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Carlos Vermut acusado de violencia sexual: ¿explotará el #MeToo en España (de una vez por todas)?

Octubre de 2017. Caso Harvey Weinstein. Estados Unidos. Se desata el movimiento #MeToo. Este fue el epicentro del terremoto que llegó decidido a romper el silencio y destapar los casos de abusos y explotación sexual que hombres, hasta entonces, intocables, habían cometido al amparo de su poder y de una sociedad cómplice.

Desde aquel primer terremoto, la lista de personalidades destacadas en diversos ámbitos no ha parado de engordar. También ahora resuenan algunas réplicas más persistentes en países tan cercanos como Francia. Hemos visto algunos conatos en España, pero, hoy, El País ha dado la sorprendente noticia de que tres mujeres acusan al director de cine Carlos Vermut de violencia sexual. Una noticia que parece ser tan solo la punta del iceberg. ¿Cuándo explotará realmente el movimiento #MeToo o en nuestro país?

Con el caso de Harvey Weinstein en 2017 no solo comenzó el movimiento #MeToo como denuncia pública hacia los abusos sexuales cometidos por los poderosos, también comenzaron a tambalearse los robustos cimientos del viejo orden patriarcal para poner bajo el foco judicial, mediático y social a aquellos nombres que parecían intocables. Y lo que es tanto o más importante: se abrió un espacio público de lucha que rompía el silencio, el miedo y la vergüenza de las víctimas.

El productor Harvey Weinstein, primer señalado por el Movimiento #MeToo, fue condenado por delitos sexuales en 2020 y recientemente ha apelado su condena a 23 años de cárcel.
El productor Harvey Weinstein, primer señalado por el Movimiento #MeToo, fue condenado por delitos sexuales en 2020 y recientemente ha apelado su condena a 23 años de cárcel.

Octubre de 2017

Las revelaciones de las periodistas de The New York Times, Jodi Kantor y Megan Twohey, que apuntaban al poderoso productor, pronto se vieron acompañadas de otras contra más personalidades de la industria del cine y la televisión. De las más sonadas han sido las de Louis C.K, Joss Whedon o Leslie Moonves. Pero, estas acusaciones no solo han afectado a intocables del show business, el #MeToo ha llegado a todos los ámbitos y sectores profesionales.

La reciente película The Assistant (Kitty Green, 2019), disponible en Filmin, se valía del caso Weinstein y de otros para destapar el lado más sórdido y cruel de la industria del cine y de otros sectores profesionales que han legitimado estos abusos de poder. Puedes leer una reseña de la película a través de este enlace.

Jodi Kantor y Megan Twohey destaparon el 'caso Weinstein' en 2017. Imagen: Ana Regina García.
Jodi Kantor y Megan Twohey destaparon el ‘caso Weinstein’ en 2017. Imagen: ©Ana Regina García, publicada en SModa.

Del #MeToo al Balance Ton Porc (Denuncia tu cerdo)

El movimiento #MeToo se extendió por gran parte del mundo: desde Estados Unidos a Europa, pasando por Irán o Corea del Sur. El hashtag tuvo un importante alcance en más de 80 países, principalmente a través de Twitter. A este hashtag matriz  se unieron otros como el #QuellaVoltaChe («Aquella vez que») en Italia; el #YoTambién en España y Latinoamérica o el #BalanceTonPorc («Denuncia tu cerdo») en Francia. Precisamente en el país vecino, el tema estuvo de plena actualidad y políticos, intelectuales y otros poderosos del país galo recibieron acusaciones sobre abuso sexual.

La periodista francesa Sandra Muller se unió ya en 2017 a la campaña estadounidense llevándola a Francia y alentando a “destapar a los cerdos” con la etiqueta #BalanceTonPorc. En un primer momento, la reacción mayoritaria en Francia fue ir en contra del movimiento, o al menos esa fue la reacción más sonora. Seguro que recuerdas la carta que firmaron algunas de las mujeres más conocidas e influyentes del país capitaneadas por la mítica actriz Catherine Deneuve.

Sin embargo, desde entonces, las cosas han cambiado mucho en Francia. Lo contaba el periodista de The New York Times, Norimitsu Onishi, que apuntaba como paradigma del cambio de rumbo sobre el movimiento el hecho de que Muller haya ganado la apelación (aún sin presentar hechos nuevos) al caso de difamación que perdió en 2019 contra un ex-directivo de televisión al que había señalado en Twitter bajo la etiqueta #BalanceTonPorc. La propia Muller ha declarado que “ha habido un salto hacia adelante”.

La periodista francesa Sandra Muller.
La periodista francesa Sandra Muller.

Las réplicas del terremoto #MeToo en Francia

En Francia muchos hombres poderosos se enfrentaron a acusaciones sobre abusos sexuales. Lejos de la primera reacción al #MeToo que vimos en Deneuve y compañía, parece que en Francia ha transcurrido el periodo de maduración necesario para comenzar a limpiar bajo las alfombras. Y al hilo del movimiento, la sociedad gala comenzó a replantearse conceptos como la masculinidad francesa, siempre ligada a la figura del seductor irresistible, así como el concepto de consentimiento sexual.

Si en un primer momento se percibió este movimiento como “una distorsión estadounidense del feminismo”, ahora, son muchas las personalidades que se están viendo señaladas. Los casos más sonados fueron los del escritor Gabriel Matzneff; el periodista deportivo Pierre Ménès; el presentador Patrick Poivre d’Arvor; el exministro Georges Tron; el intelectual Olivier Duhamel; el artista Claude Lévêque o el actor Gerard Depardieu, entre otros nombres.

¿De Francia a España?

El movimiento #MeToo está cambiando las dinámicas de poder entre mujeres y hombres, o al menos, se está exponiendo públicamente esta desigualdad y los abusos que puede provocar. El #MeToo ha logrado abrir la conversación, pero la transformación total de la sociedad está aún lejos, en la medida en que el sistema socioeconómico actual sigue en manos masculinas en su mayor parte.

Porque esto no va de sexo, va de poder. Las dinámicas de poder preestablecidas son una de las bases de la violencia de género ejercida a lo largo de la historia y que se perpetúa hasta nuestros días. No podemos olvidar que también hay hombres denunciantes de estos abusos, en su mayoría muy jóvenes. Y es precisamente en la edad donde vemos de nuevo el abuso de poder. Por tanto, no se ejerce únicamente contra las mujeres, es cierto, aunque son las víctimas mayoritarias.

El movimiento se ha sentido en todo el mundo, pero las reacciones están siendo desiguales. En España, la serie documental Nevenka, disponible en Netflix, recuerda el caso de acoso sexual y laboral, así como el proceso judicial posterior del caso de Nevenka Fernández cuando fuera concejala en el Ayuntamiento de Ponferrada. El caso fue muy mediático y este documental reconoce, veinte años después, la valentía de Nevenka al denunciar públicamente el acoso sexual por parte de su jefe, Ismael Álvarez Rodríguez, entonces alcalde de la localidad leonesa.

Nevenka y todas las demás

Dos décadas atrás, Nevenka Fernández tuvo que escuchar como García Ancos, por entonces fiscal jefe de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, justificaba durante el juicio que “era normal que los hombres tocasen el culo a sus subordinadas”. Aquí lo cuenta mi admirado Juan José Millás en El País, autor de Hay algo que no es como me dicen: El caso de Nevenka Fernández contra la realidad.

Nevenka se atrevió a remover los cimientos, pero no le salió gratis. Ante la repulsa social, se marcho de España. Mientras, su acosador, aunque en un primer momento dimitió, poco tiempo después siguió con su carrera en política y su vida social permaneció como si tal cosa. Fue una de las primeras condenas por acoso sexual a un político en España a la que siguieron otras.

Fuera del ámbito político, en la música, Plácido Domingo ha sido acusado de abuso de poder y conducta inapropiada por varias mujeres.

El acoso sexual y el abuso de poder en la cultura

Actrices como Bárbara Rey, Maru Valdivieso, Leticia Dolera, Aitana Sánchez-Gijón o Carla Hidalgo también han hecho público el acoso y abuso sexual que han sufrido por parte de compañeros de profesión, productores y directores, sin que por el momento hayan salido a la luz sus nombres. Ellas fueron algunas de las que se unieron al hashtag #MeToo en octubre de 2017, junto a políticas como Teresa Rodríguez o Clara Serra; periodistas como Ana Alfageme o Alejandra Agudo, e incluso la inspectora de policía Luisa Velasco.

La actriz y directora Leticia Dolera junto a las actrices Celia Freijeiro y Aixa Villagrán en la serie Vida perfecta.
La actriz y directora Leticia Dolera junto a las actrices Celia Freijeiro y Aixa Villagrán en la serie Vida perfecta.

La artista Paula Bonet, en su primera novela (con mucho de autobiografía) La anguila, relataba también el abuso sexual por parte de un poderoso del mundo de las Letras. Las posibles represalias y acusaciones por difamación siguen teniendo mucho peso y hacen de contrafuerte evitando que los nombres salgan a la luz.

Según un estudio reciente de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA), 102 millones de mujeres europeas han sido víctimas a lo largo de sus vidas de abuso sexual, lo que supone que el 55 % de las mujeres del continente han relatado haber sufrido en algún momento de su vida besos, abrazos y tocamientos indeseados, comentarios sexualmente insinuantes, mensajes con contenido sexual explícito o conductas exhibicionistas. Y estas son únicamente las que lo han contado.

El caso Carlos Vermut

El director de cine español Carlos Vermut ha sido acusado de violencia sexual por tres mujeres, según una investigación de El País. Los supuestos incidentes ocurrieron entre 2014 y 2022 e involucraron a mujeres de la industria del cine y la cultura. Aunque ninguna de las acusaciones se formalizó ante la policía en su momento, por miedo a perder el empleo y oportunidades profesionales, las mujeres han proporcionado declaraciones juradas y pruebas de sus experiencias.

El primer caso reportado apunta a un encuentro en el que Vermut habría actuado de manera violenta. El segundo caso involucra a una estudiante a la que se ofreció trabajo y que relata un episodio de acoso. El tercer caso describe una relación con encuentros sexuales caracterizados por violencia y prácticas vejatorias.

Vermut niega haber sido consciente de ejercer violencia sexual y afirma que todas sus prácticas sexuales fueron consentidas. Su caso parece ser el pistoletazo de salida al movimiento #MeToo en el cine español.

En respuesta a las acusaciones, la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA) ha expresado su apoyo a las víctimas y está trabajando en medidas para combatir el acoso en la industria, como protocolos y cláusulas antiacoso en contratos laborales. La Unión de Actores también ha reaccionado, enfatizando la importancia de seguir los procedimientos legales y ofreciendo apoyo a las víctimas.

Para que se produzcan más denuncias públicas debe existir el clima adecuado. Cada víctima tiene sus tiempos y deben ser respetados. Que las víctimas dejen de sentir vergüenza por haber sido víctimas, que la sociedad y el sistema las apoye, las crea y las respalde. Que se creen lugares de libertad para poder expresarse y que las víctimas se sientan seguras y arropadas para que las experiencias traumáticas, por mucho tiempo ocultas, dejen de estarlo y puedan sanar.