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‘La abuela’, de Paco Plaza: ¿Qué necesita una película de terror para ganar un Goya a mejor película?

Al fin pudimos ver La abuela, de Paco Plaza, una de las joyas que nos quedaron pendientes en Sitges 2021. Y sí, se confirma lo que prometía su tráiler: la película es una joya. Una joya que incomprensiblemente no ha sido nominada como mejor película a los Premios Goya 2022.

La abuela, ha sido nominada a Mejor Música y Mejores Efectos Especiales, esta última una nominación clásica para las películas de este género. Almudena Amor, una de sus protagonistas, ha sido nominada a los Goya como Mejor Actriz Revelación, pero no por La abuela, su primera película, sino por El buen patrón, su segunda peli. Imagino que el motivo ha sido engordar el número de nominaciones para la, por otro lado, excelente nueva película de León de Aranoa, porque la interpretación de Almudena en La abuela es claramente superior a la realizada en El buen patrón.

Aviso de SPOILERS

También sorprende la ausencia de su guionista, Carlos Vermut (Magical Girl), en la lista de los nominados. Vermut firma un guion que funciona como un reloj suizo. Teje una historia de básicamente dos personajes en un solo espacio, con la precisión y originalidad que lo caracteriza. La historia tiene ese rollo de novela gráfica indie/pulp tan Vermut y toca un tema tan genial como es el de los ladrones de cuerpos.

De París a Alfonso XII

La abuela comienza con una escena fascinante, onírica y extraña que durante el transcurso de la película irá cogiendo todo el sentido del mundo. En esa escena vemos a Pilar (Vera Valdez), nuestra abuela, que parece visitar a una amiga a la que encuentra muerta en el suelo. De la negrura de un pasillo (genial la foto de Daniel Fernández Abelló) aparece una chica desnuda a lo Scarlett Johansson en Under the Skin, y Pilar, sorprendida, acaba de rodillas abrazándose a ella.

Desde esa escena ya sabemos que no vamos a ver una película de terror comercial al uso, sino que estamos delante de una interesante pieza de autor.

Almudena Amor en La abuela.
Almudena Amor en La abuela.

Podría parecer que la película va de Susana (Almudena Amor), una prometedora y joven modelo que vive en París y que desafortunadamente, una llamada comunicándole que su abuela acaba de sufrir un derrame cerebral, hará que vuelva a Madrid a cuidarla, truncando así su carrera como modelo.

Susana se crio con su abuela y se siente responsable de ella. Aún con su juventud, la cuida con mimo y destreza. Su idea es estar con la abuela hasta encontrar a alguien que cuide de ella. Quiere que su abuela pase los últimos días de su vida en su propia casa. No es una mala idea, pero todo se irá torciendo. A Susana le costará más de lo que pensaba dejar a su abuela bien cuidada y volver a París…

Almudena Amor y Vera Valdez en La abuela.
Almudena Amor y Vera Valdez en La abuela.

Como decía, podría parecer que La abuela va del entuerto familiar en el que desgraciadamente se ha encontrado Susana, pero no es así. La abuela es una historia de amor eterno.

La abuela: amigas para siempre

La amistad, esa forma de amor que no entiende de tiempo ni de lugar. Ese amor imperecedero que no se rige por las bajas pasiones ni por las grandes cábalas. ¿Quién no se ha reencontrado con una antigua amistad después de años y la ha sentido viva como si hubieran pasado tan solo unas horas? La amistad, eso que aunque uno quiera nunca muere. Sí amigxs, de qué otra cosa podría ir La abuela sino del amor más viejo del mundo.

Anne Rice escribió una novela enmarcada en sus Crónicas Vampíricas protagonizadas por el vampiro Lestat, llamada El ladrón de cuerpos. En ella, Lestat está tan cansado de la eternidad que decide dejarse morir con la más pura luz del sol en la soledad del desierto de Gobi. No lo consigue. Es tan poderoso que lo único que consigue de su viaje al desierto es un atractivo bronceado. Ese es uno de los motivos por el que no le importará intercambiar su cuerpo con un humano cuando más tarde se lo proponen.

El ladrón de cuerpos, de Anne Rice.
El ladrón de cuerpos, de Anne Rice.

Los ladrones de cuerpos de Rice son muy diferentes a los de Don Siegel o Ferrara y en el fondo, comparten muchas características con los vampiros. También anhelan la inmortalidad, la belleza y la juventud.

A nuestra abuela le ocurre lo mismo. Ella y su amiga no se quieren separar, pero la vejez les es un lastre. Hay que cambiar de cascarón y cuál mejor que el de sus propias nietas. Esa será la forma de permanecer siempre unidas. Así se hará durante todas las vidas.

Magia, juventud y carne

Pilar y su amiga Eva (Karina Kolokolchykova), lo tenían todo bien planeado. Siempre supieron que sus nietas albergarían el cuerpo perfecto para continuar con sus vidas. Para no separase nunca. Para no morir y dejar la vejez atrás.

Todo eso lo consiguen con algún tipo de terrorífica magia ancestral de la que no se da mucha información durante la película. Pero entonces, ¿son vampiras?, ¿son brujas?, ¿son inmortales? Sí, La abuela tiene un poco de todo eso envuelto en un fino y delicado papel de terror psicológico. Porque La abuela da miedo. Da ese tipo de miedo que se engancha a tus zapatos hasta llegar a casa. Allí se suelta y querrá jugar contigo sin pedirte permiso.

La abuela.
La abuela.

Paco Plaza y Carlos Vermut con la producción apache de Enrique López Lavigne, nos han regalado una pieza de terror gourmet. Una película de un cuidado artesanal.

Paco Plaza no baja de marcha

Desde Romasanta, Plaza no ha dejado de dar saltos en calidad y refinamiento. Con Quien a hierro mata, consigue uno de sus mayores hitos. Rueda una excelente película de tramo final inolvidable. Para mí, su mejor película en solitario. En las nuevas Historias para no dormir, su episodio Freddy, es el que mejor transmite el alma de las serie de Chicho y trabaja, como en La abuela, esa artesanía que salpica desde aspectos técnicos como la producción artística, música o fotografía, hasta lo cuidado de su cada vez más trabajada y particular narrativa. Muchos de los planos de La abuela son auténticas obras de arte.

Imagen de uno de los posters de La abuela.
Imagen de uno de los posters de La abuela.

Plaza se ha convertido en uno de esos directores que no deja de sorprender. De esos que no quitan el pie del acelerador creativo. De esos directores coherentes que nos cuentan las historias que a ellos les gustaría ver. Esas historias que siempre les han fascinado. Plaza, Vermut y Lavigne son de ese tipo de cineastas, y La abuela, una de esas películas.

Por todo eso, un servidor no entiende como La abuela no está nominada a Mejor Película en los Goya 2022. No entiendo por qué Amenábar ha sido el único en conseguir esa gesta.

Saludos Furiosos.