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‘How To Have Sex’: la epidemia del abuso sexual y los silencios cómplices

How To Have Sex, la película con la que la directora de fotografía británica Molly Manning Walker debuta en los largometrajes, comienza con un tono desenfadado y apetecible. Sin embargo, la cosa se va poniendo fea y el divertido coming-of-age se convierte en una pesadilla sobre la que reflexionar.

Cartel de How To Have Sex, de Molly Manning.
Cartel de How To Have Sex, de Molly Manning.

How To Have Sex: Sexo, alcohol y techno en un Magaluf griego

Se termina el curso y por fin llega ese esperado viaje de verano. Un viaje de esos que se presentan tan ambiciosos como para cambiarte la vida en tan solo unos días. Probablemente recuerdes alguna de estas escapadas adolescentes. Días interminables, un nuevo lugar lleno de posibilidades, el escenario ideal en el que sentirte mayor y ensayar la vida adulta fuera de lo cotidiano…

La película de Manning Walker comienza con la ilusión de los viajes de ida. Tres amigas del instituto dejan atrás los exámenes de Secundaria y se preparan para unas merecidas vacaciones antes de entrar en la Universidad o comenzar a trabajar. El destino elegido es uno de esos paraísos enlatados para el turismo hooligan. Se trata de Malia, un estilo Magaluf en la isla griega de Creta que recibe cada año a miles de adolescentes británicos con hígados de hierro.

Los ritos de iniciación a la vida adulta

Tara, la protagonista, interpretada por una excelente Mia Mckenna-Bruce, quiere perder la virginidad. Es la única de sus amigas que no lo ha hecho y siente la presión de hacerlo cuanto antes. Este viaje promete ser la solución perfecta para ese forzado rito de iniciación.

Ya en Malia, Tara va a por todas. Se siente más viva que nunca. Se enfunda en sus vestidos y bikinis flúor, se planta sus uñas y pestañas postizas y pasea bronceado por el hotel-parque temático a prueba de bombas adolescentes británicas en el que se alojan.

Maravillosa la interpretación de Mia Mckenna-Bruce en How To Have Sex.
Maravillosa la interpretación de Mia Mckenna-Bruce en How To Have Sex.

How To Have Sex: la película sobre el consentimiento que tienes que ver

El primer día de vacaciones, Tara conoce a Burger (Shaun Thomas), un tipo majete y amigable que pasa unos días de vacaciones desenfrenadas con sus amigos en el apartamento de al lado. Pronto, los dos grupos de amigos hacen piña y comparten borracheras. Los días y las noches se dedican casi en exclusiva a beber alcohol, a vestirse-peinarse-pintarse para salir a beber alcohol, a bailar algo parecido al techno mientras beben alcohol, a vomitar y mear en retretes inmundos, y a bañarse con resaca en la piscina para volver de nuevo a beber más y más alcohol.

Los días de borrachera y resaca van haciendo mella en el grupo de adolescentes. El cansancio y la apatía llegan pronto, pero la fiesta debe continuar. Hay que pasarlo bien o, al menos, aparentarlo. No vas a ser la aguafiestas ¿no? No puedes ser esa tía rara que no se divierte y pone pegas. Tienes que desbarrar como la que más. Beberte otra copa más, probar todo lo que llegue a tus manos. Hay que estar a la altura, aunque no te apetezca una mierda y quieras irte a dormir ya.

How To Have Sex.
How To Have Sex.

Tara quiere perder la virginidad: Comienza la cuenta atrás

Los días pasan y la virginidad pesa cada vez más. Tara tenía un objetivo en Creta y no se está cumpliendo. No puede regresar a casa con las manos vacías. No puede irse como ha llegado. La presión aumenta. A Tara le gusta Badger, el tipo majete y amigable, pero Sky (Lara Peake) una de sus “amigas” dice que es bastante feo. Tara descarta a Badger como opción.

Luego está Paddy (Samuel Bottomley) un chico guapo, engreído y arrogante que es el líder del grupo. Aunque a Tara le gusta Badger, Paddy, a todas luces, parece ser un mejor objetivo para coronarse y perder esa virginidad que se está convirtiendo en un asunto tan incómodo.

Tara, un tanto desconcertada se encuentra con Paddy después de una nueva noche de borrachera y suciedad. Ha perdido a sus amigas y Badger se ha quedado dándolo todo en la fiesta del hotel. Sin saber muy bien cómo ni por qué, acaba en la playa con Paddy. Después de un baño nocturno bastante incómodo, Tara se deja llevar y pierde la virginidad con el insistente y brusco Paddy.

How To Have Sex. Foto de Nikolopoulos Nikos.
How To Have Sex. Foto de Nikolopoulos Nikos.

How To Have Sex: la delgada línea del sexo consentido

En un primer momento, podemos deducir que Tara tiene sexo consentido con Paddy, pero las dudas y el desconcierto con los que Tara vive el dudoso encuentro sexual se nos meten en la cabeza con un martilleo incesante de preguntas. ¿Ha sido realmente consentido? ¿Tara quería mantener sexo con Paddy en ese momento?

La reacción de Tara tras el encuentro nos indica claramente que no. No ha sido una relación consentida. Tara no dijo no y, por lo que nos muestra la escena, Paddy ejerció cierta intimidación hacia ella lo que desembocó en una clara agresión sexual. Tras ese momento, la película sufre un punto de inflexión. Tara se repliega sobre sí misma. Se mete hacia adentro y permanece en una especie de estado de shock que mantiene hasta el final de la película, cuando las vacaciones terminan y todos vuelven a sus vidas.

How To Have Sex. Foto de Nikolopoulos Nikos.
How To Have Sex. Foto de Nikolopoulos Nikos.

La complicidad del silencio y el compadreo en las agresiones sexuales

Badger y Em (Enva Lewis), la segunda amiga de Tara, saben que algo no va bien e intuyen que la noche de pasión no ha sido tal. Sin embargo, mantienen un silencio cómplice que solo se rompe al final, en el propio aeropuerto antes de coger el avión de vuelta, cuando Tara deja entrever que lo que vivió en la playa no fue deseado y Em le espeta un ¿Y por qué no dijiste nada?, culpabilizando de nuevo a la víctima. Ambos, Badger y Em, son espectadores pasivos de la agresión sexual que ha vivido Tara.

Premiada en la sección Un Certain Regard de Cannes,How To Have Sex es una película que deja poso y plantea los interrogantes necesarios para tomar conciencia sobre el consentimiento y la ausencia de consentimiento sexual.

La directora y guionista coloca todas las cartas sobre la mesa para que rumiemos nuestras propias conclusiones. Señala al abusador, pero también a los cómplices del abuso. Una película imprescindible en el camino para sentar unas bases sólidas sobre este asunto. Debemos se capaces de identificar todas las formas de abuso para hacer que el cambio sea una realidad y nadie sufra agresiones sexuales envueltas en celofanes de fiestas flúor y alcohol.