‘La emperatriz’: Sissi se suma a las protagonistas de series de época en Netflix
La creadora alemana Katharina Eyssen recupera la figura de Sissi Emperatriz para Netflix en La emperatriz. Una serie de 6 episodios que busca remodelar la figura de la emperatriz del Imperio Austriaco desde una perspectiva más feminista. Una producción de época que se suma a la larga lista. Aunque en este caso, con un resultado muy acertado.
La figura de Isabel de Baviera – más conocida como Sissi -, aporta una historia muy suculenta para su adaptación. Potencial que quedó patente en su día con la trilogía creada por el austríaco Ernst Marischka en 1955, 1956 y 1957. Donde la actriz Romy Schneider se convertía en una estrella de cine indivisible de su personaje.
En la popular historia narrada, el rasgo más destacado gira en torno a su “controvertida” personalidad. La cual se salía de todo lo establecido en la corte, y en la sociedad. Esto, junto a su relación romántica – e inusual para la época -, con el Emperador Francisco José es, sin duda, carne de adaptación audiovisual.
Algo que se evidencia con películas comerciales como El rey y yo (Walter Lang, 1956), El príncipe y yo (Martha Coolidge, 2004) o incluso la producción de Disney La Cenicienta (Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wilfred Jackson, 1950). Solo algunos ejemplos entre la infinita lista de producciones donde, casualmente, la mujer es aquella que lo deja todo para adaptarse a los estrictos protocolos imperiales de los hombres de los que se enamoran. Y donde, siempre, hay una madre déspota que busca la expulsión de la intrusa.
La historia de Sissi sigue un patrón similar. Sin embargo, con el estreno de La emperatriz, la ya popular serie de Netflix, se esbozan nuevos aspectos más contemporáneos que abordan desde una visión más feminista la vida de Isabel de Baviera.
La emperatriz: las obras de época y sus protagonistas mujeres como tendencia arrolladora
Una de las tendencias más evidentes de los últimos años es la vuelta a las producciones de época. Los extravagantes vestidos y corsé, junto a los ostentosos y elegantes escenarios se convierten en los aspectos narrativos más destacados en las plataformas de streaming. Sin embargo, la novedad entre toda la puesta en escena del siglo XIX es el punto de vista de las historias. Recientemente, son las mujeres las que son colocadas en un primer plano, como protagonistas indiscutibles.
Algunas como Persuasión (Carrie Cracknell, 2022) adapta la novela de Jane Austen, aunque con un resultado desacertado. Pero, sin duda, buscando el empoderamiento de la mujer y el esbozo de mujeres rebeldes que no encajaban en los patrones de su época. Otras series muy populares como The Crown (2016-, Netflix) o Bridgerton (2020-, Netflix), abordan una idea muy similar. Aunque desde perspectivas muy diferentes. Junto a estas producciones de Netflix, más recientemente la serie The Serpent Queen (Starz, 2022-) ponía el énfasis en la figura de Catalina de Medici. Contando su historia desde una perspectiva totalmente novedosa y feminista.
En esta misma línea se encaja La emperatriz, la nueva serie sobre la famosa Emperatriz del Imperio Austriaco. En este caso, la protagonista es encarnada por la impecable Devrim Lingnau. Una actriz que lleva a cabo su papel de forma extraordinaria. Subvirtiendo la imagen arraigada en el imaginario sobre Sissi. Hacia una mucho más feminista y realista. Donde su “rebelde” personalidad, fuera de los protocolos establecidos, se desarrolla con cuidado y precisión.
Uno de los detalles más relevantes es el hecho de no llamarla en ningún momento como Sissi. Al inicio de la teleserie ella misma declara que no quiere ser llamada por dicho apelativo. Algo que reseña la búsqueda de transgredir la imagen de mujer más sensible y delicada, hacia una más honesta y madura.
Sin embargo, no toda la narrativa gira en torno a ella y su personalidad, sino que los hechos históricos y las distintas masculinidades son también perfectamente esbozadas.
La emperatriz: una perspectiva más amplia y contextualizada sobre la figura de Isabel
La figura de Isabel de Baviera ha sido muy popular a lo largo de la historia. Y en particular en el ámbito audiovisual. No obstante, la nueva serie alemana de Netflix aporta una serie de aspectos genuinos que convierten La emperatriz en un producto que merece la pena ver.
El personaje interpretado de forma excelente por Devrim Lingnau es muy completo. Una construcción redonda que elimina todo atisbo de delicadeza en tonos pastel. O de ningún tipo de sabor edulcorado. Todo lo contrario, más en la línea de la Catalina de Medici de The Serpent Queen, se muestran los aspectos más duros de su vida en la corte. Y, sobre todo, su perspectiva al sentir que no encaja en un lugar por el simple hecho de querer hacer algo más que simplemente beber té y lucir trajes.
En esta línea, se destaca su empatía por el pueblo. Algo reseñable teniendo en cuenta las revueltas de la época contra el Imperio Austríaco y en concreto contra el Emperador Francisco José.
Este contexto histórico se aborda también de forma detallada. Alejándose de un foco más personal hacia la figura de Isabel de Baviera. Complementándolo con un rico contexto y circunstancias históricas.
Así como la construcción de diversas masculinidades reflejadas en la figura de Francisco José – encarnado por un sobresaliente Philip Froissant -. El complejo personaje de su hermano Maximiliano y su brillante construcción a manos de Johannes Nussbaum. Y finalmente, el pequeño Luis Víctor por el excelente Felix Nölle. El cual aporta un toque muy sutil y acertado sobre la diversidad en la época. Dejando además la puerta abierta a tener un mayor protagonismo en la – esperada – segunda temporada de La emperatriz.
Una escenografía y vestuarios excelsos para cerrar un relato muy acertado sobre Sissi, la emperatriz del Imperio Austríaco
El 29 de septiembre llegó a la plataforma Netflix La emperatriz, una serie que se ha situado entre las más populares. Aprovechando la oleada de las series de época, y en particular la fiebre Bridgerton, la creadora Kati Eyssen se suma a la tendencia de forma incuestionable.
La figura de Isabel de Baviera era potencialmente acertada para poder construir cualquier relato a su alrededor. Sin embargo, la perspectiva seleccionada por parte de la creadora es sobresaliente. Con un cliffhanger en el episodio final que bien atisba una segunda parte.
Con las múltiples producciones de época que han ido proliferando en los últimos años, es todavía más complicado llevar a cabo algo genuino. En el caso de La emperatriz, incluso con un personaje popular y muy adaptado, obtiene un resultado original y atractivo. Manteniendo la curiosidad de la audiencia tras cada episodio, sin necesidad de recurrir al sensacionalismo o morbo alrededor de la relación de la pareja. O incluso de la personalidad “controvertida” de la protagonista.
Por el contrario, en el caso de la nueva serie de Netflix, se atisba una perspectiva feminista mucho más honesta. Donde se subvierte la figura de la joven emperatriz buscando la empatía de la audiencia con ella. Aunque la madre de Francisco José, Sophie, interpretada por una inexorable Melika Foroutan, sigue perpetuando el mismo cliché de la madre terrible. Pero se le aportan unas pinceladas de contexto que, en cierto modo, hacen entender su forma de actuar más allá de un desdén infundado.
La emperatriz es una serie de época recomendable, que no aprovecha el movimiento feminista para capitalizarlo. Sino que se sube a la marejada para seguir construyendo nuevas visiones sobre figuras de mujeres en la historia. Para contarlas desde su perspectiva, o al menos, desde una que esté alejada de la mirada heteropatriarcal. Todo eso, además, sin descuidar la espectacular y hermosa escenografía y vestuarios, esenciales para una impecable serie contextualizada en el siglo XIX.