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‘Ellas hablan’: mujeres en busca de su propia voz para responder a la pregunta ¿quedarse y luchar, o marcharse a otro lugar?

Este 17 de febrero llegó a las salas de cine Ellas hablan, la nueva película de Sarah Polley, nominada a Mejor Película y Mejor Guion Adaptado en los Premios Oscar 2023. Una adaptación de la novela de Miriam Toews que habla sobre un acto político y reivindicativo ficticio, en respuesta a unos sucesos de agresiones sexuales reales. El cine como una ventana a soñar, donde la sororidad se convierte en la mayor aliada de las mujeres de la colonia religiosa protagonista.

Póster de Ellas hablan.
Póster de Ellas hablan.

Entre 2005 y 2009 tuvieron lugar una serie de agresiones sexuales en la colonia menonita de Bolivia llamada Manitoba. Las mujeres y las niñas amanecían violadas tras haber sido drogadas – según les contaban, agredidas por Satán mientras dormían -. En 2011, un tribunal boliviano sentenció a diversos hombres como culpables por violar y anestesiar a 151 niñas y mujeres. Con este estremecedor suceso como detonante y contexto, la escritora Miriam Toews escribe en 2020 Ellas hablan. Una novela en la que la autora se toma la libertad de imaginar lo que habría ocurrido si las mujeres de aquella colonia se hubieran sentado a hablar y decidir si quedarse y no hacer nada, quedarse y luchar, o marcharse de allí.

Una idea brillante que la cineasta Sarah Polley adapta de forma sobresaliente sin perder un ápice de todo el halo literario que originó todos lo diálogos representados. La directora reaparece después de muchos años en la sombra para llevar a la pantalla una obra imprescindible y demoledora. Una cinta incuestionablemente transfeminista y reivindicativa que te lleva de la risa más honesta y espontánea al llanto desconsolado en tan solo unos segundos.

Pablo Neruda escribió en su famoso poema: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa basta”. Y la película de Polley parece una ácida e incontestable respuesta a este tipo de alegatos, gritando bien alto que nunca más nos volverán a callar y que, juntas, las mujeres siempre podrán encontrar su propia voz.

Ellas Hablan. Foto: Michael Gibson © 2022 Orion Releasing LLC. All Rights Reserved.
Ellas Hablan. Foto: Michael Gibson © 2022 Orion Releasing LLC. All Rights Reserved.

Ellas hablan: el hermoso diálogo entre textos y la brillante adaptación del libro a la pantalla de Sarah Polley

En 2021, Lara Casielles escribió un hermoso texto en El Salto Diario titulado “El surco”, reflexionando sobre la dificultad de salir de lugares ya transitados y conocidos que, aunque nos hacen daño, también nos absorben: “El surco es un camino que se ha hecho de tanto pasar por ahí. No es necesariamente el mejor, ni el más cómodo, ni el que lleva adonde quieres (…) El problema es que, una vez en el surco, salir es difícil. Es más profundo de lo que parece, y las paredes que podrían llevarnos de vuelta hacia los campos amplios son pedregosas y resbaladizas”.

Las protagonistas de Ellas hablan buscan desesperadamente salir de ese surco en el que han estado estancadas toda la vida, pero la decisión no es tan sencilla como parece. En una colonia existente en 2010, sus vidas parecen estancadas en el pasado más anacrónico. Un anacronismo representado a la perfección a través de la estética audiovisual, con una saturación entre el blanco y negro y el color que representa ese limbo temporal en el que está retenida dicha colonia.

No es sencillo adaptar de forma acertada un libro a la pantalla, pero la habilidad de Sarah Polley es brillante. Con la construcción de unos diálogos y alegatos potentes que atraviesan las entrañas de la audiencia hasta remover todas y cada una de las emociones. Con frases tan brillantes y transformadoras como: “Nos gusta poner marcos a las cosas incluso cuando se salen por los bordes”. Ellas hablan es una película construida a través de las conversaciones, de esa voz que tanto buscaban las mujeres y que se les había arrebatado. Sin necesidad de nada más que sentarse a escucharlas hablar.

Ellas hablan.
Ellas hablan.

Ellas hablan: una película transfeminista con un reparto imprescindible y extraordinario

Para la consecución de tan brillantes diálogos es imprescindible la elección de un buen reparto. En este caso, las actrices y actores que llevan a cabo los papeles protagonistas y secundarios son todas espectaculares. Una cascada de afectos y emociones que se arremolinan alrededor de todas y cada una de las interpretaciones hasta llegar a las butacas de la sala de cine para desmoronarlo todo. Algo que hace muy cuestionable que ninguna de ellas esté nominada a los Premios de la Academia, aunque, ¿qué hay más revolucionario que llegar al alma de la audiencia y cambiar mentalidades sin entrar en los cánones institucionales? Aun así, es desafortunado que grandes películas como Ellas hablan y enormes interpretaciones, queden relegadas al olvido.

Claire Foy, Jessi Buckley y Rooney Mara encabezan el reparto protagonista. Tres actrices colosales que llevan a cabo unas interpretaciones sublimes en la cinta de Sarah Polley.

Claire Foy es Salome, la mujer revolucionaria y feminista cuya rabia incontenible quiere hacer que todo el patriarcado arda. Un carácter imprescindible en el movimiento feminista y que la actriz lleva a cabo de forma inexorable regalando una de las mejores actuaciones.

Por otro lado, Jessi Buckley es Mariche, uno de los personajes más complejos que navega en un mar de dudas e inseguridades por la violencia de género que vive tanto dentro como fuera de la pareja.

Finalmente, Ona es interpretada por Rooney Mara, ejemplo de templanza y racionalidad que aportan a la lucha otro aspecto fundamental para su progreso. Incluso la gran Frances McDormand lleva a cabo un pequeñísimo papel, pero esencial, encarnando a esa mujer que necesita quedarse en el surco toda su vida para poder sobrevivir.

Entre todas las mujeres construyen una atmósfera de sororidad in crescendo que envuelve cada rincón de la maravillosa puesta en escena. No obstante, no solo mujeres cisgénero son las que conforman la película. Y es que, Sarah Polley aporta una perspectiva transfeminista hermosa. El transfeminismo se basa en las alianzas, en la inclusión de otros colectivos oprimidos dentro de la lucha feminista para caminar todas juntas en la misma dirección. Y eso es Ellas hablan.

El personaje de Melvin encarnado por August Winter es sensacional. Un joven chico trans que decide dejar de hablar hasta que alguien le reconozca por quien realmente es. Una identidad de género que se hace visible cuando alguien finalmente le llama Melvin y él responde: “Gracias por decir mi nombre”. Un momento breve pero impactante que remueve las tripas de forma impresionante.

Las personas con diversidad funcional también son incluidas en todo el movimiento, los niños y niñas, y cualquier otro colectivo que esté siento oprimido bajo el mismo yugo heteropatriarcal. De hecho, otra de las brillantes aportaciones de Ellas hablan es la de August, interpretado por el colosal actor Ben Whishaw, el cual también lleva a cabo uno de sus mejores trabajos – también denostado por la Academia -. El ejemplo de la alianza entre hombres y mujeres en busca del mismo objetivo, con reflexiones tan potentes como aquella que habla sobre la educación de los niños y cómo también ellos son víctimas del sistema.

Ben Whishaw stars es August, Rooney Mara es Ona y Claire Foy es Salome en Ellas hablan. Foto: Michael Gibson © 2022 Orion Releasing LLC. All Rights Reserved.
Ben Whishaw stars es August, Rooney Mara es Ona y Claire Foy es Salome en Ellas hablan. Foto: Michael Gibson © 2022 Orion Releasing LLC. All Rights Reserved.

Ellas hablan: una película de alianzas que permite soñar con un futuro mejor

La historia del pasado es aquella que sustenta el presente, y el futuro. Todas las luchas de nuestras antecesoras feministas son aquellas que nos permiten en el presente tener los derechos que tenemos, así como conservar la base fundacional para poder seguir luchando y avanzando. ¿Quedarse y luchar o marcharse? Cualquier decisión es lícita, porque cada circunstancia es diferente y lo único relevante son las alianzas que hacen que la sociedad progrese.

La película de Sarah Polley es una obra de alianzas, de sororidad y de reivindicaciones feministas imprescindibles. “Somos mujeres sin voz”, dice una de las protagonistas de la cinta, dando comienzo así a una sucesión de brillantes diálogos, a cada cual más enriquecedor. A la película ni le sobra ni le falta nada. Es precisa y afilada, es afectiva y racional, dura y tierna, e indudablemente transfeminista.

La directora y actriz no se había vuelto a poner detrás de la cámara desde su sobresaliente documental Stories we tell (2012). Pero ojalá la volvamos a ver en pantalla como creadora sin tener que esperar mucho tiempo, porque su voz es una de las más portentosas de la cinematografía contemporánea. Una voz imprescindible que aporta la perspectiva amplia, diversa y feminista que la industria necesita.

Como afirmaba una de las feministas más aclamadas de la primera ola, Virginia Woolf: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedan imponer a la libertad de mi mente”. Así que, por mucho que sigan intentando constreñirnos entre sus marcos, siempre habrá algunas que terminarán rompiéndolo para desbordar todos los márgenes para encontrar su propia voz.