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‘Estocolmo Estación Central’: una apuesta sencilla, pero cautivadora

La nueva ficción de la plataforma Filmin nos muestra de manera muy clara, que no es necesario inventar temas para ofrecer productos de calidad. Estocolmo Estación Central es una miniserie sueca con una premisa bastante común en el mundo audiovisual, es cierto. Sin embargo, resulta, al mismo tiempo, atrapante.

Un nordic noir de libro. Una trama de trata de blancas enmarcada en el género policíaco. Hasta aquí nada nuevo o sorprendente en lo relativo a la ficción. En cualquier caso y pese a la falta de originalidad que se le podría achacar, Estocolmo Estación Central es una serie de una calidad visual e interpretativa sobresalientes que la sitúan en un lugar especial entre sus iguales.

Otra de las claves que hacen de esta serie algo digno de ver, es la capacidad que muestra para no sonrojarse al llamar a las cosas por su nombre. Pero tampoco cae en el morbo o la exageración para presentarnos temas controvertidos.

Estocolmo Estación Central: una serie sin nada especial, pero con todo lo necesario

Aunque la serie va sobre prostitución, trata de blancas, crímenes y todo lo que engloba una serie policíaca, no se limita a esto. Es decir, el punto de partida no es una muestra exacta de lo que veremos a través de la historia.

La presentación de personajes complejos y subtramas aportan a la historia algunos cambios de perspectiva en el desarrollo, que la convirten en una ficción de visionado obligado para los fanáticos del género policial. Una serie a la que no le sobra nada, pero tampoco le hace falta nada. Es decir, una historia bien contada, sin vericuetos innecesarios para ayudar a su duración, pero tampoco historias cortadas para hacerlas encajar.

A pesar de relatar una premisa más que empleada en los últimos años, Estocolmo Estación Central, logra mantener al público interesado durante los seis episodios que dura la miniserie. Sin duda alguna, algo notable en estos tiempos colmados de series vacías que solo buscan llenar fórmulas comerciales.

En conclusión, Estocolmo Estación Central es una serie más que correcta. Con las cantidades precisas de drama, incertidumbre y fuerza. Con un gran ritmo narrativo e interpretaciones magníficas que logran atrapar a cualquiera de manera inevitable.