Blanca Portillo recibe el Goya a Mejor Actriz por ‘Maixabel’: un relato imprescindible desde una perspectiva genuina

La última película dirigida por Icíar Bollaín llegó a los Goya con 14 nominaciones y ha conseguido 3 premios. Una reconstrucción de hechos reales perfectamente ejecutada. Un fragmento de la historia de Maixabel. Una mujer que dejó a un lado el odio para sentarse a hablar con los asesinos de su marido.

La aclamada cineasta española regresa a una de las siglas más escuchadas: ETA. No obstante, su mayor virtud reside en la perspectiva genuina desde la que la aborda. Tal y como dice la propia protagonista, el terrorismo se ejerce desde distintos movimientos. Pero todos y cada uno de ellos hacen el mismo daño. No importan las siglas, ni los motivos. En Maixabel (2021) las protagonistas son las víctimas, junto a la posibilidad de diálogo por encima del odio.

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”, Mahatma Gandhi

Todo el mundo ha experimentado alguna vez el miedo. Miedo a perder a alguien que ama, miedo a fracasar en los objetivos, miedo a decepcionar los ideales, miedo a que alguien nos haga daño…

Sin embargo, hay dos tipos de personas, las que temen pero viven, y las que temen y hacen temer. Estas últimas hacen que dichos temores desaparezcan infligiéndolos en otras personas. En el caso de ETA, la violencia comenzó a ejercerse muchos años atrás. Dejando una estela de víctimas tanto fallecidas, como vivas. Y son esas víctimas que quedan, las que tienen que lidiar con un duelo insostenible. Un dolor que arranca las entrañas. Y un dolor que se canaliza a través del odio hacia las personas responsables del mismo. El político socialista Juan Mari Jáuregui fue asesinado por ETA en el año 2000. Su mujer, Maixabel Lasa, se convirtió un año después en la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo. Hasta 2012 estuvo ejerciendo dicho cargo. Durante este tiempo, Maixabel cedió a entrevistarse con dos de los asesinos de su marido: Ibon Etxezarreta y Luis Carrasco.

La propia Maixabel Lasa afirmó en una entrevista que el perdón es un concepto religioso, y ella es agnóstica. En este sentido, los encuentros no tenían como objetivo el perdonar a los exetarras. Sino el darles la posibilidad de una segunda oportunidad dentro de la sociedad. Así como brindarle la posibilidad a la víctima de poder enfrentarse cara a cara con el odio y el dolor y canalizarlo a través del diálogo. La posibilidad de reinserción en la sociedad como núcleo del filme y de los encuentros que tuvieron lugar en la realidad. La vía punitiva y la violencia quedan relegadas en un segundo plano, buscando una reforma real de las actitudes.

Una soberbia Blanca Portillo en el papel de Maixabel Lasa

El filme se sustenta gracias a la imprescindible interpretación de Blanca Portillo. Tras ser cuatro veces nominada, finalmente se convierte en ganadora del premio a Mejor Actriz Protagonista en los Premios Goya 2022. Siendo una actriz que no es de origen vasco, encaja perfectamente en el papel asignado. Famosa por sus papeles en series cómicas como 7 vidas (1999); o posteriormente en las aclamadas películas de Almodóvar Volver (2006) o Los abrazos rotos (2009), siendo ganadora del premio Goya a Mejor Actriz de Reparto por Volver.

Sin embargo, su longeva carrera artística se asienta de forma más férrea en los escenarios. Ha sido, además, ganadora de cinco Premios Max. Uno de los galardones más prestigiosos del mundo del teatro español.

En la reciente película de Icíar Bollaín, la actriz se eleva hasta lo más alto con su actuación. Una interpretación conmensurada y exquisita. Acompañada además de una magnífica caracterización. El tesón y serenidad del personaje real es trasladado a la perfección a la pantalla. Un papel nada fácil de adoptar por la sensibilidad de la temática. Y la responsabilidad que recae en sus hombros a la hora de interpretar a Maixabel. No obstante, a través de su actuación se transmite un gran respeto por la persona. Así como una elegancia sublime a la hora de llevar a cabo la actuación.

Además, esta no se presenta ostentosa, sino que por el contrario se transmite con total naturalidad. Desde la tensión e inquietud ante el primer encuentro con Ibon. Hasta el sosiego que finalmente consigue obtener al finalizar el mismo. Junto a ella, también es destacable el papel de la hija de Jauregui, interpretada por la ganadora al premio Goya de Mejor Actriz Revelación, María Cerezuela. Un apoyo incondicional para Maixabel, y un rostro diferente a la hora de afrontar el dolor. Formando así un tándem magnífico y equilibrado. Sustentando con sus interpretaciones todo el peso de la película.

Un filme completo que halla la virtud en la simplicidad

La mayor habilidad de la cineasta reside en la creación de un gran filme a través de la simplicidad. Un relato de cadencia narrativa pausada y contemplativa. Originalidad necesaria a la hora de abordar un tema tan recurrente como el terrorismo de ETA. Las conversaciones desarrolladas en los encuentros entre Maixabel y los exetarras son sublimes. Un intercambio de emociones perfectamente representado gracias a la interpretación de la actriz y actores. Entre Luis Tosar que fue nominado a Mejor Actor Protagonista por interpretar a Luis Carrasco. Y el también ganador del premio a Mejor Actor de Reparto Urko Olazabal, que lleva a cabo una interpretación exquisita.

En definitiva, una historia complicada de abordar. Por la sensibilidad y tono tan humano que la caracteriza. Perfectamente dirigido por Icíar Bollaín y con una interpretación inmejorable de una impecable Blanca Portillo. La historia de una mujer, la historia de un colectivo y de un país. Porque siempre es crucial escuchar todas las versiones y las experiencias. Experiencias humanas que conforman la historia que nos define.