‘La boda de Rosa’: cuando lo que importa es ser realmente feliz
La boda de Rosa, de Icíar Bollaín es lo que se llama una feel-good movie en todo su esplendor. No hay manera de que no nos sintamos identificadas con la vida de Rosa (Candela Peña), una mujer de 45 años que vive para satisfacer las necesidades de su familia y quienes le rodean. ¿Te suena?
Y precisamente esa es la clave para el éxito de esta nueva obra de la directora madrileña, la facilidad con la que cualquiera puede empatizar con las situaciones presentadas. Es que, a ciencia cierta, todas alguna vez hemos dejado de buscar nuestros sueños por anteponer los de nuestros seres queridos.
La boda de Rosa arrasó en el Festival de Málaga. Recibió el Premio del jurado y el galardón a mejor actriz a Candela Peña por su interpretación espectacular, creando un papel sublime que convence y conecta. Además, amén del elenco de actores (magnífico Sergi López), que no solo no desentonan, sino que logran mostrar de manera más que correcta la simplicidad que construye la vida
La boda de Rosa: simple pero no simplona
Una película simple, que por su sencillez puede ser tomada como una película más, pero que, en realidad, es una obra que puede servir de inspiración a miles de personas, que, como Rosa, necesitan tomar el control de su vida. Personas que necesitan hacer algo por sí mismas antes de que sea demasiado tarde.
A esto nos invita La boda de Rosa: a recuperar la libertad que hemos perdido, a darnos una segunda oportunidad y a empezar de nuevo. No importa lo difícil que sea (o parezca ser), no importa el miedo. Llega un momento de la vida en el que es necesario darle al botón nuclear y reconstruir todo desde cero.
Pero no solo este es el mensaje de una película, que, dicho sea de paso, cuenta con una exquisitez estética propia de quien se fija en el más mínimo detalle, también se trata de una película de empoderamiento. El mensaje es simple: no importa lo que suceda, solo toma las riendas de tu vida y consigue aquello que siempre has deseado. Lucha por ti. Porque al final, la persona más importante de tu vida eres tú.