‘Furia’ de HBO Max: cuando la rabia femenina se convierte en serie, ¿revolución o caricatura?
La serie de HBO Max, Furia, se encuentra en su ecuador, y ya podemos decirlo: quizá estemos ante una de las mejores series españolas del año. Tiene, sin duda, el mejor reparto femenino (y masculino) posible, una factura impecable, un rollo indie que mola mucho y una banda sonora genial.
Pero, ¿es oro todo lo que reluce? No. Quédate, que te lo explico.

Furia: ¿humor negro o caricatura de una problemática real?
Furia nos presenta a un grupo de mujeres que, ante situaciones que las desbordan, deciden no aguantar ni un minuto más. Cansadas de tragar con jefes abusivos, amantes manipuladores, críticos misóginos, caseros con complejo de dios, madres asfixiantes o el eterno techo de cristal, optan por algo radical: tomar las riendas y vengarse de todo aquello que les genera o les ha generado dolor.
La serie pone el foco en los rancios estereotipos que siguen encasillando a las mujeres como cuidadoras, frágiles, inseguras, sin talento o destinadas a envejecer con culpa. Estereotipos que, aunque suenen a otra época, siguen vivos y coleando, defendidos no solo por hombres, sino también por muchas mujeres atrapadas en la presión social.
El mensaje es potente: romper el techo de cristal, dejar de ser sumisas, olvidarse de la maternidad como obligación y del mandato de estar siempre perfectas. Lo cuestionable es la fórmula: Furia nos muestra a un grupo de mujeres que, lejos de sentirlas reales, son una caricatura de la problemática que representan, y no solo eso, en comparación con el resto de los personajes, incluidos muchos de sexo masculino, parecen arrancar ya con un diagnóstico del DSM-5 bajo el brazo, como si la única salida a su opresión fuera la locura.

Furia: de las Erinias al burn out
Las Furias, también conocidas como Erinias en la mitología griega, y Furiae en la romana, son diosas de la venganza. Castigaban los crímenes familiares o de sangre, los delitos morales, la infidelidad y el engaño. Eran mujeres implacables que representan la culpa, el remordimiento y la justicia más oscura, la que no se puede eludir. En honor a ellas nació Las Furias Magazine. La serie de HBO, tiene algo de esto, y de algunas de las acepciones de la RAE (1. f. Ira exaltada. 2. f. Acceso de demencia. 3. f. Persona muy irritada y colérica. 4. f. Violencia o agresividad).
Pero hay que tener mucho cuidado con cómo se trata la venganza femenina. Hasta hace nada (años 70 e incluso 80), a muchas mujeres se las encerraba en los llamados asilos (manicomios) diagnosticadas de “histéricas”, por el hecho de no cumplir los deberes del hogar, ser “malas” madres, “malas” esposas, querer estudiar, trabajar en oficios que solían desempeñar los hombres, tener ideas y discursos propios o ser lesbianas.
Aunque la serie Furia, quiera romper con ese prejuicio y diagnóstico patriarcal y machista, la forma en la que se han construido los personajes protagonistas no sería la adecuada, ya que, como decía antes, da la sensación de que sus acciones vengativas parecen surgir más por posibles trastornos mentales que ya poseían que por las terribles acciones cometidas por los personajes masculinos.
Algunos ejemplos muy recientes de venganzas femeninas que se toman en serio la problemática y al género los encontramos en las películas Una joven prometedora, La Furia, o cada uno de los relatos del libro Una mujer cualquiera vuelve a casa, de Jo Alexander.

Furia: lo mejor, sus actrices
Sin duda, lo mejor de la serie de Félix Sabroso es el espectacular plantel protagonista. Que podamos disfrutar en la pantalla de un reparto de actrices tan notables independientemente de su normatividad o grupo etario, es una auténtica gozada. Carmen Machi, Claudia Salas, Cecilia Roth, Ana Torrent, Candela Peña, Pilar Castro y Nathalie Poza están soberbias, a cuál mejor.
Las interpretaciones y la construcción de personajes por parte de Nathalie Poza y Candela Peña son de lo mejorcito que hemos visto de ellas últimamente. Aunque todas están increíbles, destaco el trabajo de Pilar Castro, una actriz nunca valorada lo suficiente, que nunca se equivoca, ni patina en sus interpretaciones, NUNCA.
En Furia se nota que se lo están pasando pipa interpretando a esos personajes con particularidades tan vistosas y gustosas de jugar a la hora de interpretarlas.
Ellas, la música y una cuidada estética que mezcla lo kitsch con un realismo extraño que transforma el extrarradio en algo exótico y sucio son lo más destacable. Pero tampoco me quiero olvidar del talento de actores como Alberto San Juan, Francesc Garrido, Pepón Nieto (muy destacable también su trabajo como Toni Genil en la serie Superestar) o Pedro Casablanc.
Furia: ¿La mejor serie española del año?
Un poco pronto para decidirlo, ¿no? Superestar, La vida breve y Su majestad, también son muy buenas series a la hora de tenerlas en cuenta para ponerles la etiqueta de “la mejor del año”, y aún quedan esperados estrenos como Pubertat, La suerte, Anatomía de un instante, o la segunda temporada de Poquita fe.
Sea como sea, Furia es una buena serie de la que esperamos que siga manteniendo el nivel en los episodios venideros, y que, aunque no nos convenza del todo el punto de vista en el que se han tratado a sus protagonistas, abra el debate sobre cómo se representa la rabia femenina en la ficción. Porque no todo vale, incluso cuando se quiere subvertir lo establecido. Y si algo merece esta historia, y estas actrices, es una furia bien escrita, bien dirigida y, sobre todo, creíble. Una furia que no solo brille en pantalla, sino que también haga justicia fuera de ella.
Saludos furiosos.