‘Escoria’, la novela más retorcida de Irvine Welsh

Hoy te hablamos de Escoria, de Irvine Welsh. Cae la noche en Edimburgo. El cielo refulge color naranja dióxido de carbono, y el aire corre espeso con los virulentos efluvios del Water of Leith. Un joven de raza negra es asesinado nada más salir de una discoteca, a golpe de martillo. La policía local se encuentra en un brete. El caso es asignado al Sargento Robertson, que hará todo lo posible por descifrarlo… por sus cojones morenos.

Cinco años después de haberse salido con Trainspotting, Irvine Welsh produjo su novela más retorcida y moralmente reprobable hasta la fecha. Escoria (Filth, en inglés) ofrece un vistazo a través del agujero de una cloaca, con grandes dosis de ingenio, sentido del humor, y un inesperado giro final que recompensa con creces.

El escritor Irvine Welsh, autor de Escoria.

Escoria: Un asco de policía

Bruce Robertson es a la raza humana lo que la mugre a tus uñas. Como buen montón de mierda, se cree el dueño absoluto del mundo. Y la verdad es que no carece de recursos y un cierto carisma que le permite manipular a aquellos que le rodean. Él mismo es el narrador de una novela que va mostrando poco a poco los rincones más deplorables de su retorcida mente, así como los secretos de su turbio pasado.

Sucio y putero, Bruce sufre un eccema que va extendiéndosele por entre las piernas y hasta las pelotas, manchándole de pus los pantalones y desprendiendo un olor insufrible. Desde que Carole, su mujer, se fuese de casa con la hija de ambos, se alimenta a base de grasientos bocadillos de salchicha y demás cochambre precocinada. Estos hábitos (además de su nula higiene) le han costado una tenia que se retuerce por sus entrañas, negándose a salir por mucho que él se estruje sobre el retrete.

Además, Bruce colecciona fobias y odia a más gente de la que cabe en toda Escocia: las mujeres, los negros, los homosexuales, los católicos, etc. Y más que a nadie, odia a Robert Toal, su superior, y a Amanda Drummond, la chupatintas que recela de sus métodos y piensa que le tiene tomada la medida. ¡La muy zorra!

Entre sus amistades en el cuerpo se encuentran Ray Lennox, un joven ambicioso que comparte su adicción al alcohol y la cocaína; y Clifford Blades, un tipo inseguro y con problemas maritales.

Escoria: La solitaria entre las tripas

Escoria sigue a su nauseabundo protagonista a través de su escalada hacia el puesto de inspector jefe. Entretanto, se afana por resolver el crimen del comienzo de la historia, aunque se trate de un puto negrata. Y para no aburrirse, urde los planes más deshonestos posibles para meterla en caliente. Sus ‘proezas’ sexuales pasan por su propia cuñada, las esposas de algunos de sus conocidos, y todos los prostíbulos de Edimburgo y parte del extranjero.

La novela divierte igual que un baño de lodo. No apta para melindrosos, va de menos a más, añadiendo a su exceso una cierta carga de crítica social y ahondando en la psique de tan repugnante personaje.

Escoria fue traducida al castellano en 2006 y publicada por Anagrama Editorial. Actualmente se encuentra disponible tanto en la colección Compactos como en Contraseñas.

Posteriormente, en 2015, el director escocés Jon S. Baird la adaptó al cine con bastante acierto. La película muestra a James McAvoy en el papel principal, que lo clava. Del mismo modo, cuenta con otros nombres relativamente conocidos, tales como el de Jamie Bell o Imogen Poots.