‘Veneno’, los Javis lo han vuelto a hacer
Este sábado se emitía en ATRESPlayer el último capítulo de Veneno (Javier Calvo y Javier Ambrossi, 2020). El estreno estaba pensado para marzo o abril de este año, pero lo que todos sabemos también arruinó los planes de Los Javis.
Hemos tenido que esperar meses para ver todos los episodios, habiendo un gran vacío de tiempo entre la emisión del primero y los siete restantes.
Siendo sincera, cuando vi la primera entrega, allá por mayo, me pareció que la serie iba a ser un despropósito. Vi una figura muy dulcificada de Cristina Ortiz y una actuación bastante pésima por parte de Lola Rodríguez, quien interpreta a Valeria Vegas en la ficción, autora del libro sobre la vida de la Veneno.
No obstante, a pesar de que la actuación de Lola no ha mejorado mucho con el paso de los capítulos, debo morderme la lengua y postrarme ante Los Javis. Por todos es conocida su atracción hacia protagonistas atípicos, marginados y muy castizos. Así lo han demostrado siempre con Paquita Salas, como máximo exponente hasta la fecha.
El adiós a Joselito, Cristina y Veneno
La Veneno no es diferente. Fue un personaje muy real y que mostraba sin problemas los prejuicios y confrontaciones a las que tenían que hacer frente las personas como ella: drogadicción, violencia, prostitución y discriminación. Es por ello que gran parte del colectivo LGTB, especialmente trans, la han tomado como un referente, cuando ella nunca pretendió ser nada de eso.
Pero también fue una mujer con muchas, muchísimas sombras. Estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta con tal de estar en la palestra, incluso vender a su mejor amiga. Sí que creo que su imagen está un poco dulcificada en la serie, pero es cierto que se muestran todo tipo de desgracias y acciones cruentas que acontecieron durante su vida. Se incide, de igual forma, en el mundo de fantasía en el que ella vivía y en que no siempre contaba verdades.
Los Javis lo saben hacer muy bien. El metraje está lleno de guiños y referencias. Para empezar, Paca la Piraña, íntima amiga de Cristina, aparece interpretándose a sí misma, teniendo multitud de momentos cómicos. Paca no es actriz y eso se nota, no se puede pretender darle un guion, y que quede natural, a una mujer que es puro nervio y espontaneidad, su gracia se queda un poco ahogada entre las líneas escritas.
El resto del casting es brutal. Guille Márquez interpreta al pequeño Joselito en Adra y Marcos Sotkovszki al adolescente que se va de casa. Luego están Jedet, Daniela Santiago e Isabel Torres, actrices trans que interpretan la vida adulta y madura de la Veneno. Las caracterizaciones están muy conseguidas, especialmente, la de Daniela, que es la viva imagen de Cristina.
Además, cuentan con las apariciones de Mariona Terés, Pepón Nieto, Ester Expósito, Lola Dueñas y un cameo estelar de José Coronado.
Los creadores manejan perfectamente el lenguaje audiovisual. Así, en una escena, la Veneno llega al plató del Mississippi cuando lo están desmantelando y, mientras suena una canción de Leiva compuesta especialmente para la ficción, observa, vestida de gala, cómo el plató se cae a pedazos y literalmente a sus pies.
Ambrossi y Calvo han cogido un personaje desgastado, y juguete roto de la televisión de los 90, y lo han encumbrado a lo más alto, sin perder de vista lo que realmente fue y teniendo en cuenta la influencia que ha ejercido dentro del colectivo LGTB. No puedo decir nada más que: Los Javis lo han vuelto a hacer.