‘The Curse’, la serie de Emma Stone de la que todo el mundo habla

The Curse es la nueva serie de A24 que parece haber aparecido para volarnos la cabeza. Su creador es el interesantísimo Nathan Fielder, si no te suena su nombre, en HBO Max puedes ver su serie, Los Ensayos, un buen ejemplo de la genialidad que esconde su retorcida mente.

The Curse, que se puede ver en SkyShowtime, está protagonizada por él mismo y Emma Stone, también productora de la serie, y nos cuenta la historia de Whitney y Asher, una pareja joven de clase alta que decide montar un negocio de casas pasivas en Nuevo México.

Hasta ahí todo bien, ¿no? ¿Qué problema hay en montar un negocio de casas ecológicas de esas en las que se promete no tener que utilizar aire acondicionado o calefacción?

Cartel de The Curse.
Cartel de The Curse.

The Curse: los problemas de Emma Stone en La Española

El primer problema lo encontramos en que esas viviendas se hacen en La Española, una comunidad con un territorio que históricamente ha pertenecido a nativos americanos. Por ese motivo Whitney quiere integrarlos y ha montado negocios como una cafetería o una tienda de ropa para darles trabajo, ¿será suficiente?

El siguiente problema se encuentra en que para promocionar esas viviendas consiguen convencer a una televisión para que les produzca un reality que dirigirá Dougie (maravilloso Benny Safdie), un director completamente traumado por su pasado y con un particular gusto por el conflicto.

Y el tercer y más importante problema se encuentra en la misma pareja. Whitney y Asher no pasan por su mejor momento. Ella, hija de padres egoístas, explotadores y ricos, se siente poco valorada. Siente que su familia la trata como a una niña y piensa que sus padres no creen en sus ideas. Ella se siente artista, le interesa la cultura y el ecologismo. Sus casas son sus obras de arte y quiere mostrarlo al mundo, pero siente que Asher está muy por debajo de ser la pareja que merece.

Por su lado, Asher es un chico con un gran problema de inseguridad, ridículo, vacío, con gustos y tendencias políticamente incorrectas, y algunas veces violento. Él siente que Whitney lo es todo para él, que sin ella no sería nada. Pero a veces cree que no da la talla, que Whitney merece a alguien mejor que él…

Emma Stone, Nathan Fielder y Benny Safdie en The Curse.
Emma Stone, Nathan Fielder y Benny Safdie en The Curse.

The Curse: “The Green Queen”

La pareja, subvencionada por los padres de Whitney, intenta hacer bien las cosas, pero a veces no les sale como a ellos les gustaría. El objetivo de Asher es conseguir que la visión de Whitney se haga realidad, pero quizá tampoco sabe muy bien cómo conseguirlo… Y, además, un día, una niña, en una de las mejores escenas de la serie, maldice a Asher, lo que cambiará para siempre la concepción de la realidad de este. No sabrá si lo que ocurre es consecuencia de sus acciones o de la maldición de esa niña.

Emma Stone también teme por la maldición de la niña, pero su autoconcepción como la Green Queen de La Española, está por encima de todo.

¿Qué ocurrirá con esta infeliz pareja?, ¿conseguirán pagarles a los padres de Whitney el dineral que les han prestado? ¿Convertirán su reality en un éxito televisivo? ¿Saldrán fortalecidos como pareja de su aventura de emprendimiento? ¿Whitney será valorada como artista? ¿Estarán realmente malditos?

Muchas de esas preguntas las responde la serie y otras muchas las deja sin responder, y, ¿sabéis qué? No importa.

The Curse.
The Curse.

The Curse, Emma Stone lo vuelve a hacer

En The Curse no puedes dar nada por seguro. La serie funciona como crítica de clases, del mundo del arte, de las parejas heteronormativas, del mundo audiovisual, de la televisión, de la cultura fálica y de los prejuicios raciales y sociales. Pero no profundiza sobre nada de eso, toca suavemente todos esos temas para contarnos la historia de tres perdedores: Whitney, Asher y Dougie en tierras mágicas.

Emma Stone, lo vuelve a hacer, su interpretación es fantástica. Con Whitney consigue hacer creíble un personaje odioso pero débil; inteligente, pero ingenuo; ambicioso, pero cobarde; tan lleno de cháchara filósofo mítica como realmente vacío. Un personaje fascinante de principio a fin. Una mujer que supera con creces el test de Bechdel y que demuestra las dificultades de género que sufre una mujer, a causa de sus propios conflictos internos y, evidentemente, también externos, a la hora de querer conseguir hacer realidad sus sueños.

Pero, Nathan Fielder y Benny Safdie, no se quedan atrás. Sus interpretaciones también son maravillosas. Suman al cuidado trabajo visual de The Curse, lleno de planos con los protagonistas en tercer término (o directamente en otros espacios), una porción más de enrarecimiento.

The Curse.
The Curse.

The Curse, una oda a lo imperfecto

En The Curse, nada es lo que parece, la serie, una tragicomedia, absurda y surrealista, mezcla de metaficción y de pesadilla lynchiana, con tintes a Espíritu sagrado, podría pasar por la nueva serie de un autor como Juan Cavestany.

The Curse es una obra libre y desacomplejada, difícil de definir. Una serie que levantará ampollas por igual tanto a las espectadoras más clásicas, como a las seguidoras del audiovisual más irreverente y “moderno”.

The Curse, es incómoda, mucho. Es una comedia que pocas veces hace gracia. No hace sentir bien. Cada episodio te hace sentir más raro. Su humor pasa de utilizar chistes escatológicos infantiles a escenas con una carga dramática brutal. Sus escenas pasan de ridiculizar a un personaje a una propuesta de género fantástico original y sorprendente. Sus duras críticas a aspectos sociales y artísticos caen al vacío a cambio de nada. Y no importa. Da igual.

The Curse no pretende nada más que hacerte sentir algo. Si por el camino lo consigue será un éxito. Ese es realmente su objetivo. La serie puede sorprender por su propuesta, aburrir por su monotonía, asquear por su humor y apasionar por unos personajes que se hacen más vivos en cada episodio y por un final, que, a lo Barry, puede hacer historia como el menos esperado y revelador del año.

Saludos furiosos.