¿Qué es el síndrome de Cotard? Sentirse un muerto viviente

Los muertos vivientes no son territorio exclusivo del cine de zombies. Desde el año 1880, alrededor de un centenar de personas en todo el mundo han sido diagnosticadas por el síndrome de Cotard, un trastorno psiquiátrico que provoca en las personas que lo padecen la creencia de estar muertas.

Sienten que están muertas, niegan su propia existencia y tienen la certeza de haber muerto estando aún vivas. Este trastorno también es conocido como delirio de negación o nihilista.

Mademoiselle X fue la primera paciente en ser diagnosticada con este trastorno mental por el neurólogo francés Jules Cotard en el siglo XIX. Cotard describió su estado con una sintomatología muy concreta: la paciente creía haber fallecido, negaba su existencia y hasta sentía la propia putrefacción de sus órganos estando viva.

El síndrome de Cotard es una enfermedad psiquiátrica que, como en el caso de Mademoiselle X, provoca el delirio de creerse muerto en vida; son auténticos muertos vivientes. Quien sufre esta enfermedad, percibe que sus órganos internos se han parado, siente que comienza a pudrirse e incluso, en algunos casos, aseguran oler su propia putrefacción.

El síndrome de Cotard puede aparecer, aunque no es habitual, junto a otras enfermedades psiquiátricas como las depresiones psicóticas más graves o la esquizofrenia. Puede, en los casos más graves, conducir a mutilaciones y llevar al suicidio. El origen de la enfermedad es aún dudoso, al ser infrecuente, es una enfermedad mental infra-estudiada.

Sin embargo, algunas investigaciones han concluido que el síndrome de Cotard puede manifestarse por lesiones en el lóbulo parietal del cerebro, la parte del cerebro donde reside la experiencia del yo, la que nos permite recordar el pasado y nos otorga la habilidad de proyectarnos hacia el futuro. En la actualidad, esta enfermedad sigue tratándose con terapia electroconvulsiva. El “Pienso, luego existo” de Descartes, deja de estar tan claro…

El síndrome de Cotard en el cine

En el cine se han tratado diversos desórdenes y patologías mentales. Es un tema recurrente en el séptimo arte. Sin embargo, el síndrome de Cotard vuelve a estar infra-representado. La película Halley del cineasta mexicano Sebastián Hofmann es una de las escasas cintas que tratan este trastorno de forma más o menos evidente. El protagonista sufre un proceso de putrefacción en vida. Se dice que es una crítica velada también hacia la sociedad de consumo que acaba pudriendo a los individuos.