Alex Prager, fotografiando la sociedad del artificio

La fotógrafa y cineasta estadounidense Alex Prager (Los Ángeles, 1979) trabaja como nadie el color en sus fotografías y piezas audiovisuales. Si te topas con alguna de sus imágenes, tan bellas como saturadas, será casi imposible apartar la mirada. Una explosión cromática inundará tus retinas atrapándote en un relato cinematográfico perfectamente orquestado. Fotografías donde el misterio y las mujer son las auténticas heroínas de una película en technicolor al más puro estilo Hitchcock.

Eve (2008) The Big Valley. ©Alex Prager.
Eve The Big Valley (2008). ©Alex Prager.

La fotógrafa Alex Prager también destaca por esa estética vintage tan característica. De la mano de sus fotografías, viajamos hasta las décadas de los 50 y 60 del dorado Hollywood para colarnos en las vidas perfectas de colores estridentes de la soleada Costa Oeste. Pero no solo nos encontramos con un brillante envoltorio, también hurgamos y nos asomamos a la tristeza, la soledad y la desesperación de esa felicidad autoimpuesta y mentirosa que impera en la sociedad del individualismo y del artificio.

Alex Prager, la artista visual de lo inesperado

Prager es autodidacta. Todo lo que ha aprendido de fotografía ha sido leyendo sobre ello, conociendo la vida y la obra de otros fotógrafos y fotógrafas, visitando cientos de exposiciones y viendo mucho cine. Solo cuando pudo ver, sentir y digerir todo esto, se supo preparada para mostrar al mundo su propia propuesta creativa. Eso fue a los 20 años, después de visitar una exposición de  William Eggleston y haber vivido en diferentes ciudades de Estados Unidos y Europa. Se compró una cámara analógica y unos carretes por Ebay y se echó a las calles para capturar con su objetivo todo aquello que despertaba su curiosidad.

Crowd #1 (Stan-Douglas), 2010. ©Alex Prager.
Crowd #1 (Stan-Douglas), 2010. ©Alex Prager.

Su fotografía es la fotografía de lo inesperado. De la imperfección perfecta, la realidad granulada y la sorpresa que residen en todo carrete analógico. Cualquier cosa puede aparecer en la imagen tras el proceso de revelado. Pero aunque en la fotografía de Alex Prager hay mucho de ese elemento inesperado de lo único, nada es fruto del azar. Todo está pensado y calculado. La idea está clara y cristalina en la mente de la fotógrafa antes de apretar el botón y capturar para siempre la imagen en un instante impertérrito y eterno.

Crowd #3 (Pelican Beach), 2013. ©Alex Prager.
Crowd #3 (Pelican Beach), 2013. ©Alex Prager.

La soledad entre la multitud

El individualismo rige la mayoría de las vidas que habitan este planeta agotado y casi devastado. Hemos huido de la colectividad para sumergirnos en nosotros mismos. Somos los protagonistas de nuestra película y los demás, tan solo actrices y actores secundarios. Yo, yo y yo. Dejamos a un lado la colectividad y rechazamos su poder, nos olvidamos de la fuerza del grupo y nos hacemos más y más débiles, más frágiles y fácilmente manipulables. Nos sentimos poderosos en nuestro ensimismamiento, al mismo tiempo que nos debilitamos tras nuestro disfraz para sumirnos en los abismos de la soledad.

Esa idea de la soledad entre la multitud, esa vida entre desconocidos, es uno de los principales temas que recorren la obra de Alex Prager. De hecho, Face in the Crowd (2013) es una de sus obras más conocidas y admiradas. En ella, transmite a través de imágenes cargadas de color e intensidad, la sensación de soledad y desorientación que impera.

“Estoy siempre explorando el espectro de las emociones en mi obra, a menudo centrando la atención en cualquier cosa que pasa en ese momento de mi vida. Para mí, Face in the crowd (2013) fue una manera de hurgar en mi propio sentido de la soledad en medio de mucha gente y de imaginar cómo los demás reaccionan en esos contextos. A veces, en un nivel más oscuro de la mente, no veo a los individuos, sino un mar borroso de desconocidos. La soledad entre la multitud”.

También destacan otras series dentro de su obra (en la que combina fotografías e imágenes en movimiento) como The Big Valley (2008), Week-End (2010) o Compulsion (2012), donde en su mayoría vemos a una mujer en situaciones de estrés, perdidas entre la muchedumbre, desorientadas o falsamente felices.

Su trabajo más reciente es Part One: The Mountain (2022). En esta ocasión, la fotógrafa nos regala una serie de retratos surrealistas en los que sus protagonistas están dando vueltas en el aire, suspendidos a su suerte, dando tumbos y fuera de control. Se trata, según ha dicho la propia artista visual, de un reflejo de cómo podemos sentirnos cuando nos enfrentamos al miedo y la incertidumbre.

Dawn (2021). ©Alex Prager.
Dawn (2021). ©Alex Prager.

Alex Prager: un maremoto de estímulos visuales

Las fotografías que salen de la cámara de Prager son un maremoto de estímulos. Personajes con gran personalidad nos invitan a imaginar una trama completa más allá de lo que vemos a simple vista. Imágenes rotundas y de alta intensidad, composiciones armónicas, en ocasiones estridentes y otras tranquilas.

También destaca por su peculiar visión de la mujer repleta de aristas y conflictos. Las mujeres protagonistas de las fotografías de Prager se alejan definitivamente de la imagen estereotipada de la mujer discreta y siempre bella que necesita ser rescatada. Sus conflictos traspasan las fronteras de la imagen. Queremos descubrir qué ronda sus cabezas y nos atrapa la inquietante sensación de que una explosión llegará de un momento a otro y lo transformará todo de forma irremediable.

Crowd #8 (City Hall), 2013. ©Alex Prager.
Crowd #8 (City Hall), 2013. ©Alex Prager.

Alex Prager también es cine. Construye sus propios escenarios en localizaciones exteriores o en estudios donde mezcla verdad, ficción y fantasía. Todo cabe en estas imágenes de realidad amplificada donde todos los elementos coexisten como si hubieran estado ahí durante siglos.

Cada proyecto de esta artista visual determina el canal a emplear. Puede partir de un cortometraje para llegar una serie de fotografías, o bien transitar el camino a la inversa partiendo de la imagen fija para construir un relato fílmico. De hecho, Despair, protagonizado por la fantástica actriz Bryce Dallas Howard, fue uno de sus primeros cortometrajes, con el que consiguió entrar en una de las muestras anuales de nuevos talentos del MoMa de Nueva York. Puedes verlo a través de este enlace. También te invitamos a ver la serie Touch of evil para The New York Times donde participaron muchos rostros conocidos del star system.

Esperamos que os haya gustado este breve paseo por el dramatismo y la teatralidad de las imágenes de Alex Prager en las que los límites entre realidad y ficción están más que difusos. ¿Te suena de algo?

Glendale, 2014. ©Alex Prager.
Glendale, 2014. ©Alex Prager.

Imagen de portada: ©Alex Prager, Susie and Friends (The Big Valley), 2008.