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‘Aftersun’, el emotivo viaje de un padre y su hija hacia un tiempo pasado que, ¿fue mejor?

El 16 de diciembre llega a las salas Aftersun, el debut de Charlotte Wells, distribuida por A24. La cineasta británica, conocida por sus exquisitos cortometrajes, se embarca en su primer largometraje. Un viaje nostálgico y emotivo que explora la relación entre un padre y su hija en los años 90. Galardonada en diversos circuitos, entre ellos los BIFA, consiguiendo 7 premios, incluida Mejor Película. Un relato exquisito donde la hermosa historia queda plasmada a través de unas imágenes extraordinarias.

Póster de Aftersun.
Póster de Aftersun.

La ópera prima de Charlotte Wells ya se estrenó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2022. Situada en nuestra lista de las mejores películas del festival. E incluso merecida ganadora del Premio French Touch del Jurado de la Semana de la Crítica en Cannes. Llega ahora a las salas con múltiples galardones a sus espaldas.

La cámara se traslada al pasado con el aspecto de aquellas imágenes grabadas en cintas de Mini DV. Gracias a esto, Wells nos transporta a una experiencia conocida por muchos hijos o hijas de padres separados. Calum (Paul Mescal, Normal People) y Sophie (Francesca Corio / Celia Rowlson-Hall como la Sophie adulta), aunque parecieran hermanos, son padre e hija. Se conocen poco, y entre el sol, y el aftersun, el agua, las diversiones veraniegas a flor de piel, los paseos y la Macarena, nos van adentrando en la elocuencia de las cosas que no se pueden decir. Sobre una inasible relación paterno-filial.

La directora británica era conocida por sus cortometrajes Laps (2017) o Blue Christmas (2017), ambos disponibles en VIMEO. Destacados por su perspectiva feminista. Particularmente Laps, a través del cual denuncia el acoso sexual en lugares públicos, sin necesidad de articular ni una sola palabra. Ya desde estos trabajos la directora demostró su gran potencial. Así como habilidades cinematográficas. Cuidando siempre la narrativa visual en línea con la historia contada.

Con su ópera prima continúa la misma trayectoria, e incluso la supera. Desde una mirada muy íntima y emotiva. Y a través de la valiosa cámara de la cineasta. La cual aporta la narrativa visual precisa para absorber a la audiencia en el viaje afectivo más real y hermoso.

Francesca Corio y Paul Mescal en Aftersun.
Frankie Corio y Paul Mescal en Aftersun.

Aftersun: El hermoso vínculo espontáneo formado entre un actor profesional como Paul Mescal y una actriz natural como Francesca Corio

El actor Paul Mescal, conocido por la serie Normal People, ha sido nominado a Mejor Actor en los Premios de Cine Europeo. Su actuación en Aftersun es impecable. Con unas transformaciones de su arco narrativo espléndidas. No es sencillo encarnar al joven padre divorciado, que se va de viaje con su hija pequeña. Sin embargo, él lo consigue de forma extraordinaria. Gracias a esto, Charlotte Wells pone el foco en otro tipo de relación. Ya no es la maternidad la que se esboza, sino la relación de una hija con su padre. Un retrato no tan común, pero perfectamente abordado por la directora y guionista desde una perspectiva feminista.

Junto a él, aparece la pequeña Frankie Corio. Actriz no profesional, que también debuta en el mundo del cine. Esbozar un relato donde actriz y actor protagonista no están al mismo nivel profesional, es tarea compleja. No obstante, Francesca Corio demuestra ser la persona perfecta para encarnar el papel. Donde su naturalidad aporta el realismo necesario para conmover a la audiencia. Llevando a cabo una interpretación exquisita, al nivel de cualquier actriz profesional.

Además, tal y como la propia cineasta confiesa, la relación entre Paul y Francesca se forjó de forma espontánea y natural. Aportando uno de los aspectos más imprescindibles para terminar de cerrar un relato de calidad inexorable. Porque la relación entre padre e hija se desarrolla en pantalla de forma natural y realista. Sin ostentaciones. Sino dibujando momentos que perfectamente puede haber vivido la audiencia. Y en esa naturalidad, reside su mayor virtud y belleza. Porque mientras las personas que actúan se van conociendo, lo van haciendo al mismo tiempo los personajes en la ficción.

Frankie Corio y Paul Mescal en Aftersun.
Frankie Corio y Paul Mescal en Aftersun.

Charlotte Wells y su hermoso homenaje a Chantal Akerman, un diálogo cinematográfico reseñable

Chantal Akerman ha resonado recientemente por su película Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1975). Nombrada mejor película de la historia por Sight and Sound. Una directora de cine independiente y experimental que ha estado relegada durante años a espacios reservados a un público más minoritario.

No obstante, gracias a este reciente premio se establece un nuevo canon cinematográfico. El trabajo de la gran Chantal Akerman es reconocido ahora a nivel internacional. ¿Es su nombre ahora más conocido a oídos de un mayor número de personas ahora? De lo que no cabe duda es de su talento como artista en general, y cineasta en particular.

La joven Charlotte Wells, bebe claramente del cine de esta directora. Con referencias explícitas a su cine, y en particular a su extraordinario cortometraje La habitación (Chantal Akerman, 1972). Al cual hace un hermoso homenaje que utiliza como broche de oro para cerrar su ópera prima.

No obstante, la cineasta británica asienta unos pilares muy férreos con su primer largometraje. Donde conforma su propia firma autoral. Dejando una huella muy personal e imborrable a través de su debut.

Aftersun.
Aftersun.

Aftersun: un viaje afectivo hacia un pasado que, mejor o peor, es imprescindible en nuestro presente

Es imposible no empatizar con la historia narrada en la pantalla. Gracias a la contextualización de los años 90 y las acertadas imágenes que los envuelven. En los gestos más sutiles se encuentra el acercamiento más íntimo y complejo del filme. Como el del padre que le pone aftersun a su hija después de tomar el sol. Ese cariño intrínseco en la mano que extiende la crema por la mejilla de la pequeña. Secuencias inolvidables que provocan más de una emoción entre el público. También el uso de la música es genuino y acertado. Con canciones como La Macarena o alguna de Queen. Que provocan que el vínculo afectivo con la audiencia sea todavía más fuerte.

Con Aftersun, la directora arrasa, no solo en los festivales y circuitos de premios, sino también con los corazones de la audiencia. Porque quien acuda al cine a ver su ópera prima, saldrá con una nueva cicatriz en su corazón. O al menos, con un remolino de emociones incontenible que convierten la experiencia cinematográfica en algo inolvidable.

Como grabado en una cinta de vídeo. Para dejar a la vista aquello que, en el pasado, no quisimos ver. O que, quizás, solo se vuelve visible con el paso del tiempo. Como una fotografía polaroid que se va revelando poco a poco. Para dejar grabado un recuerdo imborrable de lo vivido.