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Orgullo 2023: Christine Jorgensen, la mujer que cambió la conversación sobre la identidad transgénero y otras pioneras LGBTIQ+

Estamos en una de las fechas del año señaladas en rojo en el calendario. Sí, estamos de celebración, pese a quien pese. Nos encontramos en el flamante mes del Orgullo y eso hay que celebrarlo, más si cabe cuando hoy en su día grande. En este artículo te contamos por qué se celebra cada año en el mes de junio y cuáles son sus orígenes. Además, ponemos el foco en una de las figuras clave de la identidad transgénero: Christine Jorgensen, una de las pioneras del colectivo LGTBIQ+.

 Christine Jorgensen.
Christine Jorgensen.

La importancia histórica del Día del Orgullo LGBTQ+

El Día del Orgullo LGBTQ+ se celebra cada año en junio. Como ya sabes, es un evento significativo en la historia de la lucha por los derechos del colectivo, que, pese al paso del tiempo, sigue estando señalado desde los ámbitos más caducos del sistema. Pero, ¿qué eventos históricos condujeron a la creación de este día y por qué sigue siendo tan importante?

El origen del Día del Orgullo se remonta a los disturbios de Stonewall en Nueva York, que comenzaron en la madrugada del 28 de junio de 1969. En aquella época, las leyes y la sociedad eran abiertamente hostiles hacia la comunidad LGBTQ+, o al menos, más abiertamente hostiles que ahora. Los pubs con público gay, como el Stonewall Inn, eran a menudo el blanco de las redadas policiales.

Aquella noche, sin embargo, la comunidad decidió resistir, harta de tanta represión. Y lo que comenzó como una redada rutinaria se convirtió en un levantamiento de seis días que marcó un punto de inflexión en la lucha por los derechos LGBTQ+. Los disturbios de Stonewall son a menudo citados como el inicio del movimiento moderno de derechos LGBTQ+ en Estados Unidos. Años más tarde, esta corriente de lucha llegó a muchas otras latitudes.

Los disturbios de Stonewall. Orgullo 2023.
Los disturbios de Stonewall. Orgullo 2023.

Las primeras marchas del Orgullo

El 28 de junio de 1970, tan solo un año después de sucederse las protestas de Stonewall, se llevaron a cabo las primeras marchas reivindicativas en Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. Lo hicieron para conmemorar el aniversario de los disturbios, pero fueron los primeros pasos hacia algo mucho más grande. Estas marchas fueron el origen del Día del Orgullo LGBTQ+ que celebramos hoy.

De hecho, el Día del Orgullo es más que una celebración, es una afirmación de la identidad y la igualdad LGBTQ+. Una oportunidad para la comunidad y sus apoyos de unirse y recordar la lucha que ha llevado a los derechos y libertades que se disfrutan hoy, al mismo tiempo que se reconoce que aún queda mucho camino por recorrer en la lucha por la igualdad plena, especialmente en zonas del planeta en la que amar sin etiquetas sigue estando perseguido.

En la actualidad, las celebraciones del Orgullo se llevan a cabo en ciudades de todo el mundo, destacando la diversidad y la resiliencia de la comunidad LGBTQ+. Cada desfile, cada festival, cada evento del Orgullo es un tributo a las personas valientes como Christine Jorgensen, Marsha P. Johnson, Sylvia Rivera y tantas otras que se atrevieron a resistir y a vivir auténticamente en un mundo que a menudo no las entendía. Y en cada celebración del Orgullo, recordamos la importancia de continuar su lucha.

Orgullo LGTBIQ+. Foto de Oscar del Pozo / AFP.
Orgullo LGTBIQ+. Foto de Oscar del Pozo / AFP.

Quién fue Christine Jorgensen y por qué es una referente en identidad transgénero

Christine Jorgensen, nacida como George William Jorgensen Jr. el 30 de mayo de 1926 en el Bronx, Nueva York, fue una figura revolucionaria en la historia de la comunidad transgénero.

Hija de padres daneses-estadounidenses, Jorgensen creció en una época en la que las discusiones sobre identidad de género y disforia de género eran prácticamente inexistentes.

Aunque pueda resultar chocante, durante la Segunda Guerra Mundial, Jorgensen sirvió en el Ejército de los Estados Unidos; lo que intuimos no debió ser una tarea sencilla dada su condición. Aunque llevó a cabo sus deberes con aplomo, la tensión entre su identidad de género y su vida cotidiana continuó creciendo. Terminado su servicio militar, Jorgensen se encontró en un cruce de caminos que le llevaría a un viaje transformativo sin retorno.

Christine Jorgensen.
Christine Jorgensen.

Christine Jorgensen, la primera transexual de EEUU en someterse a una cirugía de reasignación de sexo: un viaje de transformación y transición

En 1950, Jorgensen viajó a Dinamarca, decidida a buscar una solución a su disforia de género. Allí, gracias a un médico danés pionero, comenzó un tratamiento de reemplazo hormonal, convirtiéndose en una de las primeras personas en someterse a este procedimiento. En 1952, finalmente se sometió a una cirugía de reasignación de sexo, un procedimiento que en ese momento era novedoso y arriesgado.

Cuando volvió a los Estados Unidos, la historia de Jorgensen se convirtió en una sensación mediática. El New York Daily News tituló su historia como “Ex-GI Becomes Blonde Beauty” (Ex-GI se convierte en belleza rubia). A pesar de la naturaleza sensacionalista de los titulares, Jorgensen enfrentó la publicidad con dignidad y gracia, aprovechando la oportunidad para hablar abiertamente sobre su experiencia y educar al público sobre la identidad transgénero.

Christine Jorgensen.
Christine Jorgensen.

Christine Jorgensen: Brillando en los escenarios y en la pantalla

Al principio, Jorgensen solo buscaba vivir su vida como la mujer que siempre supo que era. Sin embargo, el regreso a su país natal y la atención mediática la catapultaron al centro de atención. Por este motivo y con los focos a su persona (permitidme el guiño Sálvame), decidió convertirse en una defensora de los derechos transgénero y una educadora sobre las cuestiones de identidad de género.

Además de su trabajo como activista, Christine Jorgensen también tuvo una carrera en el mundo del espectáculo. Su carisma innato y su presencia en el escenario la convirtieron en una figura querida en la escena del entretenimiento.

Después de que su historia se hiciera pública, Jorgensen recibió numerosas ofertas de trabajo en televisión, teatro y cine. En lugar de esconderse, ella abrazó estos roles, demostrando que las personas transgénero podían y debían ocupar un lugar en la industria del entretenimiento.

En la década de 1950, Jorgensen realizó una exitosa gira por Estados Unidos con un espectáculo de variedades en el que hablaba sobre su vida y experiencias. Su habilidad para conectar con el público y hablar abiertamente sobre su viaje fue inspiradora para muchos.

La carrera de Jorgensen en el cine también fue notable. Su historia de vida fue llevada a la gran pantalla en la película de 1970 The Christine Jorgensen Story, en la que Jorgensen fue interpretada por el actor John Hansen. Aunque la película no fue totalmente precisa, sí logró llevar la historia de Jorgensen a un público más amplio.

Continuó trabajando en el entretenimiento hasta los últimos años de su vida, apareciendo en programas de televisión y realizando monólogos en teatros de todo el país. A través de su trabajo, mostró al mundo que la identidad transgénero no era un obstáculo para el éxito, sino simplemente otra parte de la rica diversidad de la experiencia humana. Su contribución al mundo del entretenimiento dejó una marca indeleble, y su influencia continúa siendo evidente en la creciente presencia de actores y actrices transgénero en la industria hoy en día.

Un legado de valentía y defensa

Christine Jorgensen murió en 1989, pero su legado sigue vivo. Fue una pionera que desafió las normas de género (porque sí, el género existe, amigo Abascal) de su época y ayudó a allanar el camino para futuras generaciones, permitiéndonos vivir en un mundo más libre y justo.

A pesar de la hostilidad y el estigma que enfrentó, Jorgensen se mantuvo firme en su verdad, convirtiéndose en un ícono y un modelo a seguir. Mostró al mundo que la identidad transgénero no es algo de lo que avergonzarse, sino simplemente otra faceta de la diversidad humana. Bendita diversidad.

A través de su lucha y resistencia, Jorgensen cambió la forma en que el mundo ve la identidad transgénero, dejando un impacto duradero en la lucha por la igualdad de derechos para todos.

Christine Jorgensen.
Christine Jorgensen.

Siguiendo los pasos de Christine Jorgensen: otras pioneras LGBTQ+

Si bien Christine Jorgensen es una figura icónica en la historia de la comunidad transgénero, no está sola. Hay muchas otras mujeres que han hecho contribuciones significativas al movimiento LGBTQ+ y han ayudado a allanar el camino para futuras generaciones.

Marsha P. Johnson es una de estas pioneras. Como activista transgénero, Johnson fue una figura clave en los disturbios de Stonewall en 1969. Junto con Sylvia Rivera, otra activista transgénero, Johnson cofundó STAR (Street Transvestite Action Revolutionaries), una organización dedicada a ayudar a jóvenes transgénero sin hogar en Nueva York.

Sylvia Rivera, como se mencionó anteriormente, también fue una defensora incansable de los derechos transgénero. Además de cofundar STAR, Rivera luchó por la inclusión de las personas transgénero en la Ley de Derechos Civiles de 1964 y fue una de las primeras personas en hablar sobre los derechos transgénero en la marcha del orgullo en Nueva York.

Audre Lorde fue una poeta y feminista que abordó temas de raza, género y sexualidad en su trabajo. Como mujer negra y lesbiana, Lorde utilizó su escritura para explorar su propia identidad y criticar las estructuras de poder existentes. Su influencia se puede sentir en el feminismo contemporáneo y en el activismo LGBTQ+.

Rita Hester fue una mujer transgénero cuyo asesinato en 1998 inspiró la creación del Día de la Memoria Transgénero, una jornada anual en la que se recuerda a las víctimas de la violencia transgénero.

Christine Jorgensen y otras muchas mujeres han jugado un papel vital en la promoción de la igualdad y la aceptación para la comunidad LGBTQ+. Su legado sigue vivo en la lucha continua por los derechos y la visibilidad LGBTQ+.

Imagen de portada de Maurice Seymour.