‘The Morning Show’: el espectáculo debe continuar
Si has trabajado en la pantalla amiga, seguramente hayas vivido muy buenos y también algunos malos momentos, ya que el negocio televisivo tiene un poco de todo eso: dulces mieles y alguna almendra podrida que te deja mal sabor de boca. En la excelente serie The Morning Show vivimos casi en primera persona todos los éxitos y sinsabores de un programa diario de televisión: en concreto, un matinal líder de audiencia. Todo un Ana Rosa al estilo yanqui.
La cuarta temporada de The Morning Show está al caer. En 2025 (aún pendiente de confirmar fecha exacta) podremos seguir disfrutando de una de las series de mayor calidad de los últimos tiempos. La tienes disponible en Apple TV hasta la tercera temporada incluida. Si estás buscando una serie de maratón para el fin de semana, esta es tu serie. Ritmo frenético, historias con profundidad, y unas Jennifer Aniston y Reese Witherspoon es verdadero estado de gracia. También es apta para paladares exquisitos que quieran saborearla en pequeñas dosis.
La serie se mete hasta las tripas de un típico matinal de televisión estadounidense. Con sede en Nueva York, una de las cadenas líderes del país lucha a diario por conseguir los mejores índices de audiencia con su matinal estrella. Quizá la palabra “lucha” te parezca un poco exagerada, pero puede que nos quedamos cortas. En este edificio en el corazón de Manhattan, el capitalismo alcanza su máxima expresión y un solo día puede ser tan intenso que nos parezca una vida entera.
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The Morning Show: presentadoras, acoso sexual y vidas al límite
Esta serie, ya icónica, representa una mirada desde dentro a las vidas de los presentadores de programas matutinos estadounidenses, los hombres y mujeres que despiertan a Estados Unidos y que forman parte de la vida cotidiana de millones de personas.
No queremos desvelarte nada, pero la trama principal de las primeras temporadas gira en torno a la figura de Mitch Kessler (Steve Carell) y una turbulenta trama de acoso y violencia sexual con tintes macabros en la que se ve envuelto siendo el presentador estrella que despierta a América. El, hasta entonces, intocable y encantador Kessler, irá mostrando la cara de un monstruo que permanecía oculto y del que (casi) ni siquiera él mismo era consciente.
A medida que se suceden los episodios, veremos cómo, con una precisión de cirujano, se va pelando la cebolla para encontramos con el corazón de un caso de acoso sexual que afectará a las más altas instancias, haciendo tambalear los cimientos de una estructura empresarial centenaria.
Cómo ser una mujer en la cima de la televisión
Jennifer Aniston, en el papel de Alex Levy, interpreta a una súper exitosa presentadora de televisión con décadas de experiencia a sus espaldas en la primera división televisiva. Junto a Mitch Kessler, forman la pareja televisiva con más chispa y química de las mañanas. Se encargan de despertar al país y lo hacen muy bien. Son infalibles con las audiencias y sus nóminas han logrado sumar tantos ceros que les han colocado en un pedestal difícilmente alcanzable para el resto de los mortales.
Desde las alturas, la suavidad del poder se acaricia entre los dedos, pero en las cimas también hace más frío y la soledad es mayor. En la lucha de poder siempre hay un pez más gordo y si te quedas solo, nadie irá a rescatarse. Cuando Mitch cae, toda una era televisiva cae tras él. Llega el sálvese quien pueda y las ratas tratan de salir del barco antes de que el agua llegue al cuello. La complicidad de la que había disfrutado el intocable Kessler llega a su fin de forma abrupta, y cada cual se arrima a la sombra que mejor le cobija.
La igualdad (o más bien, la falta de ella) en el show business es uno de los temas claves de esta serie. La permisividad de los abusos durante años sale a relucir y hace volar todo por los aires de la noche a la mañana. La llegada a la cadena de una periodista de raza, Bradley Jackson, interpretada por la genial Reese Witherspoon, será el terremoto final que esta estructura patriarcal necesitaba, para mostrar sin tapujos todas sus vergüenzas ante una audiencia ávida de carnaza.
The Morning Show y la cultura de la cancelación
La conocida como cultura de la cancelación hace referencia a un fenómeno social en el que un individuo o grupo es criticado públicamente. Sus actos son considerados completamente inaceptables y el veto mediático y social es inmediato. Lo que en nuestro país suelen ser hechos aislados, en Estados Unidos está a la orden del día y se vive en cualquier ámbito. Cuando el foco incriminatorio de la cultura de la cancelación enfoca a sus víctimas, pocos rincones existen para esconderse. Precisamente, la cultura de la cancelación es otro de los temas claves de esta serie.
Y como tercer pilar podríamos destacar el ascenso en la vida profesional por encima de todo y a cualquier precio. En el entorno de The Morning Show la vida gira en torno al trabajo. Todo se hace por y para el trabajo. Las horas del día, desde la mañana hasta la noche, se dedican al ámbito laboral. La vida personal siempre queda en segundo plano o es apenas inexistente. Las jornadas maratonianas son la tónica dominante y nadie lo cuestiona.
Succession: la hermana mayor de The Morning Show
Si ya has visto la serie Succession, es posible que The Morning Show te recuerde en muchas cosas a ella. En ambas series nos zambullimos en el negocio de los grandes medios de comunicación en Estados Unidos, que atesoran tanto poder que son capaces de cambiar a su antojo el rumbo del mundo entero. Aunque desde perspectivas diferentes, las dos series abordan lo despiadado del show business cuando alcanza niveles estratosféricos.
Te recomendamos ver ambas series para encontrar paralelismos. Y no solo eso, también para disfrutar de dos grandes series de calidad en época de novelas en streaming.