‘Los renglones torcidos de Dios’: una Bárbara Lennie colosal para una adaptación al cine brillante
El director Oriol Paulo adapta Los renglones torcidos de Dios, la novela de Torcuato Luca de Tena de 1979. El 6 de octubre llegó a las salas esta nueva joya cinematográfica. Una potencial candidata a diversas nominaciones en los Premios de la Academia de 2023, donde, indudablemente, destaca la actriz Bárbara Lennie en su papel como Alice y su exquisita interpretación. Un filme trepidante y absorbente donde todos los aspectos son perfectamente cuidados.
Las adaptaciones de la literatura a la gran pantalla tienen tantos amantes como detractore/as. Sino que le pregunten a Stephen King por su adaptación de El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980). No obstante, es innegable la calidad cinematográfica de esta película y su relevancia en la historia del cine de culto. En la actualidad, esta tendencia ha ido aumentando. Tras múltiples guiones originales, las ideas empiezan a agotarse y los y las cineastas adaptan obras literarias aclamadas. Recientemente, hemos visto en Atresplayer Premium la acertada y libre adaptación de La novia gitana por Paco Cabezas. Una novela reciente llevada a una plataforma streaming de forma adecuada.
También el libro de José Saramago El hombre duplicado (2002) fue adaptada de forma libre, pero sobresaliente con Enemy (Denis Villeneuve, 2013). Que bien recuerda en ciertos aspectos al relato de Torcuato Luca de Tena. En el caso de esta novela, no es la primera vez que se adapta. Ya en 1983, pocos años después de la publicación del libro, se estrenó la película mexicana homónima. Dirigida por Tulio Demicheli, pero que no tuvo una resonancia destacada.
La historia escrita por Torcuato Luca de Tena es potencialmente atractiva: la detective Alice Gould se interna voluntariamente en un sanatorio para intentar resolver un crimen. Y ante esto, su resolución en pantalla de la mano de Oriol Paulo no decepciona en ningún aspecto. Desde la magnífica música seleccionada, hasta las exquisitas interpretaciones del elenco actoral seleccionado. Pasando, incuestionablemente, por un juego con las estructuras narrativas excepcional.
Oriol Paulo, el cineasta español de los thrillers trepidantes, presenta uno de sus mejores trabajos
Este 6 de octubre de 2022 Oriol Paulo se sube al tren de las adaptaciones. Pero sin alejarse de su línea cinematográfica. Director de películas de thriller laberínticos y sorprendentes como El cuerpo (2012) o Contratiempo (2016). Su trabajo más reciente es la popular serie de Netflix El inocente (2021). Que, aunque tiene una perspectiva de género cuestionable, esboza una trama argumental muy bien cuidada y construida. El presente año lleva a cabo una adaptación brillante de la novela de Torcuato Luca de Tena.
Aunque la historia ya es potencialmente atractiva, el trabajo audiovisual es exquisito. En la adaptación, posible candidata a los Premios de la Academia 2023 trabajan, de la mano de Oriol Paulo, Guillem Clua y Lara Sendim. Un trabajo nada fácil. Pero que incluso para aquellas personas que amaron la novela pueden apreciar. Desde el inicio, las conversaciones de la novela son plasmadas a la perfección en pantalla. Con exactas palabras y atmósferas muy similares a las que la imaginación pudo crear al leer la novela.
Aun así, la película tiene una dificultad añadida: cubrir los huecos de la creatividad de la persona lectora. Manteniendo del mismo modo su interés en el desarrollo del relato. Así como la intriga provocada al sumergir a la audiencia en la montaña rusa de giros narrativos. Este trabajo se lleva a cabo de forma excepcional. A pesar de sus dos horas y media de metraje, el filme avanza a una cadencia narrativa muy adecuada. Sin acelerar aquellos fragmentos literarios que requieren de cierta delectación. Pero tampoco sin alargarlos más de lo necesario.
Respecto al desarrollo argumental y su construcción en el relato, es destacable el impecable juego con las estructuras narrativas. El cineasta ya acostumbra a desafiar la mente de los y las espectadoras con sus historias. Y en este caso era esencial que el trabajo fuera muy bien cuidado. Algo que supera las expectativas con creces. Esto habría sido imposible sin el soberbio trabajo de la música a manos de Fernando Velázquez. Así como Bernat Bosch en la fotografía.
Los renglones torcidos de Dios: Una polifacética Bárbara Lennie que ratifica su gran trabajo interpretativo
Bárbara Lennie es una de las actrices españolas más peculiares y reconocidas. Merecidísima ganadora del Goya a Mejor Actriz por la película Magical Girl (2014). Gran joya cinematográfica de la mano de Carlos Vermut. En La enfermedad del domingo (Ramón Salazar, 2018), aunque pasó más desapercibida, llevó a cabo un trabajo impecable.
Una actriz muy polifacética que también dio sus primeros pasos de la mano de Jonás Trueba con Todas las canciones hablan de mí (2010). Desde películas románticas hasta thriller psicológicos. Destacando sus actuaciones en estos últimos. Como es el caso también de la reciente serie El desorden que dejas (Netflix, 2020) o la película del mismo director Oriol Paulo Contratiempo (2016).
En Los renglones torcidos de Dios su papel como la protagonista Alice Gould es uno de los más complejos. Demostrando de nuevo su gran trabajo interpretativo. Su juego de tonos de voz, de miradas e incluso de gestos son claves para terminar de dar forma al relato construido. Aspectos que la actriz cuida a la perfección, erigiendo un personaje redondo y absorbente, que vertebra la historia narrada y la lleva de su mano de forma soberbia.
Junto a ella, hay que destacar también el trabajo de otros actores como es el caso del siempre sobresaliente Eduard Fernández. En su papel como director del centro Samuel Alvar. Así como la sorpresa interpretativa de Samuel Soler como Rómulo. Un gran actor todavía desconocido, que bien podría ser candidato al Premio a Actor Revelación en los próximos Premios Goya. El resto de los personajes que dan forma al sanatorio también son imprescindibles. Llevando a cabo unas actuaciones de calidad inexorable. Renglones torcidos que mantienen la estabilidad de la película dentro de su propia entropía.
Los renglones torcidos de Dios: una historia tan necesaria como atemporal
Los cuadernos de caligrafía que los niños y niñas deben utilizar para aprender a escribir mantienen los trazos encajados en perfectas líneas paralelas. Una forma estricta de construir una sociedad donde todo el mundo debe seguir las mismas normas, sin salirse de las líneas establecidas. Pero ¿qué ocurriría si el trazo de la escritura se torciera en algún punto de la historia?
Esos renglones torcidos son aquellas personas que no encajan en una sociedad aparentemente perfecta. Porque las diferencias, las imperfecciones, son vistas como amenazas al status quo. Y la salud mental siempre ha quedado relegada a los márgenes. Junto a aquellas personas, aquellos renglones, que se torcieron en algún momento, tratando de salirse de lo establecido.
Es por eso que, a pesar del paso del tiempo desde la publicación de la novela de Torcuato Luca de Tena hasta la actual adaptación, esta historia es más pertinente que nunca. Llevándose a la pantalla de una forma fascinante que no deja indiferente a nadie en el patio de butacas. No solo por su trama trepidante y absorbente, sino por el subtexto perfectamente anclado. Que remueve conciencias y eriza el vello gracias a su gran capacidad afectiva y magnética.