Entrevista a Anna Moliner, el gran fichaje de la segunda temporada de ‘Hache’ en Netflix
Anna Moliner es una actriz aventurera. Le gusta caminar por caminos nuevos, que le supongan un reto y una superación. No hay tantos actores que quieran caminar por esos senderos.
Cuando era muy joven, la compañía más importante de musicales en Cataluña lo supo ver y ella pudo cumplir el sueño de navegar con los piratas de Mar i Cel durante mucho tiempo.
Cuando se cansó de navegar no quiso abandonar las tablas del teatro durante unas cuantas temporadas. Lo combinaba con series de TV3 como Kubala, Moreno i Manchón o Cites.
Netflix no tardaría en llamar a su puerta y tras pasearse por algunas exitosas series de la plataforma, este año se incorpora a la serie protagonizada por Adriana Ugarte y Javier Rey, Hache.
Su personaje promete sorprendernos y transportarnos a esa Barcelona de los años 60 llena de luces, sombras y música.
Hablamos con Anna Moliner
– Hola, Anna, ¿Dónde estudiaste?
Mi caso es un poco extraño, ¿sabes qué me pasó? Soy autodidacta. Hacía teatro desde pequeña y tenía muy claro que quería ser actriz, pero también me aconsejaron que como era muy buena estudiante, que fuera a la universidad.
Allí me saqué la carrera de comunicación audiovisual, me busqué algo un poco relacionado. Cuando hice segundo de carrera, hice un casting para una compañía, te hablo de hace ya… déjame pensar, hará como 17 años. Tenía 20 añitos y fui a hacer una prueba para una compañía muy conocida de teatro, Dagoll Dagom, que hacían un musical muy popular en Barcelona que se llama Mar i Cel. Fui a la prueba y me cogieron.
Para mí fue un antes y un después.
Como estudiaba música de pequeña y me gustaba mucho cantar, pensé que quizá una manera de empezar en este mundo era con algo relacionado con la música y por qué no, un musical. Para mí era una herramienta como actriz que me permitía empezar por ahí.
Me cambió la vida. Empecé muy jovencita a trabajar como actriz. Fui empalmando montajes, después vino más teatro de texto, después tele… He tenido mucha suerte de aprender en las tablas.
Siempre me quedaba el gusanillo de ir haciendo algún curso de interpretación de aquí y de allí, pero donde he aprendido más ha sido trabajando día a día. Sacando una función adelante y aprendiendo de compañeros que llevan años y dan muchos y buenos consejos. Así me he formado.
– ¿Qué prefieres, actuar en proyectos audiovisuales o en teatro?
Es la gran pregunta, pero yo no puedo escoger. Cada actor tiene la trayectoria que tiene, pero en mi caso, me he criado en el teatro y para mí es el lugar sagrado donde he encontrado todas las respuestas. Donde me he encontrado a mí misma y he ido creciendo.
No me imagino desvincular el teatro de mi vida nunca, pero sí te digo que mi sueño desde pequeña era hacer cine, hacer televisión y lo tenía muy claro. Te cuento esto desde una actriz privilegiada que puede escoger, pero no siempre es así.
En el medio audiovisual, tienes que aprender cómo funciona. Te comunicas con la cámara desde otro lugar, pero a mí me pone mucho las pilas. Me engancha muchísimo porque lo que tiene el audiovisual es que todo es inmediato.
En teatro estamos ensayando dos meses. Es un proceso maravilloso por lo profundo. Tienes tiempo para pasar por un proceso creativo fantástico y después hacerlo cada día con el público como si fuera la primera vez.
En el audiovisual no te puedes juzgar y tener dudas. Lánzate y hazlo, confía en ti y en tu compañero.
Me encantaría hacer de todo, la verdad.
– Háblanos de tu personaje para Hache.
Es la primera vez que puedo interpretar otro registro. Para mí es algo muy importante, porque a veces tienden a verte en un solo registro, de comedia o de un estilo de personaje en concreto y entonces cuesta mucho que te den otros papeles.
En este caso estoy muy feliz porque hago un personaje más dramático. Ella es la nueva cantante del local de Hache, el Albatros. Es una persona que tiene su luz en el escenario. Tiene muchísima personalidad, es un personaje muy extravagante, muy diva. Pero que le ves que tiene un fondo, un pasado no resuelto… un poco turbio.
Es una chica que, aunque lo intenta, no puede ser feliz. Es de estos personajes que por mucho que hacen, no levantan cabeza.
Me ha gustado mucho de este trabajo que, por primera vez en ficción, he podido trabajar musicalmente.
La mayoría de las actuaciones de este personaje están gravadas en directo en plató y otras en el estudio. He podido crear a través de estas canciones. Las canciones han sido monólogos del personaje y me daban información de cómo era ella.
Son canciones de los años 60, de desamor… canciones dramáticas. Me daban muchísimas pistas de lo que le iba pasando a ella. He intentado aprovechar cada canción para contar qué le iba pasando.
Nosotros comunicamos una historia, unas emociones, algo que te sale del corazón hacia el mundo.
Anna Moliner
– ¿Cuáles fueron tus referentes para interpretar a Mirta?
Me gusta coger referentes y en este caso como la música es tan importante me inspiré en la cantante Mina. Para el director y el guionista era un referente muy importante también.
Me encanta inspirarme en estos artistas que siempre he admirado. Imaginarme cómo pueden ser.
– ¿Cómo trabajaste este personaje?
Al final vas cogiendo de aquí y de allá. No tengo un método clarísimo. Al final, es como intentar ver mucho la situación y qué le pasa al personaje. Intentar darle lo que eres tú con ese personaje.
Los personajes salen de ti, por eso debes explorar en ti cómo es ella.
Es difícil, porque al ser un personaje secundario no tienes el tiempo suficiente para desarrollarlo. Cada canción era una oportunidad para decir ¿Cómo ve la vida Mirta? o ¿Qué está contado aquí?
He intentado jugar a favor la poca información del personaje. Hacerla misteriosa, que quieras saber qué le pasa.
Me he imaginado su turbio pasado, sus miedos, sus inseguridades… podríamos entrar en mil detalles.
Ha sido bonito porque he descubierto cosas de mí que no sabía. Hay personajes que están allí y genial si vuelven a llegar, pero lo que a mí me encanta es cuando tengo que descubrir, cuando no hay un antecedente. Por ejemplo, me gustó mucho explorar la adicción que mi personaje tiene a la heroína. Ha sido muy interesante.
– ¿Hay algo de tu personaje Mirta que te hayas quedado?
Me cuesta decirte el qué… He descubierto que una vez pruebas la heroína no puedes volver atrás… ¿te imaginas? (risas).
No, he descubierto el por qué una persona se puede autodestruir así. Cómo te puedes desviar y que no haya manera de salir de ahí. El tener la oportunidad de ser feliz, y tampoco poder serlo. Me encanta el proceso mental de cómo a una persona le puede ocurrir esto.
También me encanta de su personalidad que, cómo artista, una vez se sube a un escenario, nadie le tiene que decir lo qué tiene que hacer. El confiar en ella como mujer. Cómo se relaciona con los hombres y en el espacio. Me ha interesado y es algo que me ha gustado experimentar. Su libertad.
– ¿Crees que Hache muestra bien la Barcelona de los 60?
Creo que sí. Ya cuando vi la primera temporada me encantó la ambientación. Fue lo que más me llamó la atención de la serie. Depende del punto de vista que quieras contar. Está la Barcelona franquista y hay mucha imagen oscura, de bajos fondos, pero también hay algo en Hache de un glamour de gangster. De esos referentes que tenemos todos de película de gangster que le da ese toque de personalidad. De una cosa que va más allá de lo que era la realidad.
Podría ser Barcelona, pero también podría ser otro lugar.
– ¿Consideras que hay un salto hacia adelante en tu carrera gracias a tu trabajo en las series de Netflix?
Sin duda, empezó con La Catedral del mar y hasta ahora.
Ha habido un cambio importantísimo y soy muy consciente de ello. Te ve muchísima más gente. Gente de todo el mundo, es una cosa increíble. Te escribe gente de Estados unidos o América Latina, de muchas partes de Europa también y es fascinante.
Al final nuestro trabajo no tiene sentido si no llega a la gente. Nosotros comunicamos una historia, unas emociones, algo que te sale del corazón hacia el mundo y a cuanta más gente llegue mejor.
Además, te da una visibilidad que no te puede dar el teatro. El teatro es un trabajo de picar piedra cada día, aunque vengan 100, 50 o 1000 personas.
Es maravilloso, se abre un mundo que estoy disfrutando muchísimo. Al final, es aprender, que es lo que a mí me gusta. Hacer cosas nuevas y superar nuevos retos. Es genial.
– ¿Qué nos puedes contar de tus próximos proyectos?
Poca cosa (risas). Estoy rodando en Barcelona una cosa muy interesante pero no puedo decir en qué.
– Vaya… ¿Se puede saber si es peli, serie…?
Es una serie y es lo único que puedo decir (risas). Estoy contenta de que, aún con el Covid, van saliendo cositas. Hay próximos proyectos, lo dejamos así (risas).
– ¿Cuáles son tus sueños en la interpretación?
¡Uh! Todos. He cumplido muchos, pero es que esto es un no parar, mi sueño es no dejar de dedicarme a esto hasta ser viejecita.
Un sueño que tengo ahí fijado con fuerza y no hay manera, es hacer una película. Una película romántica, de esas que vas al cine a verla. Si se estrena en una plataforma no me voy a quejar, pero sabes qué guay entrar a una sala de cine, con las palomitas, empieza la película…
Cuestionario furioso de Anna Moliner
Película favorita: La Historia Interminable de Wolgang Petersen.
Serie favorita: Six Feet Under de HBO.
Libro favorito: Anna Karenina de Tolstói.
Cómic favorito: Astérix de Goscinny y Uderzo.
Cantante, grupo o músico favorito: Julie Andrews y Freddie Mercury.
Artista plástico favorito: Miró.
Miedo tecnológico: Que la tecnología me pueda espiar y escuchar lo llevo fatal. La privacidad es fundamental. Las redes intento llevarlas profesionalmente pero que controlen mis gustos y preferencias… formar parte un número… no me gusta. Desde el confinamiento cada vez estoy leyendo más, lo disfruto y es algo que solo es para mí.
Foto de portada de David Ruano.