Entrevista a Oriol Pla: El nuevo Robert De Niro del cine español estrena ‘Girasoles Silvestres’

Oriol Pla es uno de los mejores actores de su generación. Un mago de las emociones. Uno de esos actores que han nacido tocados por la barita mágica de Dionisio, dios griego del teatro. El 14 de octubre estrena Girasoles Silvestres, segunda colaboración con el prestigioso autor, Jaime Rosales.

Desde sus comienzos, siempre demostró tener un don natural para hacer creíble lo increíble. Para mostrarse increíblemente natural interpretando a cualquier personaje.

Su carisma, intuición y precisión corporal son sus herramientas más destacables.

Oriol Pla es un actor meticuloso que se mueve entre el teatro, el cine y el circo como si fueran diferentes estancias de su propio hogar. Personajes como los que interpreta en Animals, Incerta Gloria, El día del mañana o Dime quién soy demuestran que estamos ante un actor al que no le gusta permanecer en lugares comunes.

En Girasoles Silvestres, Oriol Pla interpreta a un personaje que no va a dejar indiferente a nadie. Convirtiéndose en un claro aspirante como Mejor Actor en los próximos Premios Goya de 2023.

Hablamos con Oriol Pla

– ¿Dónde estudiaste?

En la calle. Estudié interpretación en la calle y en casa. No fui a ninguna escuela; en mi casa estaba “prohibido” porque de ahí salen todos iguales. Mis padres son payasos y hacíamos espectáculos de calle. La idea era transmitir esos conocimientos, el oficio, de padres a hijos y así fue. La calle fue la gran escuela.

Aunque me hubiera gustado estudiar Lecoq, rápidamente me puse a trabajar y así también aprendí mucho. Podríamos decir que soy discípulo de mis padres y autodidacta.

En mi casa la vida y el teatro siempre se han mezclado. Estoy muy orgulloso de mi formación. Mis padres nos han transmitido todo lo que saben a mi hermana y a mi y, podríamos decir que se pasa de una escuela a la otra. Ahora podemos compartir conceptos de interpretación y aprender mutuamente. Es muy bonito. Siempre me han enseñado a trabajar desde el juego, la corporalidad, la creatividad, el mimo…

– ¿Cómo has cambiado como actor desde El cor de la ciutat hasta ahora?

¡Ostras! (risas) He cambiado mucho. Muchísimo. Ha sido un viaje muy largo. Te podría decir que ahora empiezo a entender de qué va esto de actuar. Hace poco pensé: “¡Ah! Vale, actuar es esto…” (risas) Estoy aprendiendo a liberarme un poco más y, sobre todo, a entenderme mejor.

No sé cómo decirte… Es como que los grandes aprendizajes van muy unidos a la persona. Al final eres en escena lo que eres en la vida y viceversa. Voy entendiendo que el oficio de actor no va de llegar a ningún sitio, sino que es algo más parecido a caminar y que hay que aprender a liberarse, jugar y disfrutar.

– ¿Qué tal ha sido volver a trabajar con Jaime Rosales después de Petra?

Pues ha sido muy guay. Me llamaron y me dijeron que Jaime había pensado en mí para una cosa complicada, pero que confiaba mucho en mi para hacerlo. Después de Petra, la verdad es que reflexioné mucho acerca de la interpretación.

Como ya habíamos trabajado juntos y nos conocíamos, sabíamos cómo trabajábamos. Ha sido muy guay tener esa confianza para aventurarnos los dos a intentar hacer algo que nos sacase de nuestra zona de confort.

Jaime nunca había hecho construcción de personaje; siempre acerca el personaje al actor. Sin embargo, esta vez, quiso hacerlo por la confianza entre los dos y por las ganas de jugar. Tuve la oportunidad de transitar la violencia, lo que me parece un tema muy interesante. Fue duro, pero, al mismo tiempo, un viajazo revelador y muy divertido.

– ¿Qué nos puedes contar de tu personaje?

La película no va por caminos secundarios; va de frente. Mi personaje es un tío con muchas ganas de vivir, de amar y de que le amen. También con grandes carencias y con incapacidad para conectar con su vulnerabilidad. Muy obcecado en su punto de vista. Pero también que está muy solo y eso le ha generado una especie de armadura muy peligrosa. Se enamora perdidamente de Julia y pone todas sus apuestas ahí.

Supongo que la gente, como mi personaje, que acaba siendo así, es porque piensan: “O me convierto en esto, o me muero”; es una cuestión de supervivencia. Durante la peli veréis que mi personaje se va a encontrar con ciertas dificultades y frustraciones que no gestiona desde el amor, sino desde los celos, la ira o el victimismo. Desde estrategias que no son muy muy sanas, la verdad.

Se habla de masculinidades tóxicas, relaciones tóxicas, pasivo-agresivas, y de reflexionar e investigar sobre el amor malentendido.

– ¿Desde dónde trabajas a tu personaje?

Esta vez he trabajado diferente. Cambié un poco el método. Normalmente trabajo desde el análisis. Me gusta trabajar desde lo que los personajes desconocen de sí mismos; me fascina, esto me viene del clown, el payaso no sabe que no sabe. Esa mirada me parece algo muy mediocre, doloroso y bonito de la Humanidad. Tuve que hacer un salto de encarnación física, de vocabulario, de actitud ante la vida…

Trabajo también desde cómo era el personaje de niño. Encontrar de dónde le viene “el susto”. Al final somos resultado de esas heridas también. Por eso, con este personaje partía de la coraza, del “nadie me va a volver a hacer daño”.

Yo me suelo bloquear ante este tipo de personas, no gestiono bien esas violencias. Tuve que darme el permiso y la legitimidad de encarnar esta actitud ante la vida. Me iba con el personaje a la calle… Fue un proceso largo y caótico, bastante bestia, pero que tuve que hacer para llegar al personaje.

– ¿Cómo ha sido compartir película con Anna Castillo?

Una maravilla. Nos entendimos muy bien. Encontré una gran conexión con Anna Castillo. Se trabaja súper bien con ella. Tiene un nivel de juego muy alto. Nos entendimos como si fuésemos de la misma tribu. Íbamos solos hacia las cosas. Todo con improvisación. Nos entendimos muy bien y nos lo pasamos súper bien. Trabajamos desde el disfrute.

Aprendí mucho de ella. Se acerca al trabajo con mucha relajación y fe en sí misma. Ella es como un faro en el que fijarme, porque yo soy más inseguro. Últimamente he tenido unas compañeras increíbles.

-Sí, también has trabajado hace poco con Irene Escolar. Vaya compañeras que te están tocando…

Me siento súper afortunado. Con Irene es una pasada. Hace poco he hecho un corto con ella. Tiene un conocimiento, una rigurosidad y una intuición tan fina… Irene Escolar me llenó las alas de plumas. Parece que tiene seis vidas encima cuando está actuando.

Verla desarrollar el trabajo invisible que hace el actor antes del proyecto es increíble. Además, es muy generosa y nos hace mejores a todos los que actuamos a su lado.

– ¿Utilizas algún método a la hora de interpretar?

En realidad, aunque, como te decía al principio, mi formación viene de mis padres, se podría decir que viene de la escuela de Lecoq, desde el cuerpo como primera vía para acercarse y construir. En el cuerpo hay muchas respuestas, en la relación del cuerpo con el espacio.

Por otro lado, ahora también estoy entendiendo más las acciones de Stanislavski y me lo estoy pasando muy bien. Hace poco he entendí que mi cuerpo, mi mente y mi alma, es mi taller, y en mi taller mando yo (risas).

Lo que quiero decir, es que todo está a mi servicio, y que unos días puedo utilizar unas cosas y otros otras, mezclar… Una frase de Jack Nicholson sobre los métodos fue “si te funciona, utilízalo”. Intento habitar un poco más y tener claros cuáles son los anhelos más profundos de los personajes. Y, sobre todo, jugar mucho.

– ¿Qué nos puedes contar de tus futuros proyectos?

El 10, 11 y 12 de octubre estaré en Madrid con Baro d’evel, la compañía de circo contemporáneo con la que trabajo en Francia, en los Teatros del Canal, con el espectáculo Falaise.

También acabo de terminar una película, Creatura, dirigida por Elena Martín.

Ahora va a salir la serie La Ruta en la que tengo un capitular y que ha sido una experiencia muy chula.

Y a finales de año estaré en la Sala Beckett de Barcelona con Travy, un espectáculo coescrito con un amigo y dirigido por mí en el que trabajaré con mi madre, padre y hermana. En la obra explicamos nuestra experiencia vital a través de un espectáculo de humor absurdo, surrealista y poético.

–  Para terminar, una pregunta facilita: ¿Cómo ves el mundo?

Redondo, y yo defiendo que es redondo (risas). ¿Sabes que esta es la pregunta que me hizo Jaime Rosales en el primer cásting? Pues veo el mundo bastante acelerado, pero también lleno de belleza y sabiduría, pero me genera todo un poco de misterio… A ver, realmente el mundo está fatal, pero también estamos rodeados de belleza. Aunque la belleza sea tan compleja y misteriosa como, por ejemplo, aceptar la muerte. A veces tenemos los regalos delante y no somos capaces de verlos.

Cuestionario Furioso de Oriol Pla

Película favorita: El chico, de Chaplin.

Serie favorita: Succession, de HBO.

Libro favorito: La montaña mágica, de Thomas Mann.

Cómic favorito: Blacksad.

Cantante, grupo o músico favoritx: Pink Floyd.

Artista plástico favoritx: Francisco de Pájaro.

Miedo tecnológico: A la inteligencia artificial.

Foto de portada de Pol Rebaqué.