‘Memorias de París’: los recuerdos que curan las heridas del terrorismo
Mañana se estrena Memorias de París (Revoir Paris), a dos días de que se cumplan siete años de una de las noches más oscuras de la ciudad del amor. La noche en la que el mundo se estremeció con los inesperados ataques terroristas en la Sala Bataclan y otros restaurantes y terrazas de la capital francesa. En Memorias de París, su directora, Alice Winocour, nos hace testigos de lo que sucedió en uno de esos restaurantes y de las consecuencias en las vidas de las víctimas que pudieron salir de allí con vida.
A su directora, esa tragedia le tocó de cerca: “Mi hermano estaba en la sala Bataclan el 13 de noviembre. Consiguió esconderse y estuvimos mandándonos mensajes durante gran parte de la noche. La película está inspirada en mis propios recuerdos y en lo que me contó mi hermano después del atentado. A través de su relato pude comprobar cómo se deconstruyen los hechos para luego reconstruirse, a menudo, a través de los recuerdos.”
Este mismo año, Isaki Lacuesta nos narró en su genial, Un año, una noche, cómo una pareja que sufrió el atentado en la sala Bataclan intenta sobrevivir y superar el trauma desde la confianza, la honestidad y la aceptación. En Memorias de París, Alice Winocour nos coloca en el lugar de todas aquellas víctimas que a causa del dolor perdieron la memoria de lo sucedido. Aquellas víctimas que buscan reconstruir esa dolorosa parte de su vida para poder pasar por encima de ella y seguir adelante.
Memorias de París: reconstruyendo tu vida
Mia (Virginie Efira) es una mujer de mediana edad que trabaja como traductora de ruso en la radio. Una lluviosa noche que conducía hacia su casa en moto, decide cobijarse en un restaurante. Lo que nunca se pudo imaginar, es que esa decisión casual la convertiría en una de las víctimas de los atentados islamistas de 2015 en París. Los terroristas entraron en el restaurante y mataron a muchos de los clientes y personal del negocio.
Tres meses más tarde descubrimos que ella sobrevivió, pero no recuerda prácticamente nada de lo que ocurrió. Vive desde ese vació que se siente al intentar recordar algo y no encontrar nada con lo que armar la imagen ese puzle.
Siente la necesidad de recuperar sus recuerdos, de recuperar esa noche. De entender qué ocurrió y cómo pudo salir de allí con vida.
Desde ese momento, Memorias de París se convierte en una excelente película de investigación, en un drama con más luces que sombras sobre esas personas que buscan el brillo del “diamante del trauma“. Que buscan encontrar algo bueno bajo la costra de una herida que no deja de doler.
Mia revisitará el restaurante, conocerá a otras como ella, recolocará su vida y poco a poco irá ordenando los fotogramas de su propia película.
Memorias de Paris: dolor, amor y verdad
Uno de los personajes fundamentales para que Mia consiga su objetivo, es el interpretado por Benoît Magimel, maravilloso y camaleónico actor que pudimos ver en Sitges a las órdenes de Quentin Dupieux en Increíble pero cierto. Magimel interpreta a Thomas, otra de las víctimas del atentado. Thomas se encontraba celebrando su cumpleaños cerca de la mesa de Mia. Él recuerda prácticamente todo lo que ocurrió. Ambos se ayudarán y se confiarán lo que sintieron aquella noche. La complicidad que se creará entre ambos será notable. Ambos se convertirán en la muleta necesaria en la que apoyarse para poder avanzar sin miedo a caer.
Los dos interpretes están soberbios en sus personajes, pero Virginie Efira construye un personaje redondo. Mia es una mujer independiente, profesional, que decidió no tener hijos y que no se deja llevar por los embates de la vida. Es ella la que toma las decisiones. La que sopesa qué es lo mejor para su vida, qué es lo que necesita. Una mujer con miedos e inseguridades, como todo el mundo, pero que decide seguir adelante.
Efira nos impactó en Benedetta y este año también la disfrutamos en la excelente Los hijos de los otros.
En Memorias de París, nos recuerda por qué está considerada como una de las mejores actrices de su generación.
Memorias de París: lo que se esconde debajo de la mesa
Alice Winocour construye una película en la que encontramos algunos momentos de auténtico terror e incluso de realismo mágico (maravillosa la escena de Mia en el vagón de metro), pero, además, también mantiene un discurso de clara denuncia social.
Memorias de París, nos habla de las víctimas que no salen en los informes. Las víctimas que nadie conoce. Esos trabajadores sin papeles de las cocinas de los restaurantes de París. Inmigrantes ilegales de Senegal y Sri Lanka a los que llaman fotocopiadoras por su capacidad de sacar exactamente igual cualquier plato que les hayan marcado realizar.
Alice Winocour no se olvida de ellos. No se olvida de esas víctimas a los que nadie pone velas frente a una patriótica estatua. Esas víctimas que no se acercan a las asociaciones, ni reciben terapia. Todos aquellos y aquellas que bajo su titánico esfuerzo y ocultos al resto, hacen que en la superficie todo siga funcionando y brillando.
Alice Winocour: la mirada de una directora con las ideas muy claras y mucho que contar
Memorias de París es una película genial a la que es difícil encontrarle algún pío. Algunxs la podrían tildar de melodramática o de buenista, pero es muy loable que de un suceso cargado de dolor como es el de esos atentados terroristas, Alice Winocour haya sabido dar luz a tanta oscuridad. Nos deja ver el cuadro completo de la historia, con todo tipo de detalles sobre lo terrible de aquella noche, y aún así es capaz de encontrar oro donde cualquiera tan solo encontraría cobre.
Memorias de París es una película sobre la soledad y el vació de los que han sufrido un trauma causado por lo externo. Una película que nos habla de cómo nuestra mente nos engaña construyendo falsos recuerdos sobre lo que no recordamos o ya hemos olvidado. Sobre sentirse perdido, confundido e incluso culpable por algo en lo que tú no eras más que alguien que estuvo en el lugar y momento equivocado.
Pero Memorias de París también es una película sobre la belleza de la vida. Sobre la capacidad de encontrar el camino que te deje avanzar. Sobre las segundas oportunidades y tener la capacidad de ver el lado bueno de las cosas. Sobre no dejar que el miedo triunfe.
Saludos furiosos.