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Entrevista a Dom La Nena: La historia de amor entre una voz y el violoncello

Dominique Pinto, más conocida como Dom La Nena, es una violonchelista, cantante y compositora brasileña, con una música tan personal como fascinante.

Su voz es como sentir una ráfaga de aire en el cabello, como ver ropa tendida moverse por el viento. Es un susurro lleno de secretos.

La unión de su voz con el violoncello consigue hacernos viajar por un sinfín de imágenes. En su nuevo disco, Tempo, esos dos instrumentos serán los culpables de que visitemos su música con mucha frecuencia. La emoción que consigue transmitir junto al viaje que nos propone es una experiencia más que recomendable

En Tempo, podemos escuchar dos temas completamente instrumentales Valsa y Esperando Alma, que parecen compuestos para un mundo más bello y fantástico que el nuestro.

Hablamos con Dom La Nena para que nos cuente cómo ha sido ese camino y los trucos de su magia.

Hablamos con Dom La Nena

– Hola, Dom, ¿dónde estudiaste?

Comencé a estudiar música en Brasil desde muy chiquita, con cuatro años. Con ocho vine a Francia con mi familia porque mi papá quería estudiar acá y empecé a estudiar principalmente y muy en serio cello.

Con 12 años volvimos a Brasil y me fui a estudiar durante cinco años a Buenos Aires. Después volví a Francia para acabar mis estudios (risas).

– Tu música tiene diferentes estilos, pero la definen como música alternativa, ¿estás de acuerdo con esa definición?

No sé muy bien qué quiere decir música alternativa (risas). No le doy mucha bola a las etiquetas, me imagino que su utilidad es para saber dónde colocar los discos en una tienda.

Mi música es una mezcla de muchas influencias y muchos estilos y bueno, no sé, es mi música, soy muy desordenada, no me gusta colocar mi música dentro de ningún cajón.

– Este es tu tercer disco, ¿qué diferencias podemos encontrar con los anteriores de tu discografía?

Varias, creo que en Ela y Soyo, mis dos primeros discos, estaba muy presente la cuestión de que yo era de Brasil y crecí en Francia y Argentina. Era un momento de mi vida en que eso me causaba un poco de lío.

Es un poco contradictorio, pero, cuanto más lejos estoy de Brasil, más brasileña me siento.

Es una relación compleja la que tengo con el país. Sé que nunca, o no demasiado pronto, me veo viviendo en Brasil, tiene que cambiar mucho la política brasilera. Es muy difícil para un artista vivir en Brasil. La vida es muy difícil allá. Pero al mismo tiempo tengo un amor gigante por la cultura, la lengua, el país y todo lo que venga de Brasil.

Me costó mucho aceptar que soy brasilera, pero tengo múltiples raíces.

Dom  La Nena
Dom La Nena

Todo eso estaba muy presente en mis anteriores discos. Estaban cargados de nostalgia, por la infancia, por el único periodo de mi vida que viví en Brasil. Todo surgía de una forma inconsciente. Por lo general no calculo mucho de qué voy a hablar en en mis canciones y las cosas se van generando un poco solas.

De hecho, lo que me pasó con mis dos anteriores discos, e incluso con Tempo, es que, una vez que tengo el disco terminado, me doy cuenta de que en realidad las canciones están conectadas entre ellas. Cuando las compongo no veo ese vínculo. Es algo que viene después.

En Tempo lo que ocurrió es que, quizá por el hecho de que muchas de las canciones las escribí estando embarazada por primera vez y algunas ya siendo madre, los temas vinieron con otras reflexiones. Hablaban más de la vida, de la muerte, el nacimiento, el tiempo que se nos escapa, sobre el miedo a la soledad… Cuestiones diferentes que en las otras canciones.

Otra de las diferencias de Tempo, es que lo hice completamente sola. Los otros dos los había coproducido con Marcelo Camelo en Soyo y Piers Faccini en Ela.

En este disco quería hacer algo en torno al cello y mi voz, pero al mismo tiempo con una estética no necesariamente acústica. Quería sorprenderme y ver hasta dónde podía llegar con el violoncello. Tenía la necesidad de renovarnos mutuamente. De probar cosas nuevas.

El haberlo hecho sola, también cambió el proceso creativo. Surgieron temas instrumentales, que nunca había hecho antes.

En los otros discos había una reflexión en común con otro músico. Había que presentar e intercambiar ideas. En Tempo iba haciendo las canciones y si salían mal, solo yo las había escuchado y todo bien (risas).

– En este disco, como dices, has experimentado mucho con el violoncello, hasta el punto de que parece que escuchemos otros instrumentos ¿Cómo se consigue algo así y qué otros instrumentos hay en Tempo?

Además del cello solo hay un piano. Fue divertido investigar con el cello, casi crear otros instrumentos. La idea era esa, ¿por qué no intentarlo?

Dom La Nena
Dom La Nena

Tempo tiene mucho de cuento, de teatral e incluso de cinematográfico, ¿te gustaría participar en esos formatos?

Si, sí, claro. Es algo que me encanta, me gusta mucho. Tengo un amor muy grande por el cine y estoy casada con un director. Hacemos muchos vídeos para mi música y creo que tengo una relación muy fuerte con el audiovisual, con la imagen y con el cine.

Mis canciones son muy autobiográficas, pero no cuento algo específico. Quizá por eso la gente se identifique o se emocione. Podía acompañar un cuento, sí. Creo que es por tener una relación tan fuerte con la música y la imagen.

– Escuchándote, recuerdo a Marianne Faithfull o Pink Martini ¿Cuáles son tus referentes?

Lo que escucho es mucha música brasilera de los años 50, 60 o 70, mucha música tradicional… Tengo otro proyecto musical junto a Rosemary Standley y las canciones que tocamos podrían ser un buen resumen de cuáles son mis referentes, Violeta Parra, Tom Waits, Leonard Cohen…

Dom La Nena junto a Rosemary Standley versionando a Leonard Cohen

Realmente, creo que todo lo que uno ve, escucha y vive, es influencia. Todo eso es lo que acaba creando algo único y personal. No le veo el sentido a querer crear algo parecido a lo que hace otro.

– ¿Volveremos a escucharte junto a Rosemary Standley?

¡Claro! Es un proyecto que no tiene fecha de caducidad. En junio sacamos un par de temas nuevos y teníamos una gira que se canceló por la pandemia que parece que se podría retomar en otoño.

Justamente, también estamos trabajando en la música de una película y seguramente sacaremos un disco en un futuro próximo.

– ¿Qué queda de esa violonchelista adolescente?

Creo que la dedicación, la energía y la convicción. Soy la misma adolescente que se lanzó a la música. Sigo haciendo todo por ella. Ocupa todo mi tiempo.

En otros aspectos, sí que cambié. He madurado… ¡espero! (risas).

– Nos has hablado de tu trabajo con Rosemary y de tu proyecto para cine ¿Qué más nos puedes adelantar de tus futuros proyectos?

¡Acabo de sacar un disco! Son años de trabajo (risas). Era broma, de hecho, es curioso que me hayas preguntado por el cine porque, además del proyecto con Rosemary, me han invitado en otoño a una exposición sobre la invención del cine. Van a hacer un cine gigante dentro del museo y van a invitar a diferentes artistas para que hagamos la música en vivo de las películas.

Estoy preparando eso y también tengo algunos proyectos anexos de colaboraciones, de encuentros con otros artistas.

Dom La Nena junto a Julieta Venegas en su nuevo disco, Tempo.

Empecé a componer mucha música instrumental y quizá también saque un disco con esos temas.

– ¿Qué sueños te quedan por cumplir?

Siempre tuve ganas, pero nunca pude hacer algo con varios chelistas. Tengo la idea de hacer un producto específico, en disco o en vivo, con muchos cellos (risas). De hecho, este año ya estoy tratando de organizar un poco eso. La idea de multiplicar los cellos y librarme un poco de toda la responsabilidad, me gusta.

Cuestionario Furioso de Dom La Nena

Película favorita: Harold and Maude de Hal Ashby.

Serie favorita: No miro series, cuando lo hago no hago otra cosa (risas). Puede ser Twin Peaks de David Lynch.

Libro favorito: Rayuela, de Julio Cortázar.

Cómic favorito: Mafalda de Quino.

Cantante, grupo o músico favorito: Violeta Parra.

Artista plástico favorito: Monet.

Miedo tecnológico: Tengo muchos, soy malísima con la tecnología (risas). Que la IA nos avance es uno de mis miedos.