‘Matar al padre’, o la magia del parricidio de Amélie Nothomb

Repasamos la vigésima novela de una de las autoras más prolíficas y galardonadas de nuestro tiempo. Amélie Nothomb sigue estando de rabiosa actualidad por obras como esta. Pese a lo que más de uno podría pensar, Matar al padre no es ningún crimen. Al contrario, es un ejercicio literario de bastante mérito que asombra y entretiene como un truco de magia.

Confieso que llevaba algún tiempo con ganas de leer algo de Amélie Nothomb. Su reputación la precedía, y esas pintas a lo Björk me llamaban la atención.

Así que entré en una librería hace algunas semanas con intención de llevarme el primer libro suyo que encontrase. Siguiendo este riguroso proceso de selección acabé con Matar al padre. Me pareció que el título tenía mordiente, y el escaso grosor de la novela prometía una lectura rápida y (con suerte) amena.

 En cuanto que volví a casa, comencé a leer…

Matar a un padre de Ameliè Nothomb
Amélie Nothomb

¿Es esta su carta?

 No has entendido nada, pobre viejo. Nada de nada. Voy a contártelo.

Matar al Padre

Decía Jean-Paul Sartre en Las Palabras que no existe el buen padre. “Hacer hijos está muy bien, pero ¡qué iniquidad es tenerlos!”. El suyo murió joven, hecho que le permitió crecer, según dejó escrito, sin la castrante influencia de un superyó.

Esto fue, más o menos, lo que le ocurrió a Joe Whip. El protagonista de Matar al padre es un chico de catorce años que callejea por Reno, a unos 670 kilómetros de Las Vegas, Nevada. Abandonado por su padre primero y por su madre después, Joe carece de brújula moral. Malvive haciendo trucos de magia y sirviéndose del engaño, para el que muestra un talento natural.  

En estas que topa con Norman Terence, el ampliamente considerado como mejor mago del mundo. Tras una breve discusión, Joe convence a Norman de que lo convierta en su aprendiz. El tercer personaje en contención es Christina, una joven malabarista con la que el mago mantiene una relación amorosa y acude año tras año al festival del Burning Man, en el desierto de Black Rock.

Pues bien, los años pasan y Joe se afana por aprender lo máximo posible de su maestro, con fines no siempre honestos. Norman, por su parte, intenta inculcarle una serie de valores, movido por un afecto paternal. Al mismo tiempo, Joe se enamora locamente de Christina, la cual camina como una acróbata sobre un hilo entre los dos hombres de su vida.

Un conejo en la chistera

«¿Así es como me ves?», preguntó Christina, divertida de verse comparada con unas bolas tan enormes.

 «Explotan. Igual que tú».

Matar al padre

Matar al padre es una novela entretenida que trata sobre las relaciones paterno-filiales y el complejo de Edipo. También habla acerca de relaciones amorosas y estilos de vida alternativos (cosas de hippies).

Por su planteamiento y temática me recordó a Mr. Vértigo, uno de mis libros preferidos de Paul Auster. Aunque las comparaciones son odiosas y la obra de Amélie Nothomb se sostiene por sí sola como un producto literario genuino.

Nada de lo que ocurre en ella resulta accesorio o de poca importancia. La acción contribuye a crearnos un perfil psicológico de los tres personajes principales, que resultan interesantes y provocan empatía. El conflicto entre Joe y Norman parte de la carencia de valores del uno y la torpeza afectiva del otro. Christina destaca entre ambos como una fuente de comprensión y cariño, y se erige como el personaje favorito del lector (o así fue en mi caso).

Más trucos en la manga

Amélie Nothomb no tuvo una infancia convencional. Según indica su propia página web, nació el 13 de agosto de 1967 en Kobe, Japón. Hija de un diplomático belga, se pasó gran parte de su niñez viajando entre el propio Japón, China, Estados Unidos, Laos, Birmania y Bangladés.

Posteriormente, se licenció como filóloga en la Universidad Libre de Bruselas e inició su carrera como escritora con Higiene del asesino, en 1992. Desde entonces, ha publicado veintinueve novelas (hasta la fecha), cosechando multitud de premios. Entre ellos destacan el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 1999, y el Premio Jean Giono por el conjunto de su obra en 2007.

Matar al padre fue publicada en agosto de 2011 por la editorial francesa independiente Albin Michel. Un año y medio después fue traducida al castellano y distribuida por Anagram Editorial, en su colección Panorama de Narrativas. Actualmente puede conseguirse fácilmente esta edición, así como otra más pequeña en Compactos.