The Strokes nunca dejó de ser una banda
Pocas voces son tan reconocibles en el mundo del rock actual desde que en 2001 un chico y su grupo de amigos dieran un paso adelante reclamando lo que, por derecho, o no, le correspondía a su generación: la Batuta del Rock.
Fue hace ya más de 20 años que Julián Casablancas y The Stokes se juntaron y adquirieron el pesado yugo de ser “los salvadores del rock”, y aunque quizá no hayan salvado el rock, la verdad es que han hecho mucho por mantenerlo en boca de todos durante los últimos 20 años.
The Strokes regresan con un sonido más contundente y maduro
Y es justo eso lo que logran con este, su séptimo álbum de estudio y que nace siete años después de su ultimo LP. The New Abnormal llega con un sonido más contundente y maduro, que recoge experiencias de la banda y de cada uno de sus integrantes.
Es que luego de 2013, The Strokes se separó, bueno, no oficialmente pero que cada uno de sus miembros tuviera sus proyectos en solitario (algunos mejor que otros) hizo presagiar que todo había llegado a su fin. Pero, para regocijo de sus fanáticos, The Strokes nunca dejó de ser una banda.
Nueve temas, nueve historias, en la que los neoyorquinos dejan que sintamos como están influenciados por la era new wave de principios de los ochenta, combinando en piezas como Bad Decisions o The Adults are Talking un estilo dance y pop sintetizado con la Nueva York más underground y punk de la actualidad.
Brooklyn Bridge, At the Door o Eternal Summer son temas inspirados en el new order de principios de los noventa, propulsándonos a movernos en donde quiera que estemos y de la manera que queramos.
En conclusión, The Strokes lo volvió a hacer, quizá no estén salvando el rock, quizá el rock no necesita ser salvado, pero lo cierto es que sin estos neoyorquinos nada sería igual en la escena rockera mundial.