‘Los Fabelman’, de Steven Spielberg: los sueños del mayor creador de sueños

El viernes 10 de febrero de estrena en cines, Los Fabelman, la nueva película de Steven Spielberg. Una cinta que se aleja de la ciencia ficción, de las aventuras de su famoso arqueólogo o de los tiburones, para centrarse en el origen de todo su cine. Una película sobre su infancia, su familia y sobre cómo nació y se desarrolló su deseo de ser director de cine.

Se ha hablado mucho sobre esa nueva moda cinematográfica por la que le está dando a muchos directores: el cine autobiográfico. Maestros de la talla de Pedro Almodóvar, Alfonso Cuarón, Alejandro G. Iñárritu, Kenneth Branagh, Paolo Sorrentino o James Gray han sido los últimos en sumarse a ese modelo de cine catártico para sus creadores y, en algunos casos, anodino para los espectadores.

Pero como decía, mucho se ha hablado ya de esta nueva (y vieja) corriente artística a la que se ha sumado también nuestro querido Spielberg.

Los Fabelman: Steven Spielberg, el maestro en la sombra

En las escuelas de cine se les ha dicho a los guionistas y directores que escriban sobre lo que conocen, que cuenten algo que tenga que ver con ellos, algo sobre lo que controlen. No me parece muy buen consejo, la verdad. Si se toma de forma muy literal, hacer algo así boicotea la creatividad y promueve películas aburridas y vacías. Se pueden hacer películas de todo tipo de géneros en las que puedes meter algunas de tus experiencias, pero mostrando mundos como los de Star Wars, o realidades alejadas de la tuya como la de Reservoir Dogs.

Steven Spielberg es uno de esos grandes maestros del séptimo arte que ha sabido aunar sus pasiones, experiencias y gustos personales en cintas de todo tipo. En películas que nos han hecho soñar y que, en innumerables casos, han servido de inspiración para las nuevas generaciones de directoras y directores de cine.

Suyas son los clásicos, E. T. el extraterrestre, Tiburón, la saga de Indiana Jones, Jurassic Park, La lista de Schindler, o producciones como Los Gonnies, Poltergeist, Regreso al futuro o Gremlins. Un buen número de películas que no dejan de pronunciarse cuando se les pregunta a los estudiantes de cine cuáles son las películas que les han inspirado para querer dedicarse al mundo del cine.

Podríamos decir, que el primer maestro que han tenido esas y esos nuevos directores de cine ha sido Steven Spielberg. Un maestro en la sombra. Una sombra de enormes dedos que lo alcanzan prácticamente todo. Pues ahora toca saber quién fue el maestro en la sombra de Steven Spielberg, en Los Fabelman, nos lo cuenta.

Los Fabelman: El mayor espectáculo del mundo

En Los Fabelman, seremos testigos de cómo Spielberg quedó marcado de por vida por la magia del cine cuando sus padres lo llevaron a ver la película de Cecil B. Demille, El mayor espectáculo del mundo. Una de sus escenas le llegó a obsesionar de tal manera, que no podía dejar de recrearla con sus juguetes, y una vez tuvo acceso a la cámara de vídeo de su padre, rodó y rodó esa misma escena por muchos puntos de vista diferentes. Ahí estaba naciendo el director que hoy conocemos. Aunque eso tan solo fue el comienzo.

Después, ayudado por sus tres hermanas, comenzó a rodar todo tipo de pequeñas historias. Su padre, ingeniero eléctrico, lo veía como un hobby, pero su madre, pianista y de intereses artísticos, sí que creía en él y se llenaba de orgullo con cada una de sus “pequeñas” peliculitas.  

En Los Fabelman conoceremos muchos de los secretos de juventud de Spielberg, Sammy Fabelman, (interpretado excepcionalmente por Mateo Zoryan de niño y Gabriel LaBelle de adolescente) es el personaje que funciona como su alter ego.

Los nombres del resto de la familia también los ha cambiado, su padre Arnold Spielberg, aquí es Burt Fabelman, y su madre Leah Adler, aquí es Mitzi Fabelman. Ambos están interpretados por Paul Dano y Michelle Williams, respectivamente. Qué decir de estos dos intérpretes, los dos hacen un trabajo encomiable. Quizá Williams sea la que más tense la cuerda, la que juegue más al límite, pero, ¿cómo no iba a hacerlo así teniendo un personaje tan apasionado como ese?

De alguna manera, en Los Fabelman descubrimos que la madre de Spielberg, fue su mentora, musa, referente y primer amor (edípico, pero amor).

Los Fabelman: un homenaje a su madre

Con Los Fabelman, Spielberg rueda un drama familiar delicioso en el que gracias al cine entenderemos la relación de un hijo con sus padres y el entorno que le rodea. La capacidad que tiene el cine de grabar instantes que la vista no ha percibido es uno de los motores de la película. Gracias a lo que Sammy ha grabado con su cámara, descubre los secretos que esconden los silencios entre su madre y su padre. Gracias a sus vídeos conseguirá ser respetado en el instituto y dar un sentido a su vida una vez se mudan a California.

Es fascinante como Spielberg deja que sean las imágenes las que nos cuenten esas parcelas de su vida. Esos íntimos secretos de juventud que ahora nunca se olvidarán. Nunca rodar un recuerdo fue un acto más bello y respetuoso. Tan respetuoso como cada uno de los planos que le dedica a su madre en la ficción, a Michelle Williams. Todo un acto de amor.

Leah Adler, la madre de Spielberg, murió en 2017 a los 97 años, desde Ambli, la productora de Spielberg, se emitió este comunicado: “Aunque era famosa por su pintalabios rojo, sus collares de Peter Pan, su amor por las margaritas, los vaqueros azules, las joyas relucientes; por su amor a hacer camping, a irse de pesca, a hacer crucigramas y a sus bailes de mesa en mesa en el Milky Way… Leah será aún más recordada por su profundo e ilimitado amor por quienes la rodeaban”.

Todo eso nos lo transmite a la perfección Michelle Williams con su interpretación. Qué difícil es interpretar a un ángel libre y auténticamente feliz que intenta vivir desde la dicha un secreto tan doloroso. Williams lo borda.

Spielberg, lo vuelve a hacer, ha rodado una auténtica joya merecedora de sus siete nominaciones a los Oscar 2023. Una película sobre sus dos grandes amores de juventud: su madre y el cine. Una película con la que, como diría su amigo David Lynch (John Ford en Los Fabelman), ha pescado algún que otro pez dorado.