Remite: ’84, Charing Cross Road’

Aunque suene a tópico, los años pasan a velocidad de vértigo, y el tiempo no siempre es amable. De eso trata, grosso modo, la obra de no-ficción que os invitamos a descubrir en esta humilde misiva reseña. Una cosa os puedo garantizar: “84, Charing Cross Road” es uno de los libros más conmovedores que vais a leer en vuestras vidas.

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 Helene Hanff nació en 1916, en Filadelfia, Pensilvania, en el seno de una familia judía de origen alemán. Pese a no disponer de muchos recursos, sus padres eran unos grandes aficionados al teatro, germen que inocularon a su hija desde muy pequeña.

 Las apreturas económicas la obligaron a descontinuar sus estudios siendo todavía muy joven. Sin embargo, siguió formándose por su cuenta. A los veintidós años, su habilidad para escribir obras teatrales le valió una beca para instalarse en Manhattan.

Helene Hanff
Helene Hanff

 Pero aquí no acabaron sus miserias. Las diversas productoras a las que enviaba escritos valoraban su inventiva, pero no consideraban que ninguno de ellos fuese lo suficientemente bueno como para ser representado. Finalmente, Hanff logró arañar unos dólares como guionista de televisión, oficio que desempeñó durante buena parte de su vida.

Texto

Pese a las tribulaciones antes mencionadas, Hanff no descuidó su formación cultural. Para suplir los estudios que no podía costearse, decidió nutrirse de una buena biblioteca. Desencantada con el limitado abanico de literatura clásica disponible en su país, optó por responder a un anuncio impreso de “Marks & Co.”, una librería ubicada en el número 84 de Charing Cross Road, en Londres.

 Fue así como se inició una correspondencia de veinte años con dicha librería. Lo que empezó como una mera transacción comercial terminó en una profunda relación personal con varios empleados de “Marks & Co.”, sobre todo con un tal Frank Doel y su familia.

 En el libro se transcriben hasta ochenta y dos cartas de ida y vuelta entre Hanff y Doel (“Frankie”, como ella le apoda), Nora, su esposa, Sheila, su hija mayor, Mary Boulton, su anciana vecina, y otros empleados de la librería, tales como Cecily Farr y Megan Wells.

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  A través de estas misivas (fechadas entre octubre de 1949 y 1969), uno va elaborándose una imagen mental de la propia Hanff y de todas las personas con las que se cartea. Dicha imagen se muestra completamente descarnada y natural, puesto que no parte de un texto propiamente literario, sino de anotaciones espontáneas realizadas a lo largo del tiempo.

 Hanff, por ejemplo, es una mujer viva y curiosa, de agudo intelecto, con el sentido del humor descarado y la informalidad que suelen asociarse al carácter americano. Doel, por su parte, es un hombre atareado, inmerso en su trabajo, al que le cuesta abrirse a los demás. Cuando lo hace, sin embargo, se muestra cálido y cercano, con esa obsesión por las maneras que presuponemos de los ingleses.

84, Charing Cross Road editado por Anagrama
84, Charing Cross Road editado por Anagrama

 “84, Charing Cross Road” es un retrato fehaciente de la vida humana, con sus picos y sus depresiones. A lo largo de sus páginas, gente nace y muere, o se cambia de país o de trabajo, entre otras circunstancias.

 El libro emociona por la mera cotidianidad que refleja, sin artificios, y la conciencia que despierta acerca de la brevedad de la vida. Su lectura constituye una experiencia genuina incluso en lectores como yo, acostumbrados a lecturas más contundentes o explícitas. El final, además, te agarra por las pelotas (o lo que tengas).

 Posdata

 “84, Charing Cross Road” es, también, una carta de amor a la literatura, con múltiples referencias a autores clásicos como Horacio, Catulo, o Safo, u otros más recientes de la talla de Robert Louis Stevenson, Virginia Woolf, o Jane Austen (por mencionar algunos que me vienen a la mente ahora mismo).

 En 1970 fue publicada en Nueva York por Grossman Publishers. Desde entonces, no ha dejado de reeditarse en varios idiomas. En español puede conseguirse en varios formatos, todos ellos lanzados por Anagrama Editorial.

 Tal ha sido su éxito a lo largo de las décadas, que ha sido adaptada a teatro, radio y cine. La película del mismo nombre se estrenó en 1987, dirigida por David Jones, y protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins en los papeles de Hanff y Doel, respectivamente.