‘EX’: Retrato real de una improvisación

George Markakis presenta su segundo largometraje, EX (2020), un bofetón de realidad en toda regla. Un film caramelizado por una atrayente introducción que da el morbo justo y necesario para seguir visionando los primeros pasos de nuestra protagonista principal en la ciudad de Berlín, Diana Kleimenova.

Pasos firmes, seguros y ágiles, que poco a poco, van perdiendo su impacto. Cuando Markakis, con maestría innegable, eso sí, logra encerrarnos en las paredes de unos baños y contarnos los más oscuros deseos de una fauna insatisfecha con sus propios logros. Una fauna necesitada de estímulo y unos diálogos casi intranscendentes, en la gran mayoría del metraje.

Ex, de George Markakis

Este es el deambular de EX, rítmico e improvisado, como un estallido de hologramas que irrumpe en nuestra retina. Fiel reflejo del cineasta argentino Gaspar Noé y de su última cinta Climax (2018), pero que poco a poco va perdiendo ímpetu. Apenas logra crear vínculos de reflejo entre los “héroes” de la noche, como lo pierde la fiereza de la droga que deambula interminablemente por el film y que va perdiendo fuerza irremisiblemente, conforme los personajes se van desgastando al ritmo del paso de las horas. El estallido de la luz fragmenta los inútiles intentos del director por mantenernos en vilo, y es que, suele ocurrir que el efecto de la droga se difumina con el tiempo y es momento de volver al punto de partida, esos pasos que nos llevan a la rutina, la simpleza de la vida o la sencillez fría del nuevo amanecer.

Destacable, los planos cortos, la luz, la improvisación genérica que busca y logra Markaki, pero algo se pierde entre el caos de tantas criaturas nocturnas, un nexo de unión, una parada a tiempo, una eclosión de un aura para conformar una historia, si cabe, aún mas real, pero más confortable.

Al menos, merece la pena observar el éxito en cuanto al trabajo de entorno, la explosividad de la acción y la singularidad no demostrada que encierra cada personaje, junto a la muestra de rigor y dirección espartana que, sobrecoge a primera vista, tan cerca, tan a punta de pistola, tan explosivamente. Ya me diréis cuál es vuestra opinión.