‘Un mundo feliz’, la perfección no es tan perfecta como parece

Una obra maestra del autor inglés Aldous Huxley, escrita en 1932, Un mundo feliz es una novela distópica puede estar más cerca de la actualidad de lo que imaginamos, de hecho, ya hay similitudes marcadas con lo que actualmente vivimos.

Portada de Un mundo feliz.
Portada de Un mundo feliz.

En Un mundo feliz, Huxley describe una sociedad, pero no cualquier sociedad; una sociedad tan necesitada de la perfección que recurre a la tecnología, a la genética y a la clonación específicamente, para conseguir crear la “sociedad perfecta”.

La premisa de Un mundo feliz es sencilla, mientras más contenta esté la gente, mientras más entretenida en cosas innecesarias se encuentre, más fácil es de controlar. Si lo pensamos bien, quizá no esté muy lejos de lo que está pasando en este momento…

Un mundo feliz: una crítica vigente al sistema actual

La sociedad de consumo en la que vivimos, las diferentes clases sociales en las que nos agrupamos y, sobre todo, lo poco que nos importa todo lo que sucede fuera de nuestro círculo, hacen que esta novela sea una crítica vigente al sistema actual que nos arropa.

Huxley decía que la dictadura perfecta es aquella que parece una democracia, una sociedad en la que sin muros reales estamos presos. Una prisión donde el consumo y el entretenimiento calan tan hondo que nadie realmente quiere salir, todos quieren ser prisioneros. Y si lo piensas bien ¿no es acaso la actitud que muchos tienen actualmente?

Sin duda alguna, Huxley entendía muy bien la mente humana, fue capaz de predecir hacia donde nos dirigíamos y acertó, nos fuimos consumiendo como sociedad en cosas poco importantes y no hemos sido capaces de salir de la esclavitud, solo la hicimos más cómoda. Ahora, parece que tenemos que agradecer el privilegio de ser esclavos.

Una novela crítica, fuerte, incómoda, que no nos deja indiferentes y busca un despertar de consciencias a través del retrato de una realidad que cada vez sentimos más cercana y que nos muestra que no todo lo que brilla es oro y que la perfección puede ser una condena más que un premio al esfuerzo.