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‘Ginny y Georgia’, la nueva temporada de la serie de Netflix pone el foco en la salud mental en la adolescencia

La serie Ginny y Georgia estrena su segunda temporada en Netflix. En 2021 llegó a la plataforma con una trama peculiar centrada en la especial relación de una madre y su hija, las cuales deben mudarse continuamente. Todo esto está envuelto en una narrativa de secretos, crímenes y, una violencia de género sistémica incuestionable. En la nueva temporada, se retoma la historia que quedó en cliffhanger poniendo el foco en la salud mental de la adolescencia.

Póster de la serie de Netflix, Ginny y Georgia.
Póster de la serie de Netflix, Ginny y Georgia.

La creadora Sarah Lampert debuta en el audiovisual con su serie Ginny y Georgia. Esta, narra la genuina relación entre madre e hija. Georgia tuvo a su hija con 15 años y es por ello que sus trayectorias no han encajado nunca en las vidas familiares normativas. También conoceremos al pequeño Austin, el hijo menor de Georgia – de diferente padre -.

El padre de Ginny, Zion, sigue en sus vidas muy presente. Por el contrario, Gil, el padre de Austin, ha estado en la cárcel por fraude, pero reaparece en la nueva temporada para desestabilizar toda la armonía que la familia Miller había conseguido.

Un coming-of-age bastante peculiar que no solo pone el foco en la adolescencia de Ginny, sus amistades y relaciones románticas, sino que todo esto intersecciona de forma inevitable con la vida y personalidad de la madre. Georgia tiene un pasado terrible repleto de violencias de género, de maltrato, y también de algún que otro crimen. Su anterior marido Kenny, maltratador que intentaba abusar de Ginny, está muerto, y en la primera temporada descubrimos que Georgia es quien lo envenenó.

Una forma de sobrevivir, cuestionable, pero que bien encaja con el cine de rape-revenge. Donde, actualmente con películas como Revenge (Coralie Fargeat, 2017), es la propia mujer la que se venga de sus violadores. En el caso de la serie de Netflix, Georgia lleva desde pequeña intentando sobrevivir en un mundo repleto de monstruos, los cuales emergen de un sistema heteropatriarcal que todo lo permea y corrompe.

No obstante, a diferencia de otras piezas audiovisuales como I am (Channel 4, 2019-2022), no todas las masculinidades son monstruosas. El padre de Ginny, Zion (Nathan Mitchell), es uno de los personajes más ricos de la nueva temporada. Junto a Marcus, su novio adolescente, el cual se enfoca también desde la importancia de la salud mental con una perspectiva muy acertada.

Antonia Gentry es Ginny y Diesel La Torraca es Austin Miller en Ginny y Georgia. Cr. Courtesy of Netflix © 2022
Antonia Gentry es Ginny y Diesel La Torraca es Austin Miller en Ginny y Georgia. Cr. Courtesy of Netflix © 2022

Ginny y Georgia: la salud mental en la adolescencia, un asunto imprescindible que se aborda de forma exquisita

Marcus, interpretado por Felix Mallard, es el novio de Ginny. Un adolescente de 15 años cuya salud mental se pone en el centro de su construcción narrativa con elementos claves como la depresión, el aislamiento social, etc. Aspectos con los que múltiples personas, y particularmente el colectivo adolescente, deben lidiar en sus vidas.

Junto a él, la protagonista Ginny afronta sus miedos en esta nueva temporada, reconociendo finalmente su necesidad de ir a terapia. Su psicóloga, la Dr. Lily, está encarnada de forma excepcional por Zarrin Darnell-Martin. Tarea que no es nada sencilla, dado que en otros casos cinematográficos las terapias se esbozan de forma desacertada, así como alejadas de la realidad. No obstante, en el caso de Ginny y Georgia la doctora interviene en lo necesario en las sesiones con Ginny, aportándole las herramientas necesarias para que ella misma pueda mejorar su salud mental.

Esto es algo que durante años ha sido tabú, pero en las últimas representaciones audiovisuales adolescentes como Sex Education (Netflix, 2019-) o Euphoria (HBO, 2019-) se han construidos personajes maravillosos donde la salud mental se ponía en el centro. Ofreciendo así a la adolescencia nuevas narrativas que les hablen sobre la psicología y la posibilidad de estar mejor.

Antonia Gentry es Ginny y Felix Mallard es Marcus Baker en Ginny y Georgia. Cr. Amanda Matlovich/Netflix © 2022
Antonia Gentry es Ginny y Felix Mallard es Marcus Baker en Ginny y Georgia. Cr. Amanda Matlovich/Netflix © 2022

Ginny y Georgia: el feminismo poscolonial como atmósfera principal de una serie sobre la adolescencia y la maternidad

El argumento central de la serie, desarrollado desde la primera temporada, se basa en la relación maternal entre Ginny y Georgia. En esta segunda parte, la serie mira más a menudo al pasado, con una joven Georgia que debe afrontar múltiples situaciones de maltrato insoportables. Su personaje, es interpretado de forma excepcional por Nikki Roumel. La cual, además, tiene un parecido razonable con la actriz adulta Brianne Howey. Intérprete que también lleva a cabo un papel sensacional, tan estridente como sensible, con la capacidad de mostrar todos los matices que tiene su personaje.

Esta maternidad, además, se envuelve en una atmósfera donde la etnia es esencial, dado que Zion, el padre de Ginny es de etnia negra, mientras que Georgia es blanca. Por esta razón, la joven Ginny, encarnada por Antonia Gentry, debe afrontar una serie de situaciones racistas en el instituto que la llevan a tomar decisiones bastante complejas.

Las cuestiones planteadas, aunque parezcan superficiales, tienen un gran trasfondo. Reflexionando sobre asuntos como la lucha desde dentro o fuera de lo normativo. Tal y como perfectamente abordaba la teoría queer, hay veces que es necesario estar dentro del sistema para poder reconstruirlo. Sin embargo, no es posible hacerlo con las mismas herramientas.

Como decía Audre Lorde, feminista poscolonial nombrada de forma explícita en la serie: “las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo”. Su libro Sister outsider (1984) es una de las piezas protagonistas de la subtrama de Ginny y el racismo en el instituto. Una obra esencial dentro del poscolonialismo feminista, en una serie mainstream contemporánea para la adolescencia.

Brianne Howey es Georgia en Ginny y Georgia. Cr. Courtesy of Netflix © 2022
Brianne Howey es Georgia en Ginny y Georgia. Cr. Courtesy of Netflix © 2022

Ginny y Georgia: una serie de coming-of-age que rompe ciertos moldes desde la narrativa comercial

Los argumentos contemporáneos que abordan la maternidad y la adolescencia son múltiples. Al igual que se pueden encontrar diversos retratos de la violencia de género. La creadora Sarah Lampert entreteje diversos géneros como el drama, el thriller, el coming-of-age e incluso la comedia, para erigir esta serie que acaba de estrenar su segunda temporada. La cual, además, finaliza con una clara motivación para la continuación de esta.

Aunque la primera parte estrenada tenía aspectos interesantes para su público adolescente, es con esta segunda temporada cuando rompe ciertos cánones. Uno de los más relevantes es el de la salud mental. Elemento que se convierte en la piedra angular de todos sus episodios. Una radiografía muy compleja, con una perspectiva feminista poscolonial muy clara, de dos de sus personajes protagonistas: Ginny y Georgia. Al mismo tiempo que se hace de la masculinidad de Marcus y la depresión. Incluso el colectivo LGTBIQ+ – con representaciones de la homosexualidad y la bisexualidad -, es visibilizado a través del peculiar y magnífico personaje de Max, en la piel de la extraordinaria actriz Sara Waisglass.

La serie de Netflix, aunque explote un formato que se sabe exitoso, ese del drama adolescente y su vida en el instituto, aporta una serie de aspectos novedosos que son reseñables en su representación. El índice de suicidio en la adolescencia es cada vez más alto, y es por eso que la terapia y la salud mental debe dejar de ser un tabú en la sociedad contemporánea.

La ansiedad, la depresión, la soledad, el bullying… son circunstancias que no deben esconderse. Es por ello que se considera muy valioso encontrar representaciones como las de Ginny y Georgia en plataformas como Netflix. Georgia lo daría absolutamente todo por su hija, pero, ¿alguien ha pensado en cómo esto afecta a la joven Ginny?