De vuelta al presente (Parte 1)

Me ha costado varios años, pero por fin puedo afirmar que he creado una máquina del tiempo.

22 de abril de 2017, Sevilla

Mi máquina no va montada en un DeLorean ni mierdas de estas, esos son mariconadas americanas, además, los precios de los DeLorean de segunda mano son absurdamente caros, no me lo puedo permitir. Mi máquina está montada en una mochila, eso sí, la mochila es enorme y pesa como un tráiler cargado de bobinas de cobre, pero ahí está.

Como aún no estoy seguro de las consecuencias de estos viajes en el tiempo, he decidido hacer un pequeño “trayecto” de prueba de sólo dos años al pasado. Si algo sale mal y no vuelvo, por lo menos habré ganado dos años extras. ¿Quién no querría dos años de regalo en su vida, aunque estos fueran del pasado?

Pensándolo bien, un preso que esté cumpliendo condena no los querría. ¿Te imaginas viajar al pasado y tener que estar dos años más en la cárcel? Igual tampoco los querrían personas que estén a punto de terminar la hipoteca, de jubilarse…etc.  

Demasiado caro para comprarse uno de segunda mano... DeLorean
El DeLorean me salía demasiado caro…

Realmente esto no tiene mucho sentido, porque si un tío que está apunto de acabar la hipoteca viaja dos años al pasado y se queda allí, no tendría que seguir pagándola, porque ya lo estaría haciendo su otro yo del pasado, o sí, porque ya se inventarían los bancos cualquier mierda legal para que acabasen pagando los dos por ser la misma persona. Ya me estoy liando y aun no me he movido de año.

De todas formas, voy a ir escribiendo una especie de diario para dejar constancia de mis avances, en caso de haberlos.

22 abril 2015

Lo he conseguido, tenía mis dudas, pero aquí estoy. La máquina funciona bien, pero se calienta un poco, tengo la espalda como un chicharrón. También hay un pequeño desajuste en la materialización. He empezado el viaje en el salón de mi casa y he aparecido dos años antes encima del coche de un vecino. No me ha visto nadie, pero el techo del coche ha quedado un poco perjudicado. Tengo que revistar este problemilla.

Mi yo del pasado se ha asustado mucho al verme, pero después se ha dado cuenta de que si estamos aquí los dos, significa que hemos triunfado y nuestra máquina funciona.

Este tipo me cae bien, hemos estado hablando de películas y música y nos parecemos una barbaridad, casi se diría que somos la misma persona. Para comprobar cuáles son los cambios que podemos hacer en el tiempo sin armar mucho revuelo, hemos decidido hacer una prueba sencilla. Mi yo del 2015 se va a apuntar al gimnasio mañana mismo, y en el 2017 comprobaré los resultados.

22 abril 2017

Ya estoy de vuelta en mi salón, por lo visto en los viajes de vueltas sí que me materializa en el mismo sitio, interesante. El coche del vecino sigue teniendo el techo reventado, creo que el seguro no se ha hecho cargo, he preguntado por ahí y nadie sabe nada, me alegro.

Me acabo de desnudar en frente del espejo del ropero y sigo teniendo el mismo cuerpo escombro que antes, eso significa que alguien no ha cumplido su parte del trato, el cabrón este no ha ido ni un día al gimnasio. Me cago en su puta madre. Un momento que ahora vuelvo.

Cuerpo escombro. De vuelta al presente (Parte 1)
De vuelta al presente (Parte 1).

22 abril 2015

Como voy a tardar muy poco, he dejado la máquina del tiempo encima del coche del vecino. Tengo que ponerme serio con este tema, no creo que sea necesario reventarle al vecino el coche sin recibir nada a cambio.

Nada más verme y sin mediar palabra, me he quitado la faja reductora sudada que llevo por su falta de colaboración en este proyecto, y se la he pasado por la cara al grito de: “¡Esto me duele más a mí que a ti, pero lo hago por tu bien!”.  Esta frase se la he robado a mi madre.

Ha sido una experiencia traumática, pero era necesaria. Luego nos hemos metido un par de collejas y me he sentido como Edward Norton y Brad Pitt en la película El Club de la lucha. Esto de luchar con uno mismo cansa muchísimo, moral y físicamente. 

Brad Pitt y Edward Norton en  El Club de la lucha. De vuelta al presente (Parte 1).
Brad Pitt y Edward Norton en El Club de la lucha.

El capullo dice que ha ido todos los días al gimnasio, pero que nuestro cuerpo se resiste a ponerse en forma. Este tío es idiota profundo, ¿No se da cuenta de que mentirme a mí es como mentirse a sí mismo?

Ya más tranquilos y sintiéndome un poco culpable por lo de la faja sudada, le he dado los números de la primitiva del día siguiente y hemos charlado sobre cómo hay que gastar el dinero. Hay que hacerlo con prudencia para no perder el norte, que mucho dinero y mal administrado convierte a la gente en medio gilipollas.

También hemos llegado a la conclusión de que tenemos que dejar a nuestra novia para poder acostarnos con todas las tías buenas con las que no nos hemos acostado en estos dos últimos años, por tener novia.

 22 abril 2017

Desde que mi yo del pasado dejó a nuestra novia no he vuelto a follar. Empiezo a pensar que el problema no era tener pareja.

Me quedan en el banco 100 euros y ni rastro del dinero de la primitiva. Sigo viviendo en el mismo piso de alquiler de mierda, soy alcohólico y estoy enganchado a todas las drogas existentes, incluso a una que antes de mis viajes temporales no existía, la “Pegaína”, esnifar pegamento y cocaína a la vez. ¿A quién se le ocurren semejantes majaderías? Según Google, esta droga la inventó un tío con mis iniciales en el 2016. Esto es increíble, este chaval debe de ser el más gilipollas del planeta. Está claro que tener mucho dinero no le sienta bien a todo el mundo. Al final, les voy a tener que dar la razón a todos los payasos esos que dicen que, los que saben manejar el dinero son los que han nacido rodeado de él.

Vuelvo al pasado.

22 abril 2015

Otra vez en el coche del vecino, este vehículo debe de estar fabricado con algún material que atrae las máquinas del tiempo, esto es raro de cojones. Como esto no cambie, voy a tener que buscar la manera de meter el coche en mi salón.

Esta vez no voy a tener contacto con mi yo del pasado, porque nuestros encuentros no nos están resultando provechosos a ninguno de los dos, pero le he dejado una nota en el frigorífico sin firmar: “En el futuro no te quejes por no tener dinero, podría ser peor, créeme”

Pd: Aléjate del pegamento y nunca, bajo ningún concepto, dejes a tu novia.

El pegamento no.

22 abril 2017. Empiezo a estar cansado de estos viajes

He de reconocer que antes de irme del 2015 he meado dentro del cartón de leche de mi/su frigorífico. Cuando tenía el tetra brick a la altura del “grifo” he tenido dudas, pero luego me he acordado de la “Pegaína” y no he podido parar. Este mamón no se merece menos, me está jodiendo el pasado y el presente, su futuro.

El coche de mi vecino sigue teniendo una pinta horrible, pero ya le he buscado una solución. En mi último viaje le dejé una nota en el parabrisas diciéndole que había visto al vecino del cuarto, un tío calvo que me cae mal, saltando sobre su techo.

Continuará…