‘El hombre que cayó a la Tierra’: salvar el mundo, también en manos de los hombres
La nueva serie de televisión de Showtime El hombre que cayó a la Tierra, construye una narrativa atractiva dentro del marco de la ciencia ficción. Una historia sobre el cambio climático, alienígenas y el poder de las empresas que converge en un resultado notorio. Basada en la novela de Walter Tevis. Desafortunadamente, el mundo esbozado por Alex Kurtzman, Jenny Lumet y John Hlavin tiene una perspectiva de género cuestionable.
La serie de televisión adapta la novela de Walter Tevis de 1963. La cual, a su vez, ya fue trasladada a la pantalla con la película homónima de Nicolas Roeg en 1976. En el filme, David Bowie se lanza al estrellato en los cines encarnando el papel del personaje alienígena. En la serie actual, y tras varios años, se incluyen una serie de actualizaciones respecto al cambio climático, el género y la raza que podrían haber dado como resultado una serie sobresaliente. Aunque se queda finalmente en el intento.
Cuando se habla de hombres, tanto en el título como a lo largo de la serie, no se utiliza como masculino inclusivo de los seres humanos. Sino como las personas con género masculino. Porque son ellos de nuevo los protagonistas, incluso aquellos que vienen de otro planeta. Porque también fuera de la Tierra, todo está dividido de forma binaria. Y el hombre, es el que debe salvar el mundo y a su familia, mientras su mujer e hijas se quedan esperando a que vuelva.
Aparentemente y desde el inicio, se plantea un argumento donde las mujeres tienen un rol principal. Donde ellas tienen la misma importancia que los hombres de la trama e incluso toman sus propias decisiones. No obstante, esto es un oasis en el inmenso desierto del heteropatriarcado esbozado.
Faraday y Justin, protagonistas con interpretaciones de otro planeta
La protagonista Justin, interpretada por una sobresaliente Naomie Harris, va perdiendo complejidad a lo largo de la trama. Quedando finalmente relegada a un segundo plano tras la sombra del hombre que vino de otro planeta: Faraday. Naomie lleva a cabo una interpretación adecuada y perfectamente adaptada a la piel de la protagonista.
Desde un prisma interseccional, la etnia y raza se incluye de forma correcta. Sin embargo, el género, la clase social, las orientaciones sexuales…todas quedas ancladas en los mismos arquetipos ortodoxos que la televisión ha estado construyendo a lo largo de la historia.
Pero el indiscutible protagonista de la serie es Faraday, interpretado por un inexorable Chiwetel Ejiofor. En otras series magníficas como Severance (Apple TV, 2022), el protagonista es interpretado de forma excelsa por Adam Scott. Llevando a cabo dos personalidades diferentes y haciéndolo de forma que la audiencia sea consciente de ello incluso sin hablar. Esto es algo que Chiwetel Ejiofor consigue también de forma brillante.
Su trabajo es uno de los aspectos que mantienen la serie a flote. Desde el inicio, su contención en los gestos y las palabras para encarnar al alienígena bajo su aspecto humano son impecables. Algo que además se va perfeccionando con la evolución de su arco narrativo. Y la desaparición, poco a poco, de la apatía extraterrestre, a la emocionalidad del humano.
El hombre que cayó a la Tierra: una perspectiva de género estancada en el heteropatriarcado
Hay tres figuras de mujeres destacadas en la serie de televisión: Edie Flood (Sonya Cassidy), Lisa Domínguez (Joana Ribeiro) y Justin Falls (Naomie Harris). Drew Finch, interpretada por la gran Kate Mulgrew también aparece como personaje secundario.
Centrándonos en las tres figuras principales, una de las más interesantes es la de Lisa Domínguez. Trabajadora de la CIA y antagonista de la serie. En ella, se encuentra una de las perspectivas más acertadas. En la misma línea de arquetipo de mujer profesional aparece Edie Flood. No obstante, esta se ve también teñida por un cliché relacionado con su físico. Detalle que podría haberse obviado en la trama dada su irrelevancia.
Finalmente, hay que reseñar el papel de la protagonista Justin Falls. En el capítulo piloto, se presenta a Justin de forma espléndida. Parece que se construye la figura de una mujer negra, soltera y científica. Una mujer brillante, como define Faraday. Sin embargo, Justin vive rodeada de hombres: su padre y el alienígena. Y esto hace que sea ella la que termine orbitando alrededor de ellos. El sistema heteropatriarcal del siglo XXI funciona como fuerza central bajo la que se encuentra influida la protagonista. Dejando una estela casi imperceptible de su paso por la serie.
El cambio climático, el poder de las empresas y la guerra de los combustibles como subtexto
Uno de los aspectos más atractivos de la serie es el subtexto crítico que la vertebra. Esa reflexión sobre la guerra de los combustibles y el poder que las empresas acarrean. Poniendo en jaque a una sociedad que flota a deriva dejándose llevar por el flujo de lo impuesto por la jerarquía de poderes. Esto, junto a la evidente crítica sobre el cambio climático provocado por el ser humano más egoísta, son las piezas más valiosas de la obra.
Sin embargo, todo ello no es suficiente para terminar de ofrecer una serie merecedora de ser aclamada. Entretenida y original en ciertos rasgos, tropieza con la perspectiva de género y su intersección con otras categorías identitarias. Perdiendo así la oportunidad de crear una serie de ficción cautivadora y atrayente, con una representación de la sociedad actual más acertada.
La serie se puede ver en Movistar +.