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‘The Nevers’, un toque de poder puede cambiar el mundo

¿Cuándo el autor de una serie no es el autor de una serie? Cuando te llamas Joss Whedon, firmas para HBO Max la serie The Nevers y a punto de finalizar el rodaje salen a la luz pública numerosas denuncias por parte de varios actores y actrices de trato abusivo, vejatorio y racista.

El primero en hacer saltar la liebre fue el actor Ray Fisher. Cyborg en la cinta de superhéroes de DC Comics que Whedon rodó sobre el trabajo de Zack Snyder en su Liga de la Justicia.

Inmediatamente se sumaron una serie de apoyos al actor y nuevas denuncias por parte de otros actores que hicieron pintar muy mal el panorama para el director y guionista de títulos de culto como la serie Firefly.

Malcom Reynolds y su tripulación en Firefly.
Malcom Reynolds y su tripulación en Firefly.

No mucho después, Whedon se retiró de su última serie en proyecto como guionista, director y productor, la que nos ocupa: The Nevers. Adujo el agotamiento generado por la difícil situación generada en los sets de rodaje por la pandemia.

No deja de ser una situación irónica, habida cuenta del tono general de mujeres fuertes y capaces y del compañerismo indivisible entre compañeros muy diferentes entre sí de sus producciones. Pero las productoras con proyectos en común con él han suspirado aliviadas y han intentado sacar de la promoción el mismo nombre que antes proclamaban a bombo y platillo.

Entre ellas HBO, que ha dejado el show a cargo de la guionista Phillipa Gosslet.

La primera temporada se ha dividido en una ronda inicial de seis capítulos. Los siguientes cuatro aún están en rodaje debido a la pandemia, pero no debieran tardar demasiado en salir.

Acción y empowerment victorianos

Nunca mejor aplicado el término empowerment, estos son los pilares de una serie concebida para el entretenimiento más puro. Por más incómodo que sea el hecho, no se puede negar que tiene el ADN de su creador. Sabe a producto Whedon, aunque la mano de Phillipa ha aportado toques bastante interesantes y está por ver como se desarrollará aún.

Para empezar, son muchos los que la han definido como una “Patrulla X compuesta por mujeres en la época victoriana”, y la verdad es que no se les puede quitar la razón. Los puntos en común son muchos. Empezando por la etapa en la que Joss Whedon estuvo trabajando de guionista en la serie de comic de mutantes, Astonishing X-Men.

Astonishing X men de Joss Whedon.

Las similitudes son claras: un grupo de parias sociales (en este caso, mujeres tocadas por la aparición repentina de una serie de poderes completamente caóticos y aleatorios) que viven en una gran mansión como una comunidad independiente que se autoayuda. Donde dan refugio y entrenan a gente de esta condición contra la hostilidad general de la sociedad ante lo distinto.

Tienen sus enemigos tanto en clubes de gentlemen de oscura decadencia moral que aspiran a controlar el mundo, como en elementos superpoderosos descontrolados.

Más que hacerlo a través de lucha legal contra el stablishment suele haber mucha pelea espectacular descontrolada que luego una se pregunta si era realmente necesaria. Es la Patrulla X, en esencia.

Aunque lo interesante es remarcar las diferencias más que las similitudes. The Nevers tiene su propio interés. Esta reunión de personajes femeninos fuertes, igualitarios, y su papel de comunidad proactiva por su lugar en un mundo, se disfruta mucho. Así como su consumo de serie de acción muy entretenida, sin más complicaciones.

La serie se sustenta por el carisma del elenco. Tanto el de los personajes de ficción como el de la interpretación de sus actrices y actores. Y un guion que se centra en diálogos de ingeniosa chispa y muchísima batalla.

El Steampunk de The Never.
Steampunk y poderes en The Never.

Lo más interesante de todo: una puesta en escena de una época victoriana fastuosa. Digna de la mejor serie de recreación histórica. Con pequeñas licencias que derivan al steampunk gracias a los elementos de fantasía del guion, lo cual es un plus.

The Nevers, la sinopsis:

Londres, 1986. Un misterioso acontecimiento relacionado con unas extrañas esporas hace que algunas personas, principalmente mujeres, adquieran extrañas habilidades.

Las tocadas por estos poderes se llaman a sí mismas “las Elegidas”. Pronto son vistas como una amenaza para la estabilidad pública y perseguidas por ello.

La señorita Amalia True (Laura Donnelly), es una mujer con poder oracular de armas tomar con un extraño y misterioso pasado a la que todo el mundo acepta como líder natural y que gusta demasiado de beber y pelear. Como buena ex-militar (muy a lo Malcom Reynolds de Firefly), intenta salvar a todas las que puede.

Ann Skelly y Laura Donelly protagonizan The Nevers.
Ann Skelly y Laura Donnelly protagonizan The Nevers.

Les da amparo la institución que rige gracias a la financiación de la noble Lavinia Widlow (Olivia Williams).

A su lado tiene a gente como la optimista señorita Pennance Adair (Ann Skelly). Su talento la convierte en una inventora de extraños artefactos y bastante dotada para el alivio cómico. Las acompañan un amplio reparto de discípulas de variados poderes. Incluyendo a su doctor y confidente, el Dr. Horatio Cousens (Zachary Momoh).

Las “elegidas” comienzan a desaparecer en las calles y deberán descubrir que está ocurriendo y cuál es la causa y propósito de todo.

En el apartado del Mal, una inspiradísima Effie Boyle interpreta a Maladie, una elegida dedicada al asesinato en serie, y James Norton interpreta a Hugo Swann, empresario aprovechado de escasa moral.

Effie Boyle como Maladie en The Nevers.
Effie Boyle como Maladie en The Nevers.

Un misterio de origen alienígena completa los nudos gordianos de los que parte la trama para desarrollar esta historia digna del mejor pulp y porque no, también de capacidad sorora superheroica. Como equipo, todo de estas mujeres siempre es mucho más que la suma de las muchas partes.

¿Sí o nunca?

Sin duda, The Nevers es entretenida. Pero más allá del entretenimiento y si somos capaces de disociar la naturaleza de los escándalos del creador de la propia serie, toda una lección de empowerment sobre la que reflexionar o sencillamente, nuevos estándares visuales que siempre es aleccionador absorber a la hora de romper clichés.

Además, es un disfrute visual por el grado de recreación de la época o de creación steam de sus transgresiones.

The Nevers.
The Nevers.

A falta de conocer su evolución, The Nevers es un visionado sencillo, pero con potencial para algunas tardes de diversión histórica… bueno, fantástica, porque es de esa clase de historia que nunca fue. Y que no pudo haber sido. Ni se dio nunca. Pero que hubiera sido como mínimo interesante que sí.

Total, que tampoco es como para dejarla para “nunca”. Para tardes guerrilleras…