Sitges 2022: ‘Ego’ (Hatching’), terrorífico despertar adolescente para los domingos por la tarde
Ego (Hatching) es una de las películas de la Sección Oficial del Festival de Sitges que más puede gustar a su público. La directora Hanna Bergholm, sale airosa de la curiosa mezcla de estilos de su película.
Desde Finlandia nos llega una cinta de terror físico, de monstruos y psicológico interesante y divertida.
Ego nos cuenta la historia de Tinja (Siiri Solalinna) una joven que encuentra un misterioso huevo y lo esconde en su habitación. Ella es gimnasta y sufre la presión de una madre (Siiri Solalinna) que vive para mostrar por redes sociales lo “perfecta” que es su vida y conseguir el éxito que ella no pudo conseguir de joven, a partir de los méritos de su hija en gimnasia rítmica.
Su madre es una mujer despiadada. Tinja se dio cuenta el día en que un pájaro se coló en su salón. Además, la exigencia con la que presiona a su hija es completamente enfermiza.
Pero ahora, Tinja tiene algo con lo que evadirse en su habitación, un huevo que se convertirá mucho más que una distracción…
Ego, mucho más que lo que parece a primera vista
Hanna Bergholm rueda una película de corte televisivo, parece una de las películas alemanas de los fines de semana de RTVE o Antena 3, pero no es casualidad.
Ese tipo de cine de mediodía se caracteriza por estar protagonizado por malos actores normativos que desarrollan una historia buen rollista que siempre termina con un final feliz moralista y blanco.
La familia de Tinja tiene ese perfil. Su padre y su hermano pequeños son prácticamente iguales. Tanto físicamente, como por estúpidos.
La madre de Tinja es la que dirige la familia a partir de engaños y chantajes emocionales. Ella utiliza a su familia como si fuera parte de su particular guiñol. Tinja se da cuenta, es entonces cuando esa familia perfecta de cine de mediodía comienza a cambiar.
El cuidado diseño artístico, vestuario y fotografía de Ego, logra que ese cambio en la familia y en la forma no sea brusco y lo sintamos completamente orgánico.
Ego, cuando el monstruo del armario es tu amigo
La película juega con el mito del monstruo en el armario y realiza un buen conseguido juego de máscaras de personajes que nos mantendrá atentos a todo lo que ocurre de la película.
Al comienzo, Ego parece estar mal interpretada, pero cuando va avanzando su metraje nos damos cuenta de que todo era parte del plan de su directora, de hacernos creer que estábamos viendo una de esas películas para televisión familiares.
Sin ser una genialidad y teniendo en cuenta el bajo presupuesto de la producción, Ego consigue regalarnos algunas imágenes preciosas. Esa es una de sus virtudes, Ego posee un imaginario que mezcla la fábula con los monstruos consiguiendo algunos momentos de genuino cine fantástico y de terror.
La criatura de la película y Tinja protagonizan los mejores momentos de la película. Momentos en los que no sabrás si estás viendo la nueva película de Eduardo Casanova emulando ser Guillermo del Toro.
Ego y la adolescencia el momento más terrorífico de la vida
Hanna Bergholm realiza una pequeña joya del fantástico que por su humildad y su interesante forma de mostrar ese paso tan complicado por el que tienen que pasar todas las mujeres y hombres, merece que tenga un buen recorrido en festivales y en cines.
El análisis psicológico de Ego se convierte en una tesis audiovisual con mucho potencial. Sus terroríficas y perturbadoras imágenes nos plantean cuestiones que en diálogos podrían resultar tediosas y aburridas.
Ego es una película pequeñita sobre la relación entre una madre y una hija, sobre vivir una vida que no es tuya, sobre los celos y el crecimiento personal. Una película muy interesante que me gustaría ver un domingo por la tarde en vez de esas películas para televisión alemanas.