura prominente dentro de este movimiento. Algunas de sus obras se encuentran en sitios remotos y usan los patrones de luz y sombra naturales para crear experiencias visuales dinámicas y en constante cambio. Estas obras no sólo utilizan la tierra como su medio, sino que también requieren una interacción activa por parte del espectador, pidiéndole que se mueva alrededor de la obra, que mire a través de ella, y que experimente el paisaje natural de nuevas maneras.

Holt también fue pionera en la creación de instalaciones site-specific, obras diseñadas específicamente para un lugar particular. Estas obras exploran y responden a la geografía, la historia y la cultura de sus ubicaciones, y a menudo requieren que el espectador se desplace físicamente al lugar para experimentar plenamente la obra.

En resumen, el Land Art, y especialmente el trabajo de Nancy Holt dentro de este movimiento, desafía nuestras nociones tradicionales de lo que puede ser el arte. En lugar de “artefactos” creados para ser colgados en una pared o colocados en un pedestal, las obras de Land Art son experiencias dinámicas y participativas que nos piden que nos conectemos con el mundo natural de formas nuevas e inesperadas.

Nancy Holt en el MACBA: Dentro Fuera

Nancy Holt, traspasó los confines del arte establecido, destacó por ser pionera en las instalaciones site-specific y la imagen en movimiento. El público europeo tiene ahora la oportunidad de explorar su trabajo de forma más amplia a través de la muestra Inside Outside, que recoge piezas seleccionadas desde 1966 hasta 1992.

Esta exposición es un tributo multifacético a Holt, que incluye distintas formas de arte como el cine, el vídeo, la fotografía, la poesía concreta, las obras sonoras, la escultura y las grandes instalaciones, junto con dibujos y documentación de sus emblemáticos proyectos de Land Art. Entre las obras expuestas, se encuentran dos instalaciones site-specific de su serie System Works, que serán recreadas póstumamente por primera vez. Destaca Ventilation System, una escultura interactiva que se integrará en diferentes niveles, tanto internos como externos, en una conversación visual con la arquitectura del MACBA.

La muestra sigue la temática de percepción y los límites entre el “dentro” y el “fuera”, una dualidad que define tanto la obra como la carrera de Holt. A pesar de ser una figura esencial del Land Art y el arte conceptual, su trabajo no recibió la misma notoriedad que el de sus contemporáneos masculinos, algo que esta exposición busca rectificar.

En Nancy Holt. Inside Outside, se presentan obras fotográficas nunca antes vistas que reflejan la fascinación de Holt por la luz y el espacio. También se exhiben por primera vez las series Alaskan Pines (1986), Athabascan/Russian Orthodox Graveyards (1986) y Miami Puddles (1969), junto a otros trabajos sonoros y cinematográficos de sus viajes por los paisajes de América del Norte.

La publicación que acompaña la exposición, Nancy Holt. Inside Outside, examina el legado de Holt mediante una amplia selección de obras desde 1966 hasta 1992. También incluirá valiosos textos de Karen di Franco y James Nisbet, una selección de escritos de la propia Holt, y un ensayo de Teresa Grandas, co-comisaria de la exposición, aportando a la literatura sobre esta artista incomparable.

Nancy Holt: pionera, moderna y contemporánea

A pesar de su muerte en 2014, el legado de Holt perdura y sigue siendo relevante. En una época de cambio climático y creciente desconexión de la naturaleza, su trabajo resuena con fuerza. Sus obras nos recuerdan la belleza y la fragilidad de nuestro mundo y nos invitan a observar, a interactuar y, lo que es más importante, a cuidar nuestro entorno.

Además, el enfoque interactivo y participativo de Nancy Holt ha influido en una gran cantidad de artistas contemporáneos, quienes han seguido su ejemplo para crear obras que rompen con las convenciones y que invitan al espectador a formar parte de la experiencia artística.

En conclusión, Nancy Holt fue una pionera en su campo, una artista que no se conformó con las limitaciones del arte tradicional. Su legado sigue vivo y su influencia se puede ver en muchas de las obras de arte contemporáneo más emocionantes y desafiantes. A través de su trabajo, Holt demostró que el arte puede ser una experiencia vivida y compartida, en lugar de una mera observación. Y, lo que es más importante, nos mostró cómo el arte puede ayudarnos a ver y a apreciar el mundo que nos rodea de nuevas y emocionantes formas.