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Sitges 2022: ‘Cerdita’, bullying y gordofobia en la cruda ópera prima de Carlota Pereda

En 2018 el corto Cerdita, ganaba el Premio Goya al Mejor cortometraje de ficción y el Premio Forqué al Mejor cortometraje. Cuatro años después, su directora, Carlota Pereda, estrena su primer largometraje, homónimo del primigenio corto.

Cerdita, protagonizada por Laura Galán, Claudia Salas, Camille Aguilar, Pilar Castro y Carmen Machi, narra la historia de Sara, una adolescente para la que el verano es un auténtico infierno en el que tiene que soportar burlas y vejaciones continuas por parte de prácticamente todo el pueblo, pero de tres chicas en particular.

Todo dará una vuelta de campana cuando Sara es testigo del secuestro de sus acosadoras a manos de un misterioso desconocido. A partir de ese momento la protagonista tendrá que decidir entre contar lo que ha visto o no volver a soportar las burlas de las chicas.

Cerdita, de Carlota Pereda.
Cerdita, de Carlota Pereda.

Cerdita: la gordofobia en el punto de mira

El tema principal de Cerdita es, sin lugar a dudas, la gordofobia. El cuerpo de la protagonista, y a su vez el del antagonista, encarnado por Richard Holmes, que según contaba en una rueda de prensa tuvo que engordar 17 kilos en 4 semanas, se muestran continuamente en pantalla, en diversos planos, para que quien mira no pueda volver la vista y sea consciente de la realidad que se está mostrando. Entender de manera explícita las sensaciones del personaje principal.

La propia actriz Laura Galán, afirmaba que, aunque ella no había sufrido nunca acoso, sí se identificaba con los sentimientos de Sara: el miedo, la inseguridad, el odio hacia el propio cuerpo, la timidez constante, etc.

Holmes también comentaba cómo había cambiado su manera de caminar y de sentirse en público al haber engordado. Al mismo tiempo, la gordofobia puede entenderse en ciertos puntos como fetichismo sexual peligroso que pone en una tesitura peliaguda la relación ente los personajes.

Laura Galán es Sara en Cerdita.
Laura Galán es Sara en Cerdita.

Cerdita: lo rural al detalle

El escenario que escoge Pereda, un pueblo de la Extremadura profunda, y calor, un calor asfixiante es del todo adecuado para la angustia que busca reflejar. Por otro lado, la carnicería en la que trabaja la familia de la protagonista, con sus moscas, y sus vacilantes fluorescentes, hace ese guiño a la crudeza que va a revestir a todo el film. Estos elementos, predisponen al espectador para empatizar con el peso que lleva en sus hombros la protagonista y que va in crescendo durante toda la película.

Si hablamos de detalles, en Cerdita encontramos elementos religiosos presentados de manera sutil, pero en momentos muy concretos y escogidos, que logran esa inmersión en el universo rural que se plantea.

El momento en el que sucede la película, un tórrido día de verano, también hace que la historia cale de manera más auténtica. El sudor, el bochorno e incluso la excitación en momentos puntuales, están presentes de manera manifiesta.

Otro elemento a destacar es la caza y la relación de Sara con su padre. El hombre es un personaje que decide permanecer en una posición de neutralidad ante el evidente problema que tiene su hija. De esta forma mantiene una buena relación con ella, sin ningún tipo de discordia, y al mismo tiempo no deja que lo que sucede alrededor afecte a su rutina.

La caza en la familia es el reflejo en pequeño de lo que está pasando fuera. Los cráneos de animales en la pared, la comida que comen, siempre carne, y los torsos descubiertos de los personajes masculinos, no dejan de ser sutilezas que te meten de lleno en el escenario de Sara, donde la carne, de cualquier manera, siempre está presente.

Cerdita.
Cerdita. Filmax.

Laura Galán y Carmen Machi: La relación madre e hija

Laura Galán hace un buen papel a pesar de no contar con demasiado diálogo en Cerdita. No es necesario. La actuación de Galán logra que te metas en su piel sin necesidad de explicaciones. Los gestos, las miradas, ya lo dicen todo. Su soledad, la falta de empatía que percibe por los cuatro costados, el miedo, las dudas, están presentes en cada movimiento.

Especialmente reseñable la actuación de Carmen Machi que, como siempre, nos sorprende para bien, e incluso se podría decir que se echan en falta más apariciones de su personaje ya que todas las intervenciones de Machi son de sobresaliente.

La relación entre Sara y su madre muestra mucho más que lo que se podría intuir de un primer vistazo. Una madre sobrepasada por la carga mental, la casa, los hijos y la pasividad de su marido, que no acaba de empatizar del todo con la agonía de su hija y para la que el problema está en el peso de la niña y no en las personas que la rodean.

Carmen Machi y Laura Galán en Cerdita.
Carmen Machi y Laura Galán en Cerdita.

Cerdita y el terror costumbrista

Si bien Cerdita podría enmarcarse dentro del género de terror, el costumbrismo reflejado en numerosos detalles escenográficos y el realismo de los personajes te alejan, en cierto modo, de la ficción. Acercándote a un tiempo a la realidad del pueblo, logrando una identificación que es la que verdaderamente mantiene toda la tensión durante el visionado.

Así, hay ciertos toques de humor que te recuerdan el lado humano en contraposición al miedo y a la incertidumbre, y que te conectan con el presente. También es cierto que no falta el toque slasher aunque sin llegar a ser gore. La sangre está presente casi desde el principio de Cerdita, primero de forma sutil y al final de forma manifiesta.

El film de Pereda podría definirse como una película cruda. Llena de incomodidades que te alcanzan el lado humano por varias partes: desde la indiferencia, hasta la burla, el miedo, la soledad, la empatía… es una cinta llena de detalles y referencias, y son esos detalles precisamente los que la redondean y hacen de Cerdita una obra completa que merece la pena descubrir.