SEFF 2025: ‘Els mals noms’: la memoria como herramienta esencial para no repetir el pasado
Marc Ortiz Prades presenta Els mals noms, su ópera prima, en la sección “Rampa”. Un relato muy atrevido, pero perfectamente abordado, sobre la figura de Florencio Pla, una persona intersexual que vivió durante la guerra civil española. Dos temas aparentemente distantes, pero que se unen bajo este biopic, para reseñar la importancia de nombrar y, sobre todo, recordar.
El director español Marc Ortiz debuta con este relato casi pictórico sobre Florencio Pla Messeguer. En 1917, este fue inscrito tras nacer como Teresa Pla. Cuando fue creciendo, Teresa pasó a ser llamada Teresot, y de ahí a “La Pastora hermafrodita”. Una persona intersexual que, durante la guerra civil española y el franquismo, se convirtió en un monstruo que era tan temido como discriminado. Para sobrevivir, Florencio terminó formando parte de la Agrupación de Guerrilleros de Levante y Aragón (AGLA). Y a partir de entonces, sería apodado como “Durruti” y reconocido por sus compañeros como un hombre. En el papel del protagonista, los actores Álex Bausá, Adrià Nebot y Pablo Molinero llevan a cabo una interpretación exquisita que termina de cerrar una película muy acertada.
En Els mals noms, el cineasta no pone el foco tanto en la identidad de género del protagonista, sino en la importancia de visibilizarla al nombrarla. Y, sobre todo, enmarcándolo en un contexto como fue la guerra civil española y el franquismo. De ahí parte la relevancia de la memoria histórica, el recordar esa herida del pasado para que, en un futuro, no repitamos la misma historia.
El director, además, no cuenta la historia de cualquier manera. Sino que elige un formato 4:3 para albergar una serie de hermosas composiciones casi pictóricas y barrocas, con un uso del claroscuro excepcional.

Els mals noms: la (in)visibilidad de la letra I dentro de las siglas LGBTIQ+
Dentro de las siglas del colectivo LGBTIQ+, también existen algunas personas que son más invisibles que otras. La homosexualidad, la bisexualidad o las personas trans, son grupos sociales que, hoy en día, son ampliamente visibles. Esto no significa, desafortunadamente, que ya no sufran discriminación por ser quienes son. Sin embargo, hay una letra que no es solo discriminada, sino que también es muy desconocida: la I. ¿Qué es la intersexualidad?
Una persona intersexual nace con una serie de características sexuales (como pueden ser los genitales o cualquier otro tipo de anatomía sexual), que no encajan en las normas binarias de cuerpos masculinos y femeninos. En este sentido, tal y como le ocurre al protagonista de la película, un bebé puede tener una genitalia femenina y, al crecer, desarrollar unas características y patrones hormonales masculinos. En este sentido, el hecho de romper el binarismo de género establecido en la sociedad, el no estar ni en un lugar ni en otro de esas casillas, provoca una gran discriminación hacia estas personas.
Florencio Pla, nacido y nombrado Teresa, vive totalmente aislado de la sociedad tal y como se conocía en aquella época, precisamente por la intolerancia hacia lo que no se conoce y se sale de la norma. En Els mals noms esto, sin embargo, no se convierte en el centro de la historia. No volvemos a ver una película sobre discriminaciones que reitera el voyeurismo de la violencia ejercida hacia el colectivo. Sino que, aunque estas son representadas, todo gira en torno a la propia evolución del personaje, así como el contexto representado sobre la guerra civil española.

Els mals noms: la memoria histórica como herramienta esencial para no repetir el pasado
Hace ya algunos años, el que era presidente del Gobierno Mariano Rajoy, dijo que la memoria histórica solo servía para volver a reabrir heridas que no conducían a nada. Pero la realidad actual cuenta una historia totalmente diferente. Y es que, el hecho de que el pasado haya quedado en el olvido provoca que nuevas generaciones repitan aquellos discursos que llevaron a la dictadura.
En este sentido, la memoria histórica se plantea como herramienta esencial para construir un futuro cimentado en las cicatrices de un pasado, no tan lejano, que no deberíamos olvidar.
El cineasta español Marc Ortiz selecciona de forma muy acertada una historia personal sobre una figura como Florencio Pla para hablar sobre conceptos tan importantes como la tolerancia. Tolerancia que, de forma inevitable, está ligada con el conocimiento y el recordar cada acontecimiento por lo que fue, con nombres y apellidos.
Els mals noms: La ópera prima de Marc Ortiz, un relato pictórico para enmarcar
El director de fotografía Alberto Bañares lleva a cabo un trabajo soberbio de una belleza inconmensurable. El relato que da forma a la historia se compone de tal manera que la audiencia tiene la sensación de pasear por un museo. Cada composición en pantalla da forma a un cuadro que parece pintado al óleo en la época barroca.
En ciertas secuencias, es el pincel de Francisco Goya en sus pinturas oscuras el que enmarca a los personajes. En otras, parece que el mismísimo Rembrandt ha terminado de pintar su “Adoración de los pastores” y ha pasado a esbozar a Florencio Pla comiendo con su familia o pastoreando. También se detectan ecos de Caravaggio y sus grandes contrastes, así como el claroscuro del tenebrismo que pintores españoles como José de Ribera llevaron a cabo.
En definitiva, Els mals noms podría ser perfectamente el “Saturno devorando a su hijo” de Francisco Goya. Esa pintura oscura que podría ser interpretada, en este caso, como esa dictadura y sociedad franquista que devoraba a todos los hijos que no eran como la norma establecía.

Els mals noms: ¿cómo te llamas?
Marc Ortiz debuta asentando las bases de una carrera cinematográfica prolífica. Con esta primera película basada en hechos históricos, el cineasta pone el foco en una historia muy relevante y, sobre todo, todavía pertinente hoy en día. La vida de Florencio Pla se traslada a la pantalla con tanta fuerza como la lente que la refleja. A través de esta cinta, el cineasta demuestra un gran manejo de las técnicas cinematográficas, las cuales no eclipsan el buen trabajo de guion que también desarrolla.
En una de las secuencias claves de la película, cuando Florencio Pla está aprendiendo a leer, un compañero le da un diccionario y le dice: “Si existe y tiene nombre, está escrito aquí”. Más adelante, Florencio articula: “Están todas las palabras menos una. Yo no salgo”. De este modo, se reseña la importancia de nombrar y visibilizar para poder existir en la sociedad.
Gracias a películas como Els mals noms mantenemos fresca la memoria, conocemos y recordamos, para dejar que las cicatrices de aquellas heridas del pasado puedan convertirse en un presente para nuestro futuro.
