‘Prima Facie’: Vicky Luengo se abre en canal en la mejor obra de teatro del año

Prima Facie inauguró la nueva temporada de los Teatros del Canal con un monólogo teatral de Suzie Miller dirigido por Juan Carlos Fisher y protagonizado por Vicky Luengo que se representará hasta el 17 de septiembre.

Cartel de Prima Facie.
Cartel de Prima Facie.

Hasta ahí todo genial. Suzie Miller es una dramaturga australiana aclamada internacionalmente. Su pasado como abogada es muy identificable en toda su obra. Su compromiso con la justicia, los derechos humanos y la moralidad es notable. Juan Carlos Fisher es un director teatral de reconocida experiencia. Un todoterreno. Ha trabajado en obras de todo tipo, desde montajes íntimos e independientes, hasta enormes musicales de éxito. Y Vicky Luengo, qué decir de ella, aún resuena en el imaginario colectivo su inolvidable interpretación en Antidisturbios.

¿Qué podría salir mal? Nada.

Pero Prima Facie no se queda ahí, da un paso más allá, se convierte en un grito, en una denuncia, en un clamor. Prima Facie despierta la razón y noquea la insensatez y la ignorancia. Desgarra emociones y destruye prejuicios. Prima Facie le da sentido a las casi dos horas de vida que se podrían escurrir entre las notificaciones y los estados de tu móvil o los vehementes gritos de los diferentes manipuladores que pululan y gobiernan nuestra existencia.

Prima Facie. (c) Pablo Lorente.
Vicky Luengo en Prima Facie. (c) Pablo Lorente.

Prima Facie, #SeAcabó

En días que podríamos describir como, absurdos, de otro tiempo, o de otro régimen, Prima Facie se descubre más oportuna, interesante y necesaria que nunca. El monólogo de Miller nos coloca en la piel de una abogada de éxito que sufre en su propia piel diferentes tipos de agresiones y violencia: la del hombre, la del poder y la de la justicia.

Como abogada penal defensora, su protagonista conocía las injusticias que rodean el interrogatorio por el que se somete a una mujer que ha sido agredida, que ha sido violada. Ahora lo vive y lo sufre. Ahora lucha por defenderse de leyes y formas de hacer que han sido construidas por hombres. Leyes y formas creadas para su propio beneficio, para su propio interés. Para herir y someter a las víctimas de su fuerza, de su poder, de esa imperiosa voluntad por satisfacer sus pasiones de bajo vientre a cualquier precio.

Como ocurrió con la genial, Jauría, de Miguel del Arco, Prima Facie nos recuerda cómo el sistema victimiza al agresor y culpabiliza a la víctima. Cómo se aprovecha de la vulnerabilidad de una mujer que ha sido violada, para poder continuar la violación, la de la dignidad, la de los derechos, la de la moral. Los dedos de la ley vuelven a abrir heridas que aún siguen abiertas o se encuentran en un eterno proceso de cicatrización, heridas que nunca sanarán.

Todo lo veremos por dentro y por fuera. Lo sentiremos por dentro y por fuera. Lo lloraremos por dentro y por fuera. Todo eso lo consigue Vicky Luengo con su interpretación.

Vicky Luengo en Prima Facie. (c) Pablo Lorente.
Vicky Luengo en Prima Facie. (c) Pablo Lorente.

Vicky Luengo, rompiendo límites

Prima Facie es Vicky Luengo. La escenografía es moderna, minimalista, útil e ingeniosa. El diseño de luces y sonoro es preciso y adecuado. Remarca y dirige el viaje que se nos propone lejos de carreteras secundarias que nos podrían perder.  Pero el viaje lo hacemos con Vicky Luengo, viajamos con ella.  

Si Antidisturbios fue su brutal presentación ante el panorama nacional como una actriz inabarcable y Suro la confirmación de su talento para los más escépticos y críticos, Prima Facie se convierte en un paso adelante en todo lo que habíamos podido disfrutar de su trabajo.

Desde que comienza la obra, Luengo nos invita a participar en su coreografía de injusticias, dolor y rabia. El espectáculo no cesa durante prácticamente dos horas. Vicky Luengo demuestra un talento que no parece tener límites. Su trabajo corporal es tan preciso como el trazo de la mejor pintora. Durante la primera parte de la obra su gestualidad nos indica dónde mirar, qué imaginar y cómo reconocer todos los espacios, físicos y emocionales a los que nos invita con su palabra.

No hay rastro de la dirección, de la repetición, de lo marcado. Todo surge de forma extremadamente natural. Su interpretación está cargada de sinceridad, honestidad y verdad. Confecciona un personaje complejísimo que no abandona hasta terminar el viaje.

El texto de Prima Facie no es precisamente sencillo, ni por su gramática ni por la emoción que albergan sus palabras y subtexto, pero Luengo hace su magia y todo resulta fácil y accesible. Parece tener el don de tocar por dentro. De colocar en una y uno la emoción que ella decide, la que está sintiendo. Porque Vicky Luengo siente, y de qué manera.

Vicky Luengo en Prima Facie. (c) Pablo Lorente.

Prima Facie, una auténtica experiencia

El viaje emocional que hacemos con Vicky Luengo tiene un ritmo frenético. Golpes de claridad se suceden junto a emociones como el miedo, la tristeza, el orgullo o la ira. Pero, incluso en esa vorágine emocional hay espacio para la diversión. Porque Prima Facie conmueve y te modifica, pero también te divierte. Es todo un espectáculo. Vicky Luengo es puro espectáculo.

Su generosidad es recompensada con el teatro lleno, pero sobre todo cuando desde el patio de butacas escuchas “gracias”. Cuando sales de ahí con la certeza de que un dato como el que “una de cada tres mujeres es agredida sexualmente y algunas personas siguen sin considerarlo grave” ha calado en el público.

Prima Facie remueve, convence, y consigue zanjar el estéril debate y juicio que parece haber conquistado al país. Que tomen nota y realicen los cambios necesarios.

No hay más preguntas, señoría.

Saludos furiosos.